Un exdiputado del parlamento danés, ahora ya jubilado, viene a Cataluña con una cierta frecuencia, su madre es catalana, y tiene aquí una segunda residencia. Escuchando nuestros políticos en campaña, comentaba con sinceridad, el mal resultado que da la política del enfrentamiento y la descalificación del adversario … Es una comunicación que no intenta entenderse con el otro, sino atacarlo, perjudicarlo, siguiendo siempre una estrategia de enfrentamiento.
Comentaba que últimamente en el parlamento danés, se ha trabajado en la práctica de una comunicación positiva, que parte de la base, que el que tiene unas ideas diferentes de las nuestras, no debe ser nunca nuestro enemigo, sino aquel compañero de escaño, que piensa diferente, al que tengo que escuchar y respetar.
Todos sabemos que es una comunicación destructiva, y que es una comunicación positiva. La primera utiliza como estrategia el enfrentamiento, que sólo nos lleva a desear al otro todos los males, y terminar sintiendo por el adversario, lo peor, el odio. En cambio, en la comunicación positiva están las ganas de querer entender, de escucharse, de ayudarse, de generar vínculos.
Hablando de la comunicación positiva, el sociólogo Paul Watzlawick, dice que hay dos modalidades. La comunicación simétrica y la comunicación complementaria. En la comunicación simétrica, el poder está equilibrado, los conocimientos también. El comportamiento de uno es igual al comportamiento del otro. Nadie quiere dominar a nadie. Así la relación tiende a ser estable y gratificante. En el otro extremo, hay la comunicación asimétrica, donde uno es el dominador, y el otro es el dominado. Hay uno que manda, y otro que obedece. Es una relación muy poco gratificante y muy inestable.
Luego está la comunicación complementaria. Las habilidades, los conocimientos y los roles son diferentes. Lo que hace el uno, no lo hace el otro. Lo que hace el otro no lo hace el uno. Las responsabilidades no son las mismas. Pero todas son igualmente importantes. Incluso en la relación «médico-paciente» o en la de «maestro-alumno», donde parece haber una cierta asimetría, porque un guía, y el otro es guiado, pero bien mirado, si es importante enseñar, también lo es aprender.
También en las relaciones de pareja puede haber comunicación simétrica o complementaria, depende de las características de los que forman la pareja, y de la preparación de cada uno. En unas parejas puede ser más conveniente la relación simétrica, en otros la complementaria.
Lo que es importante es que en la relación, dar y recibir sean vividos con alegría, equilibrio y satisfacción.