Drama, vodevil, llevamos años viviendo en una estéril pugna interminable entre ERC y JxCat, acentuada por el sorpaso de los republicanos a los postconvergentes, que estuvo precedida del fracaso del PDeCAT de capitalizar la herencia de CDC.
Esta situación de conflictos de baja intensidad permanente y cohesión fundada por la distribución de cargos y presupuestos, se ha movido este 11 de septiembre.
Sin que la manifestación fuera desbordante, cabe decir que superó las expectativas previas y esto siempre tiene consecuencias, en este caso de la mano del elemento catalizador que ha sido la ANC, que hizo volar sin ningún tipo de embudo la necesidad de una declaración de independencia para el segundo semestre de 2023, precisamente aprovechando el período de la presidencia del consejo de la UE por parte del gobierno Sánchez.
Esta iniciativa ha sido muy criticada por todos, que son muchos, los que creen que es necesario abandonar esta vía de una vez por todas. Pero, con objetividad desde los ojos del independentismo, cabe decir que por una vez el hito está bien situado. Lo que ya es perfectamente dudoso es que los pasos intermedios se lleven a cabo en la proporción adecuada al objetivo. Obviamente, no habría independencia en el segundo semestre, pero sí se daría un impacto muy poderoso, que rompería el relato del gobierno central y dejaría, como el rey que iba desnudo del cuento, aERC.
¿Empujará JxCat en esta dirección? Parece difícil. El factor Trias, si se acaba de definir y que constituye una buena baza electoral de JxCat, evidentemente no estará de aquí al próximo mayo por demasiadas algarabías independentistas, porque seguro que ha aprendido la lección de las diversas causas que le llevaron a ser derrotado por la mínima. Está también el factor Giró, el hombre de las finanzas de la Generalitat, miembro de última hora de JxCat con grandes ambiciones políticas y que aspira a todo desde un renacimiento seudoconvergente. También en este caso el planteamiento del ANC es como una patada en las partes más dolorosas.
La prueba de fuego será si JxCat es capaz de romper o no con el gobierno o, sin llegar a este extremo, imprimirle una presión en ese sentido tan extraordinaria que se haga evidente el cambio de dirección.
Solo existe un factor que juega a favor de la intensidad independentista: son los nulos resultados de su estrategia de las conversaciones con Sánchez.
Se produjo la última, y más que última prácticamente casi primera, reunión de la mesa de diálogo en julio; muy positiva, ni cinco de caja. Y lo mismo puede decirse de la posterior cita entre Sánchez y Aragonés que sólo sirvió para quitarle presión al presidente del gobierno español por el caso Pegasus, de lo que dice que ya no se acuerda ni hace caso.
De hecho, la entrega de ERC es tan patente que en este momento ya da por supuesto su apoyo a los presupuestos del estado, pese a que ni siquiera ha olido su contenido.
Sin querer llevar a cabo operaciones siempre molestas, vale la pena señalar que los vascos como siempre dicen que “ir tirando-ir tirando. La mesa de diálogo ha dado un resultado cero. La comisión bilateral obtiene una nota similar. ¡No es que ni siquiera haya conseguido el traspaso de Cercanías, sino que sigue pendiente el histórico traspaso de las becas! Histórico no por su magnitud, sino por los años y años y gobiernos que han pasado por Madrid, sin que se llevara a cabo, pese a haber por medio jurisprudencia favorable a que se produzca. Si el gobierno de Aragonès-Junqueras no ha obtenido en todo este tiempo ni siquiera el traspaso de las becas, mejor cerrar la tienda por falta de negocio.
Sin embargo, lo más escandaloso de todo son los migrados resultados de la iniciativa del propio Sánchez, la famosa, es un decir, Agenda para el Reencuentro . Si se observa su contenido en el enlace precedente se pueden constatar los siguientes hechos:
- Básicamente, son temas de política general del estado, a los que le dejan asomarse a ERC, pero que no concretan nada.
- El lenguaje está muy claro. En realidad los compromisos son, en su mayor parte, la disponibilidad del gobierno de escuchar y tomar, en su caso, determinadas demandas.
- Las concreciones existentes se han incumplido de forma escandalosa.
En definitiva, ni siquiera en los 44 puntos de la agenda propuestos por Sánchez puede presentarse un resultado sustancioso. En estas condiciones es evidente que la hoguera del independentismo, por poco horizonte que tenga, sigue siendo alimentada en este caso por la incapacidad de ERC.