La encuesta de La Vanguardia sobre las elecciones municipales de Barcelona ha sacudido el panorama político municipal al situar a Trias en primer lugar, con un 25% de los votos y 12 concejales, con un aumento muy notable desde los 5 actuales. Además todo esto se da con una participación estimada del 69% que, de producirse en la realidad, sería la más alta en la historia de la ciudad, por tanto, lo más probable es que no se dé.
En una anterior encuesta de El Independiente de 8 de enero, Trias aparecía ya con el 16% de los votos y 5 concejales, empatado con Maragall en la tercera posición, pero la diferencia ahora con ERC es notable porque este partido cae y pierde 5 concejales de los diez que tenía y se queda con el 10,4% de los votos. Parece lógico, dado el papel que ha jugado Maragall de no comportarse realmente como alternativa a Colau, pese a haber ganado las pasadas elecciones.
Es incuestionable que existe un efecto Trias, pero también es evidente que si no progresa más será insuficiente para alcanzar el gobierno de la ciudad. La razón es que Colau logra el 22% de los votos y 10 concejales, según la encuesta, prácticamente los mismos que el PSC y Collboni. Entre ambos suman 20 concejales y se sitúan a sólo 1 de la mayoría absoluta.
La relación de quienes aprueban y desaprueban a cada candidato muestra a un Trias claramente ganador, porque es el único que presenta un balance positivo de +6 puntos. Asimismo, es el liderazgo más fuerte entre sus votantes, entre los que obtiene un 90% de aceptación y, atención, un 75% entre los votantes de ERC, como recuerdo de voto, y un 52% entre los del PSC. Por tanto, aflorarían votos que anteriormente habían ido en estas otras direcciones.
Maragall saca un ajustado balance de un -2 y un liderazgo suficientemente sólido entre los suyos, un 74%. Es una opción que puede morder también voto a JxCat y a Barcelona en Comú, principalmente, y en menor medida a los socialistas.
Colau es quien presenta con diferencia el mayor balance negativo, con un alucinante -36 puntos de diferencia, de entre los que la aprueban y los que la reprueban. Pero mantiene un liderazgo claro entre el votante de Barcelona en Comú con un 73%. La carta de Colau es estrictamente los suyos.
El caso de Collboni es muy particular porque demuestra en todo caso la fuerza de las siglas y la debilidad del candidato. Su balance es negativo con –13 puntos y eso es mucho. Un 22% de los encuestados lo desconocen, pese a los años que lleva en cargos de primera línea en el Ayuntamiento. No hay más que recordar que es el primer teniente de alcalde. Y esa sola cifra ya dice mucho de su fragilidad política. Pero es que, además, sólo recibe la aprobación del 44% de los votantes socialistas, lo que define un balance notablemente débil.
En cuanto al tema más polémico por naturaleza, la supermanzana, en estos momentos existe prácticamente un empate entre los que la aprueban y los que la desaprueban. Ahora bien, todos estos datos deben tomarse con mucho cuidado porque la muestra de la encuesta es muy pequeña, sólo 500 entrevistados y esto da lugar al margen de error grande, de +/- 4,5%, que significaría, por poner un ejemplo, que si la desviación se produce por el lado positivo, Trias estaría realmente muy cerca de alcanzar, no la mayoría absoluta obviamente, pero sí una mayoría suficiente para pensar en la alcaldía. Pero si la desviación fuese en sentido contrario, quedaría absolutamente descolgado.
Y ese margen de error sin llegar a sus excedentes máximos se da en todas las fuerzas, y cómo las tres primeras (Trias, Colau y Collboni) van muy ajustadas se pueden producir sorpresas. También en la banda baja de la tabla, con ese margen de error, nadie tiene garantizado que alcance la cifra mínima del 5% para entrar en el Ayuntamiento.
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