Hace apenas un año, Converses ya advertía de que Alemania estaba entrando en una no profunda, pero sí grave crisis de consecuencias desconocidas para el resto de Europa, puesto que hasta ahora este país ha sido considerado su locomotora económica.
Un año más tarde, el diagnóstico parece confirmarse, si bien en los últimos doce meses han sido una mezcla de luces y sombras.
El índice PMI de la eurozona (“Purchasing Managers’ Index”, o Índice de gestores de compras) industrial, que mide las previsiones de compras de materia prima de los actores económicos y resulta particularmente útil en el caso de la industria, ha tocado su nivel más bajo en los últimos cinco meses, cayendo al 50,1. Recordemos que el umbral de 50 puntos separa la zona que se considera recesiva de la expansiva.
Se trata además de un resultado sensiblemente menor de lo esperado por la encuesta realizada por la agencia Reuters a los analistas económicos, que pronosticaba una mejora del 50,9 al 51,1 en julio.
Peor aún, el resultado del sector industrial es particularmente malo, ya que pasó del 45,8 al 45,6. De hecho, las manufacturas de la eurozona se sitúan en el terreno negativo del índice desde mediados de 2022.
El caso de Alemania fue aún peor, ya que su índice PMI general bajó del 50,6 al 48,7, entrando en terreno de recesión. La producción industrial descendió además al nivel más bajo de los últimos nueve meses.
Esto implica que la recuperación post-Covid fue parcial y que desde entonces la industria europea no se ha fortalecido, sino que ha proseguido su lento bajón.
Estos resultados medidos contrastan con la línea política de las instituciones europeas y de los gobiernos de los Estados miembros, que proclamaron haber aprendido las lecciones de la pandemia y querer recuperar el terreno perdido en materia de producción industrial en aras de la productividad y la resiliencia.
De hecho, el sector industrial europeo lleva meses inmerso en un proceso de destrucción neta de puestos de trabajo, lo que augura un futuro próximo complicado.
En cambio, el sector de los servicios, que engloba ámbitos particularmente poco productivos como el turismo y la restauración , sigue situándose por encima de los 50 puntos en el índice PMI, aunque también ha sufrido un retroceso en el último mes, quedándose en el 51,9.
La divergencia entre los sectores industrial y servicios tampoco resulta positiva , puesto que apunta que la economía europea mantiene su PIB puramente gracias a este último.
Según los economistas consultados por Financial Times , los datos más recientes del PMI ponen en duda el movimiento de recuperación que muchos analistas habían asumido que se produciría en la segunda mitad del año 2024, añadiendo que el principal foco de tensión es Alemania.
Efectivamente, la economía de la eurozona vivió el año pasado un complicado período de estancamiento, pero parecía recuperarse durante el primer trimestre de este año, en especial gracias al movimiento de frenado de la inflación.
Aunque los precios han vuelto a marcar una tendencia al alza desde hace tres meses, el consenso de los analistas se sitúa todavía en que el Banco Central Europeo recortará los tipos de interés el próximo mes de septiembre . Una decisión que los malos datos en el índice PMI podrían reforzar, con la esperanza de intentar relanzar la economía.
En medio de este panorama, la nota positiva la dio Francia, que mejoró su PMI del 48,2 al 49,5, por encima de las expectativas de los analistas. El país vecino lleva desde el 2022 sorprendiendo a los economistas, en buena parte gracias a su menor dependencia de los combustibles fósiles respecto a Alemania .
El sector industrial europeo lleva meses inmerso en un proceso de destrucción neta de puestos de trabajo, lo que augura un futuro próximo complicado Clic para tuitear
