Cataluña, 7 claves para interpretar el futuro

Todo es muy confuso. Ni los propios protagonistas saben qué va a pasar.

He aquí 7 claves para interpretar el futuro:

  1. La Cataluña actual poco tiene que ver con la que existía a finales del siglo pasado y con el predominio convergente. Tiene un 23 % de población nacida en el extranjero, una magnitud insólitamente alta, que en Barcelona alcanza el 27%. La diferencia entre los habitantes que tienen esta característica y los que aparecen como de nacionalidad extranjera son los que han obtenido la nacionalidad española y, por tanto, pueden votar. Es una cifra que ya tiene significación y crece todos los días. Al mismo tiempo, la población con los dos padres nacidos en Cataluña se reduce progresivamente y todavía lo hacen más aquellos que son de lengua catalana en el hogar.
  2. El independentismo ha perdido 1 millón de votos. Por la abstención, también porque se han ido a partidos como el PSC e incluso PP. En ese millón de votos hay una clave decisiva del futuro. ¿Eran prestados? ¿Pueden recuperarse? Pujol supo asentarse en sus grandes mayorías, también a expensas de la desaparición de UCD, fidelizando para siempre a sus votantes. Ahora, en el campo independentista se produce el fenómeno inverso. Con el añadido de que además está fragmentado en 4 partidos con representación parlamentaria. Todo ello son signos de debilidad que no hacen más que aumentar la frustración en el 40% de la población que más o menos sigue apostando por la independencia, bien como finalidad real, bien como estrategia para alcanzar un mayor autogobierno.
  3. Las recientes elecciones significan un giro a la derecha en el Parlament de Catalunya porque de hecho son las fuerzas que crecen. Lo que ocurre es que su fragmentación interior es muy grande. Con la excepción del PSC, las otras izquierdas registraron pérdidas que van del 25% de los comunes, además del 50% de la CUP, pasando por el derrumbe de ERC. ¿Debe continuar ese giro a la derecha? ¿Se profundizará e incorporará nuevos aspectos, como ya empieza a hacer con la inmigración? ¿Se trasladarán a Cataluña los grandes debates que se producen en Europa y EEUU? Todo esto marca el porvenir inmediato y sobre todo a medio plazo.
  4. Nadie sabe lo que le pasará en el gobierno de Sánchez a consecuencia de las elecciones en Catalunya. Este anunciado ya permite constatar una vez más que Cataluña pesa demasiado en la política española para que las organizaciones que gobiernan o quieren gobernar en el Estado ignoren esa gran especificidad que no es un problema de amnistías e indultos, que corresponden a otra cosa, sino de modelo económico y político relacionado con el autogobierno y la especificidad catalana. Las élites españolas conocen este hecho desde la época de Cambó y Alfonso XIII, que el franquismo intentó resolver por la vía de la imposición sin éxito alguno. Quizás ya va siendo hora de entender que la realidad española no es la que se percibe desde la Puerta del Sol.
  5. Todo depende del gran derrotado, ERC. Paradojas, el partido que ha pasado de gobernar a sufrir un gran derrumbe es quien tiene la sartén por el mango. Si se abstiene puede hacer presidente a Illa, si vota con Puigdemont puede llevarle de nuevo a la presidencia de la Generalitat. Ahora, el seno de ERC se llena de nuevo de debates y gritos, veremos qué resuelven. Veremos qué conclusiones extraen después de haber sido muleta de Sánchez y también sabremos si están dispuestos a ser el partido que, sin estar en el gobierno, sostiene a dos presidentes socialistas, en Madrid y en Barcelona. El hecho de que ERC tenga la clave de decidir señala que la sociedad catalana ha votado de forma contradictoria y da signos imposibles de cumplir. No existe un designio claro y sí mucha confusión. Hay que decir con realismo que en estas condiciones forjar un nuevo gobierno es hacer entrar el clavo por la cabeza.
  6. Los miles de cesados ​​potenciales de ERC. Si no hay pacto y todo es oposición, ERC tendrá un grave problema con más de un millar de personas que viven en puestos de confianza de la administración y que, por tanto, serán destituidos. Ésta es una losa muy grande y un estímulo para pactar de una u otra manera con quien gobierne. Está claro que tiene otra solución: alargar los plazos hasta forzar elecciones en octubre, dando, por tanto, bastantes meses más de vida a su gente, con la idea de que por poco bien que haga, el discurso más abajo no puede caer y que en todo caso habrá pasado la novedad de Puigdemont, y Sánchez estará mucho más debilitado que ahora. Illa volverá a ser un presidente frustrado y todo esto puede favorecer las perspectivas de ERC. Es una tentación, que tiene la ventaja de que sólo le exige actuar realmente como oposición.
  7. El cisne negro de Puigdemont. Es evidente, Puigdemont es bien conocido. Por tanto, de aparición repentina como cisne negro tiene poco. Pero, atención, porque si cuando se inicia el debate para elegir presidente de la Generalitat en el Parlament de Catalunya, en el mes de junio, la cuestión de la amnistía no está perfectamente resuelta y él vuelve, en función de las circunstancias que rodeen, sí entonces puede producirse un acontecimiento insólito como el de su retención o detención que le favorezcan dándole una aureola heroica. En estas condiciones, ¿el independentismo podría negarle el voto?

Creus que es podrà formar govern a la Generalitat o s'anirà a unes eleccions anticipades?

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