- La posibilidad de la independencia, la inseguridad jurídica y la doble legalidad, y el temor a la incertidumbre son las principales causas que Josep Oliu, presidente del Banc de Sabadell, e Isidre Fainé pusieron de relieve en la comisión del Parlamento de Cataluña en la que estaban convocados ayer. Las consecuencias materiales de aquellos estados de ánimo provocaron que en poco más de tres días CaixaBank perdiera fondos por valor de 7.000 millones y Banc de Sabadell por 4.600 millones. El 57% de los clientes con base en Cataluña.
- La inviabilidad económica del proceso independentista. Las cifras demuestran que un intento de independencia tendría como consecuencia inmediata la fuga importante de recursos económicos existentes en Cataluña, de aquellos que tienen suficiente liquidez para poder hacerlo a corto plazo. Esta evidencia de los 11.600 millones salidos en poco días demuestra la debilidad de las hipótesis de los estudios realizados sobre la Viabilidad Económica y Financiera de Cataluña llevados a cabo en el periodo de Artur Mas como presidente de la Generalitat. En concreto, la entonces existente Comisión Asesora para la Transición Nacional llevó a cabo un estudio que quería demostrar que Cataluña era viable desde el punto de vista de su independencia. Partía de la balanza fiscal de 2011 y las cifras e hipótesis del propio estudio de ninguna manera avalaban esa conclusión. Aquellos datos correspondían a un año donde se habían operado grandes recortes sobre los servicios de Cataluña, al tiempo que se mantenía la elevada presión fiscal que nos caracteriza. Lo que en realidad decía el estudio es que, con servicios recortados y alta presión fiscal, la hipótesis de que se conseguirían créditos internacionales en buenas condiciones, y que en un máximo de tres meses la hacienda catalana estaría ingresando el 100% de los impuestos, la economía en Cataluña era viable. Naturalmente en el momento en que se introducía alguna variable menos optimista, el edificio se derrumbaba. La cuestión es ¿por qué se quería la independencia si los servicios no se podían mejorar? Si además se introduce la variante de la fuga de capitales que no estaba contemplada, el escenario negativo deviene muy contundente.
- Queda claro, tras las declaraciones de los dos presidentes bancarios, que no hubo presión por parte del gobierno español para el cambio de sede social. Ambos concretaron que el decreto que agilizaba las salidas porque era suficiente la decisión del consejo de administración, no respondió a una iniciativa gubernamental sino a una petición de las propias empresas catalanas.
- También quedó desmentido que se hubiera producido la fuga de depósitos de las empresas públicas. Estos no fueron modificados o, como afirmó Oliu, incluso se vieron incrementados.
- Quedó manifiestamente demostrado que la causa de la fuga del dinero era el temor a la independencia, dado que con los cambios de sede social, la situación quedó estabilizada primero y el cambio de sede después. Jordi Gual, presidente de CaixaBank, precisó que a la estabilidad ayudó, además del cambio de sede, la celebración de elecciones vinculadas al artículo 155.
- No hay perspectiva en el horizonte de que ambos bancos vuelvan. Jordi Gual admitió que fue una decisión dolorosa. Las dos entidades habían trabajado mucho para convertirse en grandes bancos a escala española saliendo de la matriz catalana. Pero una vez tomada la decisión, por ahora no hay intención de revisarla. Isidre Fainé subrayó la paradoja de que todos los presidentes de la Generalitat con quien ha tratado le habían insistido en que La Caixa tenía que convertirse en un gran banco a escala española, que debían «conquistar España, y justo cuando lo habíamos conseguido vino Puigdemont a intentar romperlo».
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