Peste Porcina Africana en Cataluña: entre el rigor sanitario y la histeria política

La noticia estalló como un trueno en medio del Vallès Occidental: ocho jabalíes hallados muertos en torno a la Universidad Autónoma de Barcelona han sido confirmados como positivos de Peste Porcina Africana (PPA), una de las enfermedades animales más devastadoras del mundo. Las imágenes de los cadáveres, rápidamente filtradas, encendieron todas las alarmas y con ellas un mecanismo institucional que ha desbordado los protocolos habituales.

El segundo hecho, aún más sorprendente, ha sido el llamamiento de la Generalitat a la UME, la Unidad Militar de Emergencias, además de la Guardia Civil. Nunca, desde el restablecimiento de la autonomía en 1980, Cataluña había recurrido al ejército en una crisis sanitaria animal, a pesar de haber superado a otras —como la Peste Equina— con sus propios recursos y de manera ejemplar, ni en ningún otro tipo de crisis. No se trata de ningún apriorismo negativo sobre esta unidad, sino sobre su superflua presencia en este caso.

La pregunta es inevitable: ¿era realmente necesario? ¿O estamos ante un acto que responde más al miedo político y al afán de “alineamiento” con los criterios de Madrid que a una necesidad técnica?

Un exceso de efectivos que no aporta mayor seguridad

Cataluña cuenta con un cuerpo de Agentes Rurales experimentadísimo, conocedor del territorio y de las dinámicas del jabalí; con Mossos d’Esquadra, policías locales y equipos veterinarios distribuidos en cada comarca; con las Agrupaciones de Defensa Sanitaria (ADS) y protocolos específicos de PPA vigentes desde hace años. Todo ello operando en un perímetro reducido: una zona de unos 6 km de radio y 75 km², equivalente a unas cuantas manzanas del Eixample.

Esta infraestructura es suficiente para gestionar un foco tan localizado. Entonces, ¿por qué se llama a la UME y se hace intervenir a la Guardia civil? ¿Tan poco confía Illa en los recursos propios?

La incorporación de más cuerpos -militares incluidos- puede acabar generando duplicación de tareas, confusión operativa e incluso conflictos de mando. Es, en palabras de un veterano agente de campo, «poner más manos de las que caben al volante».

Un sector económico clave: el verdadero motivo del pánico

La PPA no afecta a los humanos, pero puede devastar al sector porcino. Y ahí radica el verdadero temor del Gobierno Illa.

El porcino es un pilar de la economía catalana:
  • Representa entre el 1 y el 1,5% del PIB.
  • Supone el 40% de la producción porcina española.
  • Genera más del 50% de las exportaciones de porcino del Estado.
  • Cataluña concentra una cuarta parte de todo el censo porcino español.

La aparición de un foco de PPA, aunque sea en fauna salvaje, puede provocar el cierre inmediato de los mercados internacionales. Algunos países —cerca de un centenar— ya han cerrado fronteras en las exportaciones españolas.

China, mercado esencial por volumen y precio, ha optado por permitir la regionalización y limitar la restricción en la provincia de Barcelona, ​​pero es una decisión frágil. Todo dependerá de si la enfermedad se expande o queda limitada a los jabalíes iniciales.

Por el momento, las veinte granjas revisadas en la zona han resultado indemnes, un alivio considerable.

Si no aparecen nuevos casos, las consecuencias podrían restringirse a una limitación temporal -entre uno y tres años- de las exportaciones provenientes de la provincia de Barcelona, ​​en los países que admiten la regionalización interna; será mucho más complicado entre quienes no contemplan esta medida; caso por ejemplo de Japón.

Los jabalíes: una población descontrolada y mal gestionada

La presencia de la PPA en jabalíes es un síntoma más de un problema crónico: la falta de control real de la fauna salvaje que rodea al área metropolitana.

El jabalí ya no es un animal de bosque:

  • Entra en los pueblos,
  • Atraviesa carreteras,
  • Interactúa con personas,
  • Remueve contenedores,
  • Y convive en Collserola y el Vallès como si fuera un vecino más.

Si, como apunta la hipótesis oficial, el foco proviene de alimento contaminado recibido de un vehículo –hipótesis plausible y localizada–, la situación podría estar relativamente acotada.

La otra posibilidad, más remota pero inquietante, es la entrada de animales infectados procedentes de los Pirineos, que abriría otro escenario mucho más complejo.

Pese a disponer de manuales exhaustivos, el Govern Illa ha fallado en el elemento esencial: la prevención y gestión continuada de la fauna portadora. Y esto no se arregla con militares ni con fotos frente a vallas metálicas.

Porque la realidad es tozuda:

Cataluña ya tiene todos los recursos necesarios. Solo hace falta coordinarlos bien y activarlos con criterio:

  • Agentes Rurales
  • Mossos d’Esquadra
  • Policías locales
  • Veterinarios
  • ADS y ganaderos
  • Asociaciones de cazadores
  • Planes específicos de control del jabalí
  • Protocolos vigentes de PPA

Este es el arsenal real. Y ha funcionado durante décadas.

En cambio, prohibir el acceso al Parque de Collserola a las personas -que no pueden contagiar la enfermedad- es una medida innecesaria y desproporcionada que vulnera derechos fundamentales y transmite una sensación de caos que no es real. Los gobiernos socialistas desde la COVID se han acostumbrado a restringir con mucha facilidad los derechos fundamentales, siempre jugando al miedo a la gente. Esto es inadmisible.

Lo que hace falta es cerrar y controlar estrictamente los pocos kilómetros cuadrados afectados, no confundir a la población con gestos teatrales ni activar una maquinaria militar que no aporta nada.

Conclusión: mayor serenidad y menos espectáculo

La Peste Porcina Africana es un problema serio, pero gestionable. Lo que hace falta es ciencia, metodología y coordinación, no una exhibición de músculo institucional. Cataluña ha gestionado crisis más graves con sus propios recursos y ha ganado prestigio internacional haciéndolo.

El Govern Illa, en cambio, ha respondido con precipitación y con un exceso de efectivos impropio de un sistema maduro.

Menos pánico, más rigor. Menos ruido, mayor trabajo. Este es el camino para proteger el sector, el territorio y la credibilidad del país.

Peste Porcina Africana. Cataluña tiene los recursos: lo que falta es dirección, no soldados #PPA #porcino Compartir en X

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