De acuerdo con los sondeos electorales, Cataluña es ahora un país fuertemente abocado a la izquierda, mucho más que en las pasadas elecciones de 2017. Esta es la conclusión que se obtiene de acuerdo con la información que el especialista electoral de La Vanguardia, Carlos Castro, exponía el pasado domingo. Castro es el autor del conocido libro «Cómo derrotar al independentismo en las urnas«.
La media de los 8 últimos sondeos que van del 20 de diciembre al 18 de mayo indica que los partidos de izquierda lograrían 81 de los 135 diputados; es decir una mayoría abrumadora de las tres quintas partes. Y no se trata sólo de este amplio predominio, sino del perfil, porque está inclinado hacia una izquierda poco moderada.
De estos 81 escaños, 8 corresponden a la CUP y 11 a los Comunes, es decir, la alianza del partido de Ada Colau con Pablo Iglesias. Ambos suman 19 escaños, superando claramente los 15 diputados que obtendría Cs, y los 12 de la suma de Vox más PP. El ganador de este bloque, y de hecho de las elecciones, sería ERC con 37 escaños, que rebasaría claramente a JxCat, que se quedaría con 29 escaños (34 en la actualidad). Los socialistas también registran unos excelentes resultados, porque pasarían de los 17 a los 25 escaños.
Por lo tanto, si ERC quiere, puede configurar un gobierno de este signo con una mayoría tan grande que le permitiría marcar profundamente la legislatura y, por tanto, la vida y la cultura de este país. Otra cosa es que pueda hacerlo por temor a perder voto independentista, pero de momento los movimientos que hace en Madrid caminan en el sentido de habituar a su electorado a una buena relación con el PSOE, al tiempo que UP multiplica los gestos que la aproximen a los republicanos, tanto en términos de posiciones políticas, como es en el caso de los presos, como el de personas, como Jaume Asens, situado en un doble papel importante tanto en el Congreso como en la dirección de UP.
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