Educar en la sensibilidad

Promover el crecimiento del ser humano como persona, sería la finalidad básica de todo proceso educativo. Pero … Que es ser persona?

Ser persona, en principio, es tener unas relaciones exitosas con los otros, con capacidad de establecer vínculos, de introducirse en el mundo de los sentimientos, los pensamientos, incluso de las experiencias en las culturas propias o en las ajenas , es estar preparado para la convivencia pacífica, aun cuando hay criterios contrapuestos.

Educar es enseñar a vivir en paz con uno mismo y con los demás. Es enseñar el arte de convivir. Enseñar a descubrir que es lo fundamental y que es lo superfluo.

Un aspecto fundamental en la educación, es la sensibilidad hacia el otro. La sensibilidad no es paternalismo, no es dar la razón al otro, si no la tiene, consiste en pensar en el otro, tener en cuenta sus derechos y sus necesidades.

Parece que en el proceso educativo, se da mucha importancia a la Inteligencia, a la memoria, al conocimiento … Pero en cambio no se da la importancia que merece la sensibilidad hacia el otro, vivir con el otro y por el otro. Es todo lo contrario, de aprovecharse del otro, o ignorarlo.

También saludar cuando se entra en un lugar o despedirse al salir, es un acto de cortesía social que denota tener presente a los demás. Es en conjunto, lo que Emmanuel Mounier, llama la revolución del corazón. Es una revolución que no precisa ni disturbios, ni enfrentamientos. Pero el hecho es que crea unas condiciones que facilitan las relaciones interpersonales.

Un primer paso es relacionarnos pacíficamente y de forma amable, con todos, pero especialmente con aquellos que piensan diferente de nosotros. Hay que mirarlos no como enemigos, sino como aquellos amigos que tienen otros sentimientos y otras ideas. Y no por ello deben ser ignorados o rechazados.

Y otro aspecto importante en toda relación interpersonal: la igualdad. Nadie por encima de nadie. Por eso nos equivocamos cuando creemos que nuestro éxito es estar por encima de los otros, y no es así.

Uno no debe estar por encima de los demás, sino junto a los otros.

La revolución del corazón, es una revolución que no precisa ni disturbios ni enfrentamientos Clic para tuitear

 

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