El próximo mes de octubre, Brasil celebrará unas elecciones particularmente esperadas que enfrentarán al actual presidente Jair Bolsonaro con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Los comicios se prevén tensos ya que Lula y Bolsonaro representan dos opciones ideológicamente muy cargadas.
De momento, Lula parece tener cierta ventaja en las encuestas, aunque es todavía muy pronto para empezar a hacer especulaciones.
Sin embargo, un hecho que ya es interesante observar es la polarización política entre los electores más jóvenes de Brasil.
Al contrario de lo que sería esperable, al menos en Europa, una parte importante de los jóvenes manifiestan valores marcadamente conservadores .
Además, hasta un 27% sitúan la corrupción como el principal problema de Brasil. Un tema que no conviene particularmente a Lula, candidato de un partido, el Partido de los Trabajadores, severamente salpicado por escándalos de corrupción durante los 14 años en que se mantuvo en el poder, de 2002 a 2016.
En 2018, Bolsonaro ganó entre los electores más jóvenes: un 51% de los brasileños de entre 16 y 24 años votaron por el ex capitán reconvertido en político. En cambio, el candidato por Lula (éste estaba en prisión por corrupción) se llevó tan sólo un 29% del voto joven.
Brasil lleva años inmerso en una polarización creciente entre conservadores y progresistas. Tradicionalmente percibido como un país de izquierdas, la expansión de las iglesias evangélicas en estos últimos años ha comportado también un giro hacia valores sociales conservadores, sobre todo en materia de familia.
Así, si en 2010 un 22% de los brasileños se declaraban cristianos evangélicos, 10 años más tarde sumaban ya el 30% de la población, según recoge el Financial Times.
El propio Bolsonaro, aunque oficialmente se mantiene católico, está casado con una evangélica y se hizo rebautizar en 2018 en las aguas del río Jordán en Israel.
Al igual que numerosas personalidades de Hollywood, como Leonardo DiCaprio, se han posicionado ya a favor de Lula, los conservadores cuentan con numerosos pastores y predicadores que no dudan en incluir la política en sus homilías, consiguiendo un gran impacto.
Un reciente estudio del instituto de estudios de opinión brasileño IDEIA ha mostrado que el 60% de los jóvenes se oponen a la legalización del cannabis para usos recreativos. En cuanto al aborto, un 48% de los jóvenes brasileños declaran estar a favor de su prohibición, por un 46% en contra. Son porcentajes inimaginables en un país europeo.
De hecho, ha quedado claro que las ideas progresistas en materia de valores del Partido de los Trabajadores no eran compartidas por la mayoría de los brasileños, a pesar de que éste ha dominado el escenario político de Brasil durante una buena parte de los últimos 20 años. Lula tendrá que buscar otro discurso si quiere volver al poder este año.