La proliferación de textos sobre la situación política de Cataluña y el independentismo es tan numerosa que, de hecho, ya constituye por sí mismo un nuevo género literario.
Dentro de esta selva de textos de vez en cuando aparecen obras de singular interés. Una de ellas es la escrita por Carlos Castro «Cómo derrotar al independentismo«.
Castro es el analista electoral del diario La Vanguardia y doctor en Ciencias de la Información, con un amplísimo currículum de análisis electoral. El hecho de trabajar en un medio de gran alcance como es La Vanguardia y publicar trabajos de manera regular le otorga un manejo continuado de las fuentes estadísticas y de las encuestas que le permiten una composición de lugar numérica sobre la situación y las perspectivas electorales de primerísimo nivel.
Ahora ha puesto sus conocimientos en este breve texto de 115 páginas editado por EDLibros que compendia la respuesta al interrogante de cómo hacer perder el gobierno al bloque independentista.
No revelaremos el núcleo del texto, pero sí apuntar que el análisis que desarrolla es de lo más interesante por las consideraciones políticas que implica. Hay una que es fundamental: si no aparece una formación catalanista que recoja votos de centroizquierda y de centroderecha y del catalanismo moderado a votantes del independentismo, la situación difícilmente cambiará. Si esta tesis es cierta, y pensamos que es muy exacta, la irrupción anunciada de Valls no cambiaría para nada el panorama, porque sólo configuraría de otro modo el voto no independentista de centro, que ahora básicamente se reparte entre Cs y PP. Incluso la presencia de tres fuerzas en este espacio podría penalizar la representación en diputados.
La cuestión es al menos numéricamente clara. Sin una pérdida de un mínimo de 4 o 5 diputados por parte del bloque independentista, el cambio de correlación no es factible.
Hay, sin embargo, en todo esto una variable, digamos semioculta, que son los Comunes que, en un momento determinado, podrían favorecer la continuidad de un gobierno independentista bajo la presidencia de un diputado de ERC. Por lo tanto, los Comunes desde este punto de vista son un factor que, si no queda debilitado, puede deslizarse hacia la parte favorable de mantener el actual predominio gubernamental de los partidarios de la independencia.