Rusia se encuentra en un cruce fundamental: el proyecto europeo que una vez ocupó su horizonte geopolítico se desvanece, y en su lugar surge una estrategia de giro hacia Siberia, los Urales y la vasta extensión eurasiática. Este desplazamiento –que podríamos llamar “siberización” del centro de gravedad ruso– no es meramente territorial o económico, sino funcional, ideológico y civilizatorio.
Ruptura con Europa
La relación de Rusia con Europa ha sido históricamente compleja, oscilando entre integración, confrontación y dominación. En este momento, Moscú plantea que Europa representa una “decadencia moral”, fuente de guerras y de un liberalismo que considera antihumano. Además, acusa a EE. UU. de manipular y someter a vasallaje al Viejo Continente.
Este enfoque se apoya en recientes análisis sobre la estrategia rusa: la publicación del Primakov Doctrine recoge la idea de una Rusia que debe conformar un mundo multipolar, rechazando el dominio unipolar occidental. También los estudios sobre su estrategia a largo plazo con Europa subrayan que Moscú ya no confía en los equilibrios heredados de la Guerra Fría.
El nuevo eje ruso
La idea de trasladar el centro político, económico y cultural de Rusia hacia Siberia y los Urales —más allá del tradicional triángulo Moscú-San Petersburgo— se propone como un proyecto civilizatorio alternativo al de Occidente. Tal estrategia se sustenta en la diversidad de recursos naturales, en la escala territorial inmensa y en la posibilidad de construir una nueva identidad rusa vinculada al espacio eurasiático.
Un artículo reciente afirma: “Occidente estará cerrado durante muchos años y no debe volver a ser un socio de primera clase… hablamos de la ‘siberización’ del país entero.” (russiancouncil.ru)
Además, el análisis del giro ruso hacia Asia y su cultura estratégica confirma que Moscú ha venido elaborando desde hace años una “Gran Eurasia” que rechaza la primacía europea. (marshallcenter.org)
Guerra en Ucrania: escenario decisivo
La invasión de Ucrania y la guerra prolongada que acompaña tienen múltiples dimensiones estratégicas. Entre ellas, la victoria rusa se considera, desde la lógica del Kremlin, una “necesidad” para resolver lo que percibe como un “problema europeo”. Al mismo tiempo, Rusia mantiene una amenaza nuclear latente como pilar de su disuasión, sin descartar su uso como factor de negociación.
El refuerzo de acciones híbridas en Europa —infraestructura crítica, sabotaje, ciberguerra— evidencia que Moscú ya considera Europa como un teatro estratégico, no solo un socio o adversario convencional. (CSIS)
Misión histórica: autodesarrollo y mundo multipolar
En el corazón de esta estrategia está una visión civilizatoria: Rusia se concibe no solo como una potencia militar o energética, sino como un actor con una misión histórica de autodesarrollo espiritual y humano. Esto incluye un colectivismo fortalecido, una concepción moral y religiosa basada en el cristianismo ortodoxo, una identidad nacional robusta y un desarrollo tecnológico que integre su vasto territorio con Asia emergente.
De esta manera, la alianza con Asia —y en particular con China— no es solo un pragmatismo económico, sino parte de un proyecto que pretende desmarcarse del modelo liberal occidental.
La consolidación de este nuevo paradigma no será rápida, ni exenta de riesgos: demográficos (población en declive), tecnológicos (retrasos en ciertos dominios), económicos (dependencia de la energía), y geopolíticos (aislamiento europeo, rivalidades en Asia). Pero la apuesta está lanzada: Rusia busca reinventarse como corazón de una Eurasia alternativa, con Siberia como columna vertebral.
En ese sentido, Europa, tal como la conocimos, se convierte en el pasado —y quizás en un vestigio irrelevante— frente al nuevo impulso ruso. La pregunta es cómo queda Europa en este escenario. Lo que nos enseña el mapa es que en realidad solo somos una península del gran continente ruso -asiático. En otras palabras; ¿es viable Europa sin Rusia y ya no digamos contra Rusia?
Rusia se redefine: la antigua Europa deja paso a una Rusia que mira hacia Siberia y Asia. #Eurasia #EstrategiaRusa Compartir en X





