Una obra de Antonio Negri y Michael Hardt, Imperio (2000; 2005), ha despertado desde hace tiempo mi interés, sobre todo por el esfuerzo realizado para vincular su visión de la alternativa al sistema político y económico actual, con la obra La ciudad de Dios de San Agustín (y también tomando como una referencia de vida a San Francisco de Asís), leída desde el laicismo que surge del materialismo histórico que, en definitiva, es la raíz cultural de Negri. No en vano ejerció un liderazgo en la izquierda comunista de los años setenta desde Potere Operaio (1969) y, posteriormente, Autonomia Operaia. Acusado de formar parte del terrorismo de las Brigate Rosse, hecho que siempre ha negado, fue encarcelado, y vivió y trabajó exiliado en Francia, protegido por Mitterrand.
Lo interesante de Imperio, lo que aquí debe ser destacado, son sus fundamentos y su fuerza inspiradora. No surgen, ciertamente, de una lectura actualizada de Marx, ni de una puesta al día de Lenin y su estrategia revolucionaria, ni tan siquiera, y esto tendría mucha lógica, de una revisión de Gramsci. Leer más