Este domingo era un día importante para Sánchez, sobre todo porque las elecciones en Andalucía del candidato del PSOE a la Junta habrían significado un golpe a su autoridad si Díaz se hubiera impuesto a Juan Espadas, que era el hombre del presidente del gobierno. Al final, su victoria ha sido clara con un 55% de los votos, y por tanto, no irá a la segunda vuelta. Además Díaz ya ha anunciado que no se presentará para repetir en el cargo de secretaria general de los socialistas andaluces.
Hay, sin embargo, un dato relevante: más de un 40% votaron contra el candidato oficial de Ferraz y del gobierno. Naturalmente en esta masa de votos había causas muy diferentes, pero es evidente que representan una luz roja porque si, pese a conocer ampliamente lo que habría significado una derrota del hombre elegido por Sánchez en un momento en el que el gobierno español vive sometido a la fuerte tensión de los indultos, si todo esto no ha servido para cerrar filas de una manera más grande en torno al presidente del gobierno, significa que, sean los indultos, sean otras causas, la desafección de sus afiliados, siempre más comprometidos que los votantes, es importante.
El otro elemento de examen -relativo- era la concentración en la plaza de Colon. Se ha producido la habitual guerra de cifras que no deja de ser una vergüenza pública porque los datos escandalosamente diferentes sobre la asistencia los dan la delegación del gobierno español, con 35.000 personas, y la Guardia urbana del ayuntamiento de Madrid, con 125.000. No es normal y debería constituir un fuerte elemento de alarma que no se pongan de acuerdo ni siquiera en el recuento de una concentración.
En cualquier caso, el hecho evidente es que se cumplió el patrón y había mucha gente. Los periodistas, que quieren hacer punta de este aspecto evidente de la presencia separada y sin protagonismo de los dirigentes del PP, Vox y Cs, no tienen en cuenta que en realidad lo único que hay que considerar es el resultado que pueda tener todo en las perspectivas electorales.
La última encuesta hecha pública hoy por Nius Diario, difundida también por Electomanía a cargo de GAD3, señala que el PP y Vox ganan ampliamente, y con 174 escaños estarían a 2 de la mayoría absoluta. Si se añadiera el de Cs, la distancia sería sólo de 1, considerando que Podemos y el PSOE sólo llegarían a 122. Todos los restantes forman parte mayoritariamente de partidos de ámbito autonómico, excepto Más País que sube hasta alcanzar los 8 escaños. En este conjunto, el PSOE dispone sólo de 102 diputados por 136 del PP, al tiempo que se hace evidente el progresivo declive de Podemos. En este escenario, el peso de ERC con 13 diputados es incuestionable e insuficiente, pero incuestionable. A esta presencia catalana hay que añadir los 10 diputados de JxCat.
Esta fotografía electoral coincide con las anteriores en órdenes de magnitud; es decir, con un centroderecha que se sitúa muy cerca de la mayoría absoluta. Otros indicadores van en el mismo sentido. En Andalucía también lograrían claramente la victoria, y en la ciudad de Valencia el PP sería la primera fuerza y junto con Vox quedaría a 1 escaño de poder superar la coalición de Compromís y PSOE.