El Banco de España pronostica tres años más hasta la recuperación

A pesar de mejorar la previsión, el Banco de España calcula que faltan tres años más de recuperación económica. El organismo acota la caída del PIB para 2020 entre el 10,7% y el 11,7% y prevé una recuperación entre el 4,2% y el 8,6% para el próximo año según como evolucione la distribución de la vacuna. Sin embargo, en su análisis de la economía anticipa que parte del tejido productivo del país no sobrevivirá a la pandemia, pese a los apoyos desplegados, y alerta de un aumento del riesgo de fenómenos de histéresis en el mercado de trabajo, con un aumento del paro de larga duración.

El organismo ha planteado tres escenarios alternativos teniendo en cuenta la eficacia de las vacunas y la estabilización de la situación sanitaria para la recuperación de los próximos años. «Los anuncios de la disponibilidad inminente de varias vacunas tienden a atenuar la incertidumbre a medida que avanza el horizonte de proyección, sin embargo, esta solo se ha disipado en parte, dada la relativa indeterminación del plazo necesario para lograr la inmunización del conjunto de la población», explican los economistas de la institución.

Bajo cualquiera de los tres escenarios considerados sobre la evolución de la pandemia, la fuerte contracción del PIB en 2020 iría seguida de una recuperación relativamente intensa en los tres años posteriores, aunque la crisis dejaría efectos persistentes sobre los niveles de actividad. El repunte del producto de la economía en 2021 sería de un 6,8% en el escenario central, cifra que se elevaría hasta el 8,6% en el escenario más favorable y se reduciría hasta el 4,2% en el más adverso. «Una parte sustancial de estas diferencias se explica por los distintos plazos de vacunación de la población que, entre otras consecuencias, dan lugar a un ritmo dispar de recuperación de las actividades que conllevan más interacción social y, en particular, las relacionadas con el turismo», señalan.

El daño puede tener un fuerte impacto en el empleo. «No se puede descartar el riesgo de que, a pesar de la contundencia de las medidas aplicadas, tanto en términos de los esquemas de mantenimiento del empleo a corto plazo como de provisión de liquidez a las empresas, se registren fenómenos de histéresis en el mercado de trabajo». El escenario suave asume que las medidas serán efectivas para evitar la materialización de este riesgo, a diferencia de los otros dos escenarios. En el severo, la pérdida de puestos de trabajo tendría un carácter más persistente, particularmente en los sectores más expuestos al distanciamiento social y entre los grupos de trabajadores más vulnerables en particular, aquellos con un contrato temporal. La histéresis significa que el paro seguirá subiendo pese a que haya una recuperación económica.

En este sentido, el catedrático de Economía Aplicada de la Autónoma de Barcelona Josep Oliver destaca la elevada incertidumbre acerca de la duración de la crisis, que dependerá de la evolución de la emergencia sanitaria; el hecho de que el dinero europeo del fondo SURE para financiar los expedientes de regulación de empleo (ERTE) vaya a durar, en su opinión, solo hasta abril o mayo; y que no se puede esperar que el resto de fondos europeos para la reestructuración del tejido productivo se emplee en otro tipo de ayudas.

Además, sus datos reflejan que hay dos colectivos notablemente más dañados por la crisis de la pandemia: los jóvenes y las pymes. Entre los primeros destaca que entre febrero y octubre de este año las pérdidas de afiliados se concentran prácticamente en su totalidad en los más jóvenes en términos netos. De esta forma, frente a la contracción del -4,9% de la afiliación de los menores de 35 años (-233.000 afiliados menos), la reducción de aquellos con 35 y más es prácticamente nula (-26.000 en total).

Esto deja, según llamó la atención Oliver, la existencia de 1,5 millones de jóvenes parados, de los que solo 300.000 tienen estudios superiores, por lo que apuntó que el Gobierno debería destinar parte de los fondos europeos a un gran programa de recualificación de este colectivo. Por el lado de las pymes, mostró su preocupación por los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) de octubre que indican que la falta de liquidez hace que el 40% del empleo de las pymes del sector de alojamientos y comidas esté en riesgo; o el 31% del trabajo de las pequeñas empresas del ocio o el 17% del comercio.

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