Según el Banco de España, los beneficios empresariales caen por primera vez desde el año 2012. Esta tendencia de desaceleración aparece de forma generalizada en todos los sectores y empresas, independientemente del tamaño de la empresa, este fenómeno esta siendo presente en la economía española.
Los datos del Resultado Ordinario Neto de las empresas recogidas en la Central Trimestral de Balances del Banco de España arroja un descenso de los beneficios 1% en el acumulado entre enero y septiembre con respecto al mismo periodo del año anterior, lo que supone el primer retroceso en los últimos nueve años. Hay que tener en cuenta que en los seis años anteriores, los beneficios habían crecido un 13% anual, en promedio, por lo que se trata de un giro abrupto.
El informe destaca además que en los nueves primeros meses de este año la desaceleración se ha “prolongado” e “intensificado”. En cuanto al resultado ordinario, hasta septiembre ha caído un 1%, mientras que el año pasado avanzaba al 5%. Se trata además del primer resultado negativo en siete años.
Para el director general de Economía y Estadística, Óscar Arce, esta desaceleración “afectó de forma generalizada a la mayoría de sectores, con la excepción del de la energía y fue particularmente intensa en la industria”, que acusa la guerra comercial y la caída de la inversión global. El enfriamiento también se refleja en la creación de empleo, con un avance del 0,6% entre enero y septiembre, frente al 2% de los tres primeros trimestres del 2018.
Además, el deterioro total, una vez aplicados los ingresos y gastos atípicos, es mucho más profundo, con un desplome del 44,5%, aunque estas cifras están aquejadas de una fuerte variabilidad. Esto se debe, por una parte, a que el resultado del ejercicio anterior estaba muy inflado por los ingresos atípicos de aquel año, mientras que las valoraciones a valor razonable de los activos en las compañías han sufrido ahora un notable recorte del 64,5%.
Además, estos peores resultados están elevando las reticencias de las empresas a contratar, al tiempo que las subidas salariales empiezan a ser cada vez más moderadas. En concreto, el número de trabajadores creció un 0,6% entre enero y septiembre con respecto al mismo periodo del año anterior, en tasas similares a las de meses anteriores, pero muy inferiores a las de 2018 (2%). Y, al mismo tiempo, las remuneraciones medias que comenzaron el año con fuerza, impulsadas por el incremento del salario mínimo en enero (con un alza del 2,5% en el primer semestre) se empiezan ya a frenar al 2,2% entre enero y septiembre. Y el 33% de las empresas está reduciendo ya su masa salarial, frente al 31% que lo hacía en 2018.