El golpe que ha recibido JxCat al quedar en tercera posición, a pesar de la escasa participación -lo que significa que ha perdido lo que era su capital más importante, la capacidad de movilización- puede venir contrapesada por las dificultades que tendrá ERC para justificar ante el electorado independentista su alianza republicana con el PSOE.
Una serie de hechos definen las dificultades crecientes que se puede encontrar en este sentido.
Todo comienza con los indultos de los presos, que aún están pendientes de resolución porque el PSOE prefirió hacerlo después de las elecciones al Parlamento, pero ahora en el calendario se acumulan nuevos hechos que lo tuercen todo.
Uno de estos hechos es la situación de Puigdemont en el Parlamento Europeo y la cuestión de su inmunidad, que está sometida a procedimiento en la Comisión de Asuntos Jurídicos. El informe de los juristas opta por considerar que hay que aceptar el suplicatorio del Tribunal Supremo y levantar la inmunidad de Puigdemont. La pérdida de esta inmunidad tendría importantes consecuencias y situaría a las autoridades belgas que lo acogen, entre la espada y la pared. El informe, que de momento tiene un alcance jurídico, considera que los presuntos delitos que ha cometido Puigdemont son anteriores a su mandato como diputado europeo y, en consecuencia, esta condición no le puede proteger. Y, por otra parte, subraya que el Parlamento Europeo no puede cuestionar los procedimientos judiciales de los países miembros.
Cuando este tema se lleve a la comisión, el Partido Socialista Europeo, donde el PSOE tiene un gran peso, se encontrará en una difícil tesitura porque deberá mojarse, y según en qué términos lo haga, creará una nueva dificultad a ERC y dará argumentos a JxCat.
Una pieza imprevista en este panorama complicado es la petición de indulto de Pablo Hasél formulada por el socio de gobierno del PSOE. Este hecho, unido a los extraordinarios disturbios y manifestaciones de violencia extrema que ha vivido Cataluña y que han tenido como hecho culminante el asalto a la comisaría de Vic, y que también han producido una presencia, si bien más limitada, en la capital de España, tendrían un elevado coste para el PSOE y para el gobierno. Sumar generosidad política por los dos perfiles, independentismo y revolucionarismo, no es un manjar fácil de tragar, especialmente para el votante tradicional del PSOE, que es su bagaje electoral más importante.
La proposición entrada en el Congreso por ERC sobre el referéndum de Cataluña añade leña al fuego de la polémica. Es una iniciativa lógica para aprovechar la oportunidad, pero inoportuna en el momento concreto, en el sentido de que coincide con un conjunto de eventos que sitúan al PSOE entre la espada y la pared.
Resumiendo: En el espacio de unas pocas semanas ¿puede Sánchez otorgar los indultos a los independentistas encarcelados y a Pablo Hasél, votar contra el informe jurídico que permite levantar la inmunidad de Puigdemont, y considerar afirmativamente la hipótesis de un referéndum en Cataluña? La respuesta es que no, y aquí es donde se encuentra el proceso de fricción y la dificultad de entendimiento futuro con ERC, porque ¿qué contenido tendrá la mesa de diálogo si la mayoría de estas referencias tienen una respuesta poco favorable? Más aún cuando ERC, para formar gobierno, se ve exigida por la CUP, que tiene todo un colectivo, Endavant, que ya se ha manifestado contraria a participar en el futuro gobierno de la Generalitat.