La gestión de la situación crítica ocasionada por el coronavirus está dejando en la piel y los huesos la capacidad de gestión del gobierno de la Generalitat que, si en condiciones normales ya ha sido deficiente, ahora alcanza niveles esperpénticos.
Uno de estos esperpentos es el del Departamento de Enseñanza. Enviaron a los alumnos a casa. Las escuelas como es lógico permanecen cerradas, y el departamento advirtió a todos los docentes que no estaban de vacaciones (sic) y que tenían que estar disponibles para mantener la jornada lectiva y mantener la comunicación con las familias. El primer problema es que no les dieron instrucción concreta de lo que tenían que hacer. Y, por si esto fuera poco, el mismo consejero, Josep Bargalló, decidió que los profesores no hicieran llegar tareas a los alumnos a través de Internet. Su explicación supera la genialidad: no se debe utilizar Internet para los trabajos porque esto provocará un aumento de las desigualdades de los alumnos, en función de los que tienen más o menos recursos tecnológicos. Por lo tanto, la mejor solución que da el Departamento de Enseñanza para luchar contra la desigualdad precisamente ahora es el silencio por Internet. ¡Es una solución brillante!
Josep Bargalló decidió que los profesores no hicieran llegar tareas a los alumnos a través de Internet Share on XNaturalmente, hay centros, tanto públicos como concertados, que han ignorado al consejero con muy buen criterio y hacen lo que pueden a través de la red a pesar de no haber ninguna predicción de la Generalitat. Incluso, y al margen de los centros, hay profesores que llevan a cabo por cuenta propia esta tarea con sus alumnos.
Para no poner a punto, el Departamento ni siquiera ha organizado lo que se comprometió a hacer, que era aprovechar este tiempo para organizar tareas de formación online de los docentes. Y por si esto no fuera suficiente, el presidente Torra ha decidido enviar a los funcionarios, por lo tanto aquellos que trabajan en el departamento de enseñanza, a casa.