Algunas miserias del periodismo: Salvador Sostres

Hace tiempo que, a ojos de los ciudadanos, el periodismo ha perdido ese pedigrí que le daba ser considerado como el notario de la vida cotidianaLa causa ha sido el partidismo creciente, la confusión continua entre opinión e información y, de forma muy importante, la necesidad de competir con el sensacionalismo de las redes sociales.

Un exponente de esta faceta degradada de la profesión que afecta a algunos periodistas es Salvador Sostres que, acogido en la despensa de ABC, ha hecho de este noble género un ejercicio personal de revanchas y ajustar cuentas.

Seguramente el hecho de que escriba en ABC viene propiciado por su crítica al independentismo, pero la historia de este más que centenario diario no debería aceptar con facilidad el hecho de que los artículos de Sostres sean casi cada día un despropósito de la realidad y un ensuciar a las personas que no son del agrado de Sostres. No se trata de una cuestión de ideas, sino de desprestigiar a quienes ataca con una insania que es difícil de encontrar en otros medios.

Se trata de degradar, de destruir a personas concretas por el particular interés de Sostres, de si en un momento u otro de su vida no le trataron con la consideración de que él se considera merecer. No se trata de juzgar hechos, sino sencillamente de presentar las imágenes más perniciosas posibles de las personas a las que hace objeto de su crítica. El ABC se ha convertido en el instrumento de ajustar cuentas de esta persona, que se presenta como periodista, pero que en realidad practica el libelo de forma continuada.

Pero de todo lo negativo que ha escrito, nunca había alcanzado el grado extremo y de miseria del obituario que ha hecho este 9 de noviembre de Carme Alcoriza, la que fue secretaria, primero, y jefe de la secretaría de la presidencia de la Generalitat en todo el período de Jordi Pujol y, antes, en Banca Catalana.

Entrecomillando frases como si fueran literales y él hubiera estado presente, describe a una trabajadora eficaz como una especie de mesalina y, lo peor de todo es que lo hace cuando el cadáver de Carme Alcoriza está presente y el dolor del marido y de los hijos es el que todo el mundo puede imaginarse.

Es difícil encontrar un obituario más lleno de carga venenosa, más insultante y sobre todo más falto de respeto por los muertos y por los vivos. Es un texto dirigido a infligir dolor y desprestigiar, pero esto es precisamente la constante de Salvador Sostres. Su presencia en ABC denigra el periodismo de este diario de tan larga trayectoria.

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2 comentarios. Dejar nuevo

  • Gracias Josep. Cada día es más difícil encontrar un periódico ecuánime, aunque hay grados entre unos y otros.
    O habrá que hacer caso Amin Maalouf, hijo de editor de periódicos en Libano, que sostiene que hay que leer varios periódicos de diferentes tendencias para llegar a un atisbo de verdad.

    Responder
  • tota la raó Sr Josep, l’Article de l’ABC supera amb escreix tot el que havia llegit d’aquest ,»Sr» ( es un dir perque de Sr no en té res.)
    Es un maleducat, hortera inhumà i moltes coses més que li diria peró no em vull posar a la seva altura.
    Per altra banda tenia la impressió que l’ABC es un diari anticatalà, pero serio i senyor. No entenc com poden publicar un article com aquest que degrada la categoria del periodista i de l’ABC.
    Crec que el colegi de periodistes de Madrid hauria intervenir, perque un fet com aquest, és també un insult al poble de Catalunya.
    Es una prova de la rancúnia de una part d’Espanya contra tot el que fa olor de català
    Quina pena que no s’hi pugui fer res

    Responder

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