La encuesta publicada este pasado domingo en La Vanguardia realizada por GAD3, una empresa que tiene un amplio curriculum de aciertos, genera un gran interrogante. El resultado otorga a ERC la victoria con muchos escaños de diferencia, 41 a 31, sobre JxCat, la segunda opción y además competidora suya en el campo independentista. Los resultados en esta ocasión hacen que por primera vez el independentismo obtenga una mayoría que sobrepasa el 50% contando con los votos de la CUP. Sólo entre ERC y JxCat ya alcanza el 48% de los votos. Este progreso se transforma en una clara mayoría absoluta con 73 escaños, sin contar los 4 posibles escaños de la CUP. Esta es la lectura directa que todo el mundo puede hacer del resultado de la encuesta. Pero al mismo tiempo presenta numerosos interrogantes, por no decir contradicciones:
- La coalición de ERC, JxCat y la CUP sólo es preferida por el 21,7% de los votos, por lo tanto a una distancia astronómica de lo que realmente suman las tres opciones. ¿Cómo se ha de leer esta diferencia?
- Prácticamente el 60% de los catalanes consideran que la situación política actual de Cataluña es mala. Y el 68% considera que será igual o peor dentro de un año.
- La gestión del gobierno es rechazada por un claro 57% de los votos. Sólo el 36% está a favor. Una vez más la paradoja de que los «Sí» son muy inferiores a la suma de los votos de ERC y de JxCat. Al menos hay 12 puntos porcentuales, que son muchos, de votantes de los dos partidos que suspenden la gestión del gobierno.
- Ningún partido parece solvente para gestionar la Generalitat. Cuando se pregunta qué partido se considera más capacitado para gestionar la Generalitat, que es una pregunta muy directa, el mejor situado es ERC con un 21,4%. Claramente por debajo del número de votantes, situado en el 27,2%. Por lo tanto, hay personas que votan a ERC aunque saben que no es la formación más capacitada para gobernar. En el caso de JxCat la diferencia es mayor. El 19,9% de votantes por sólo un 12% favorable a su capacidad de gestión. Es un muy mal resultado para el partido que concentra los dos últimos presidentes. Pero es que la diferencia es mayor con el PSC: 19% de votos, 11% de favorables a su capacidad de gestión. Este hecho se da, si bien en menor medida, en todos los demás partidos. Esta diferencia entre capacidad de gestión y preferencia electoral es perfectamente lógica en aquellas opciones políticas que no tienen posibilidad de gobernar, pero para las que están en el gobierno, es un hecho que no deja de cuestionar los criterios de una parte de la población a la hora de votar.
Con todos estos datos a la vista, se hace difícil entender el éxito de los partidos mayoritarios y en particular del independentismo.
Las respuestas son muchas y no incompatibles entre ellas. Por ejemplo, la gente vota lo que hay, a pesar de que no le guste en la medida suficiente. Vota «mal menor» o vota «refugio», o «en contra de». El problema es que este comportamiento es importado. La democracia, que debe ser eficaz, no funciona bien.
Otra respuesta a estas aparentes contradicciones la podríamos encontrar en una baja participación. Sería la consecuencia de que fueran a votar los muy convencidos, los más militantes, y que aquella parte de ciudadanos que lo hace en función de criterios más prácticos se quedara en casa. Desgraciadamente, este dato, que será muy importante en las próximas elecciones, la encuesta no lo facilita y, por tanto, la explicación permanece en el aire.
La gente vota lo que hay, a pesar de que no le guste en la medida suficiente. Vota 'mal menor' o vota 'refugio' o 'en contra de' algo o alguien Share on X