Los últimos temporales han dañado nuestras playas, y el cauce de los ríos han quedado llenos de vegetación, pero también se ha puesto de manifiesto la cantidad de cosas tiradas incorrectamente, que los ríos han llevado agua abajo hacia el mar, y este les ha devuelto hacia las playas, que han quedado convertidas en auténticos vertederos de desechos .
Algunos grupos de escuelas e institutos han ido a ver este desagradable espectáculo, con la sana intención de que las nuevas generaciones tomen conciencia de cuáles son nuestros deberes en la generación y gestión de los residuos.
Habrá que reflexionar sobre cada acto individual y examinar y evaluar sus consecuencias.
¿Con qué derecho puedo reclamar una ciudad limpia, si yo la ensucio? Hay que tener como mínimo, el deber de dejar las cosas como están, y si puede ser más limpias y ordenadas, mejor. Tirar al suelo un papel o una lata, es evidentemente un acto incorrecto, pero si este hecho lo repiten miles de personas la ciudad, queda impresentable, sucia.
Todos nuestros actos tienen una repercusión, que favorece o perjudica el bien común. Por eso es importante, que hagamos un análisis de cómo vivimos y qué costumbres tenemos.
El criterio fundamental de este análisis, no debe ser solamente el beneficio propio, sino los efectos positivos o negativos que mis actos tendrán en el conjunto de la sociedad. El concepto de «ciudadanía activa», representa la actitud de optimizar al máximo la calidad de las decisiones que afectan a la colectividad.
Como decía el premio Nobel de economía, Joseph Stigliz, habría que reducir el consumo de aquellos colectivos que tienen de todo, y favorecer las condiciones para que aquellos que no tienen nada, puedan acceder al consumo. Con la ventaja de que este segmento de la población, más necesitada y menos exigente, puede acceder a los utensilios de baja gama, que el consumidor de élite, más exigente, ya no quiere.
Pero un paso que es imprescindible, sería parar y mirar benévolamente y con agradecimiento, este planeta que generosamente nos acoge. Que nos da aire para respirar, agua para ver, y tantas otras cosas que nos alimentan … ya levantar la cabeza y dar gracias por todo lo que recibimos, y bajar la cabeza y pedir perdón por todo lo que hacemos mal, y que perjudica la salud del planeta.
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