En los años 60, una mujer coreana tenía de media 6 hijos. El doble que las mujeres españolas en el mismo periodo, en pleno baby boom , en nuestro país.
¿Qué ha pasado pues para que Corea del Sur haya convertido en el país con la tasa de fecundidad más baja del mundo ?
Con una media inferior a 1 hijo por mujer en edad fértil (0,92 exactamente) , Corea del Sur hace frente a un enorme problema demográfico. Su tasa supone menos de la mitad de la que los demógrafos consideran necesaria para mantener estable la población de un país, 2,1 hijos de media.
En Corea, la tasa de fecundidad no ha parado de caer desde que, en 1961, el gobierno empezara a fomentar la formación de familias pequeñas como vía para reducir la enorme pobreza en que estaba entonces sumido el país.
Pero Corea del Sur no es un caso único. De hecho, la mayoría de países de la región del Asia-Pacífico con un nivel de desarrollo similar, como Japón, Singapur, Hong Kong o Taiwán, sin hablar de China, se encuentran ante retos similares.
El caso de Japón es uno de los más conocidos. Con una tasa de fecundidad del 1,36, muy similar a la de España (1,34) el gobierno espera que los actuales 126 millones de habitantes pasen a 100 al 2053.
Lo que es más interesante notar es que, a pesar de las múltiples políticas de Tokio para incentivar las parejas a tener hijos, la tasa se mantiene prácticamente inamovible desde mediados de los años 90 .
Los diferentes programas públicos, centrados sobre todo en dar incentivos económicos a las parejas, han tenido por el momento efectos muy limitados.
Entre las últimas medidas que el gobierno japonés ha aprobado se encuentra la de hacer gratis los tratamientos de fertilidad. La misma medida se encuentra en vigor en Corea desde el 2017, sin que haya podido revertir una tendencia que sigue yendo a la baja, según recoge La Vanguardia .
Si bien está claro que las causas del declive de las tasas de fertilidad son complejas, los datos de estos países asiáticos apuntan a que no todo se explica por los elevados costes económicos de tener hijos.
Una parte importante de la crisis de la natalidad que afecta no sólo a Asia-Pacífico sino también a Europa se encuentra en cambios profundos en el sistema de valores de la sociedad que se han producido en las últimas décadas. Estos no han sido siempre el objetivo de los gobiernos, como el caso de Europa demuestra.
En el Viejo Continente se han producido importantísimos cambios en los sistemas de valores que han tenido como efecto secundario la reducción de la tasa de fecundidad. Pero esta tendencia no se puede explicar principalmente por la acción gubernamental, a pesar de que numerosas decisiones públicas en una multitud de ámbitos como la familia han contribuido.
China o Corea del Sur son ejemplos contrarios. Las autoridades de Pekín han practicado la política del hijo único durante décadas. A lo largo de todo este período, la omnipresente propaganda del Partido Comunista Chino ha divulgado la idea de que la familia ideal es de tres personas .
Habrá que ver como la demografía de China, único país de los analizados habituado a la propaganda masiva y que dispone de una elevada capacidad de coerción sobre sus ciudadanos, evoluciona en los próximos años: ¿será Pekín capaz de invertir la tendencia demográfica y conseguir lo que sigue escapando a sus vecinos?