Pedro Sánchez compareció personalmente ante los medios para informar sobre el primer paquete de ayudas para Valencia, que asciende a 10.600 millones de euros destinados a las familias y empresas afectadas. Aunque se trata de una cifra importante, es sólo un primer paso. Ahora bien, analizándolo con detalle, se llega a la conclusión de que la ayuda no será suficiente para reparar y relanzar todo lo destruido.
Casi la mitad de esta cifra, 5.000 millones, son avales del ICO, es decir, avales para solicitar créditos que deben devolverse. Aunque estos créditos puedan tener una exención del 20%, seguirán siendo deudas para quien los solicite. Esto no es exactamente lo que se necesita con urgencia ni de forma directa.
Por otra parte, 3.500 millones corresponden al Consorcio de Compensación de Seguros, lo que representa un anticipo de dinero a cuenta de las pólizas existentes. Esto tampoco es una inyección de dinero a fondo perdido, ya que el seguro permite recuperar parte del daño, pero sólo cubre lo asegurado e, incluso, no siempre cubre la totalidad de las pérdidas. Por tanto, tampoco eso sacará del caos a la población afectada.
Estas observaciones, tanto sobre los créditos como sobre los seguros, no significa que estas medidas no sean útiles; simplemente se trata de destacar que son complementarias respecto a lo que realmente se necesita con urgencia: una inyección de dinero para empresas y familias a fondo perdido. Esta ayuda directa es muy escasa, puesto que sólo alcanza los 2.000 millones de euros.
De estos 2.000 millones, algo más de 1.000 millones irán a las empresas, de los que casi el 50% se destinará a las pymes, mientras que otros 325 millones se otorgarán como ayudas a los autónomos, a más de 52 millones en prestaciones por cese de actividad. Para los hogares se destinarán 115 millones, una cantidad claramente insuficiente que sólo cubre una mínima parte del problema.
Otras partidas son simplemente aplazamientos de pagos: 300 millones en IRPF y otros 300 millones en forma de moratoria fiscal para pymes y autónomos. Aplazar no significa condonar, y, en este aspecto, los afectados por la catástrofe verán cómo también les crece la deuda.
Algunos ministerios han calculado el impacto de estas ayudas en sus presupuestos. El Ministerio de Hacienda estima un impacto de 1.438 millones, pero esta cifra incluye el aplazamiento del pago del IRPF durante tres meses, junto a transferencias directas a empresas y autónomos de entre 10.000 y 150.000 euros para las empresas, y de 5.000 euros para autónomos. Además, se eximirá del pago del IBI y se reducirá el IAE. En este cálculo, Hacienda suma elementos muy diferentes, ya que una cosa es aplazar un pago y otra es dar una subvención, que además es tan escasa que difícilmente permitirá rehacer el tejido empresarial destruido.
La Seguridad Social, por su parte, contribuirá con 214 millones de euros mediante exenciones en la cotización a la Seguridad Social para las personas en ERTO. El Ministerio del Interior contempla una aportación inicial de 118 millones, dirigidos principalmente a compensaciones por viviendas destruidas, reposición de muebles, electrodomésticos y otros equipamientos de los hogares, así como ayudas para las comunidades de vecinos.
Es imprescindible mucha mayor claridad y transparencia para diferenciar entre qué son aplazamientos de pagos, avales para créditos o anticipos de compensaciones por bienes asegurados, y qué son aportaciones a fondo perdido. Ésta es una tarea que parece no interesar demasiado a nadie: al gobierno de Sánchez no, porque su máximo interés es sumar elementos, aunque sean diferentes, para presentar grandes cifras, cuando, en realidad, todavía no es así.
Los medios de comunicación tampoco parecen interesados en profundizar y entender claramente qué se está ofreciendo y en qué condiciones, a los damnificados por la tragedia. Finalmente, el Partido Popular debería ser el primer interesado en esclarecer estas ayudas y en informar de manera honesta a los afectados y a la ciudadanía en general sobre su verdadero alcance y significado.
La primera conclusión es evidente: lo que ahora se ha comprometido a aportar el gobierno es totalmente insuficiente. Es sólo un pequeño parche y demuestra un escaso nivel de comprensión sobre la magnitud de la catástrofe. Está claro que esto es sólo el primer paquete de ayudas. Esperamos el segundo y veremos su alcance. En cualquier caso, la rapidez con la que llegue el dinero a quien lo necesita es crucial.