La socialdemocracia en la cultura política y mediática del país ha sido mitificada hasta el extremo de que se le atribuye el protagonismo fundamental en el éxito de la Europa gravemente dañada que sale de la II Guerra Mundial. Se atribuye los buenos resultados, el modelo socialdemócrata, que daría lugar al período europeo de los “30 gloriosos años”, que va de 1945 a 1973, cuando finaliza con la primera gran crisis de la energía provocada por el extraordinario aumento del precio del petróleo.
Pero, ¿por qué es un mito esa descripción? Pues porque en ese período la socialdemocracia fue en todo caso un acompañante, y sin continuidad, de la gobernación de los estados europeos que iban configurando la nueva Europa. Porque, recordemos que es en este período cuando junto a la expansión económica nace lo que hoy conocemos como Unión Europea. En 1951 se crea la Comisión Europea del Carbón y Acero (CECA), la primera organización supranacional europea con Francia, Italia, Benelux y Alemania occidental. En 1957 se firma el tratado fundacional, el de Roma, que establece la Comunidad Económica Europea (CEE), y en 1965 se fusionan las tres comunidades existentes, la CECA, la CEE y el Euratom, en un solo conjunto de instituciones que da lugar a las comunidades europeas. En paralelo los partidos que gobiernan aquellos estados fundadores son, repasémoslos:
Empezando por Francia, el gaullismo, con el partido fundado para el general Charles de Gaulle, la Unión para la Nueva República (UNR), que después se transformó en UDR (Unión de los Demócratas por la República). La mayor parte de los 30 gloriosos corresponden a la hegemonía de este partido, que es el fundamento de la actual república. Los años previos, de 1945 a 1958, cuarta república, los gobiernos son muy inestables y configuran coaliciones de centroderecha y centroizquierda con el Partido Comunista, la Sección Francesa de la Internacional Obrera, el Movimiento Republicano Popular, que era el partido democristiano de Francia, y el Partido Radical.
En Alemania la hegemonía política de este período corresponde básicamente a la democracia cristiana que gobierna con socios menores de coalición desde 1949 hasta 1969. El CDU/CSU lo hace primero con el canciller Adenauer que lideró la reconstrucción económica y la reintegración europea, y después con el canciller Kiesinger. En 1969 cambia ese dominio, gana las elecciones Willy Brandt, el líder de la socialdemocracia que hace coalición con los liberales. Por tanto, es evidente que en el caso alemán quien estructura el país y la construcción europea es la democracia cristiana con 20 años ininterrumpidos de gobierno y es también ésta la que configuraría el modelo capitalista europeo tan diferente del anglosajón y del nórdico, con la llamada economía social de mercado.
El tercer gran país es Italia, donde el predominio de la democracia cristiana a lo largo de todo el período es absoluto. Gobierna siempre en coaliciones con partidos menores, ante la alternativa del gobierno que es siempre el gran Partido Comunista Italiano. En Italia además los socialistas siempre tuvieron una débil presencia por la importancia del PCI y porque el socialismo, pese a ser minoritario, además estaba dividido en dos partidos, el que llevaba ese nombre y el que se etiquetaba como partido socialdemócrata.
En Holanda siempre se gobierna en forma de coaliciones dada la abundancia de partidos políticos con representación parlamentaria. Entre 1945 y 1947 gobernó el Partido del Trabajo, que podríamos considerar el equivalente a la socialdemocracia, pero ya en 1947 fue sustituido por el Partido Popular Católico, en coalición gobernó hasta 1958, mientras que el Partido del Trabajo estaba en el oposición. En este caso, también en el período clave de la expansión europea y de la formación de su unidad, quien gobernó en los Países Bajos era la Democracia Cristiana. En 1958 volvió al gobierno el partido socialdemócrata, pero siempre en coalición con el partido católico. Pero esa alianza duró poco y ya en el mismo año fue el líder del catolicismo popular el que se hizo cargo de la coalición que dirigieron hasta 1967. En ese año cambia el signo y de un gobierno de centroizquierda se pasa uno de centroderecha, siempre dirigido por el Partido Popular Católico. Y en 1971 vuelve a producirse una nueva coalición liderada por el PPC y ahora con alianza con la izquierda. La radiografía es clara: el eje de la política holandesa ha sido el PPC, mientras que la socialdemocracia o bien ha compartido coalición o ha estado en la oposición, pero salvo en años contados, muy contados, no ha dirigido el país en estos “30 gloriosos”.
En Bélgica el primer gobierno de la posguerra fue presidido por el líder del partido socialista en coalición con el partido socialcristiano y el partido liberal. Fue entre 1945 y 1947. Entre este último año y 1950, el primer ministro fue el socialcristiano Henry Spaak, un hombre clave en la formación de la unidad europea. En 1954 el partido socialista ganó las elecciones y formó gobierno en solitario, pero en 1958 vuelve a ganar la opción socialcristiana e inicia varios gobiernos de coalición hasta 1973. En este caso, está también claro que el éxito de la arquitectura interior y europea se realiza en torno a la política demócrata cristiana.
Por último, Reino Unido, que no se incorporó por el veto de De Gaulle en la primera fase de la unidad europea, tiene un sistema electoral mayoritario que hace innecesarias las coaliciones y donde no existe el partido democristiano, sino un partido conservador de larga tradición . En ese país en 1945 y hasta 1951 se forma un gobierno laborista que derrotó la opción de Churchill, a pesar de que éste era el ganador de la guerra contra la Alemania nazi. Pero Churchill vuelve al poder de 1951 hasta 1955 que es sustituido por otro líder conservador que gana las elecciones de 1957 hasta 1964, cuando triunfa el partido laborista de Harold Wilson, pero que en 1970 vuelve a ser derrotado por los conservadores. En total del período de 1945 hasta 1973, sólo 10 años son de gobierno socialdemócrata. El balance está claro.
No es la socialdemocracia la que hace la gran recuperación europea desde las políticas gubernamentales, ni constituye los acuerdos y arquitectura que hacen posible la unidad europea. Colaboran, contribuyen, bien desde el gobierno como aliados, bien desde la oposición desde el diálogo. Pero quien construye la Europa de la que hoy vivimos todavía de sus rentas, la Europa que se expresa con la idea de los “30 gloriosos años” es la democracia cristiana con sus diversas denominaciones. Por eso de ahí que la idea de que la prosperidad de Europa sale del modelo socialdemócrata es realmente un mito.