No nos engañemos, la prueba del algodón de todo gobierno es la que inquiere por si nuestras condiciones de vida son mejores o no que justo antes de que empezara su tarea. Y este es el examen a que hemos sometido a los gobiernos Sánchez.
Servicios públicos: Sanidad, Educación, Dependencia, Transporte y Administración pública
Sanidad
Sanidad (Salud pública): Los datos indican un deterioro en las listas de espera sanitarias. A finales de 2017 había unos 592.000 pacientes esperando una operación no urgente, con un tiempo medio de espera de 106 días. En junio de 2024 se alcanzaron incluso 848.340 pacientes esperando cirugía. Esto refleja mayores retrasos para acceder a intervenciones médicas en 2025 respecto a 2017.
En atención primaria y especializada también se registran esperas prolongadas, y un 17,4% de pacientes llevan más de seis meses esperando cirugía (dato 2023), señal de saturación. La inversión sanitaria per cápita creció en estos años, pero la demanda (envejecimiento poblacional, COVID e inmigración) ha superado a la oferta, generando quejas por falta de personal y sobrecarga en urgencias.
En resumen, la Sanidad pública en 2025 está en un peor estado.
Educación
Educación (Resultados PISA): Los resultados educativos internacionales PISA se han mantenido estancados o ligeramente a la baja. En 2015 España obtuvo 493 puntos en ciencias (igualando la media OCDE), pero en PISA 2018 ya hubo un descenso. Para 2022, tras el impacto de la pandemia, España marcó 473 puntos en matemáticas, 474 en lectura y 485 en ciencias, cifras ligeramente inferiores a 2018. España sigue por debajo de la media de la OCDE en lectura y matemáticas. En comparación internacional, España se mantiene con rendimientos medios-bajos:
En definitiva, no se observan mejoras significativas en el nivel educativo de los alumnos entre 2017 y 2025, según PISA.
Dependencia
Sistema de dependencia: En 2017 el llamado “limbo de la dependencia” (personas con derecho reconocido a ayuda, pero sin recibir prestación) era muy elevado, superando las 300.000 personas en lista de espera. Según informes recientes, gracias a un Plan de Choque 2021-2023 y al aumento de financiación pública, ese número se redujo drásticamente: de 385.000 dependientes en espera en 2015 se bajó a 135.400 en 2023-2024. Es decir, se ha agilizado el acceso a las prestaciones de dependencia en comparación con 2017.
Además, la financiación estatal de la dependencia aumentó un +251% entre 2020 y 2024, permitiendo incorporar más beneficiarios. No obstante, aún quedan carencias: casi 300.000 personas siguen esperando valoración o prestación a mediados de 2023, y se denuncia que decenas de miles de dependientes fallecen cada año sin recibir ayuda.
Con todo, la situación global del sistema de atención a la dependencia ha mejorado ligeramente respecto a 2017.
Transporte
Transportes públicos y ferrocarriles: En 2025 España presume de logros en infraestructuras de transporte. Se ha consolidado como “el segundo país del mundo con más kilómetros de alta velocidad ferroviaria” (AVE), superando a Alemania e Italia juntas en extensión. Desde 2017 se culminaron nuevas líneas (por ejemplo, AVE a Granada en 2019, a Burgos en 2022, a Galicia en 2021).
En 2023-2024 el Gobierno implementó descuentos y gratuidad en abonos de cercanías y media distancia, aumentando el uso del transporte público un 13%. Sin embargo, persisten y aumentan las deficiencias en algunos servicios: en la red de Cercanías (suburbanos) de grandes ciudades (Madrid, Barcelona) hay quejas por averías y falta de inversiones en mantenimiento. Un ejemplo de mala gestión fue el “caso de los trenes que no cabían en los túneles” en Cantabria/Asturias (2021-2023), reflejo de problemas de planificación.
La degradación del servicio y la frecuencia de averías se ha extendido a los trenes de largo recorrido y sobre todo al AVE.
Administración pública
Administración pública (atención al ciudadano): En 2017 los trámites presenciales con la administración ya eran engorrosos, Hoy en 2025 han empeorado, casi todos los trámites requieren cita previa (DNI, pasaporte, consultas en Seguridad Social, etc.), lo que ha provocado colapsos periódicos en la obtención de citas.
Por ejemplo, en 2018 CCOO denunciaba falta de personal en expedición del DNI, con oficinas sin citas disponibles en todo un mes en ciudades como Barcelona. Tras 2020, esa situación se agravó: muchos ciudadanos reportaron dificultades para conseguir cita online, llegando a tardar semanas o meses para trámites básicos.
Aunque la administración general del Estado y las autonómicas han mejorado sus plataformas digitales, la atención personalizada se ha resentido, especialmente para colectivos menos digitales. La burocracia sigue siendo pesada (España suele ocupar puestos intermedios en indicadores de eficiencia gubernamental de la OCDE).
En conclusión, no se aprecia una mejora clara en la atención administrativa al ciudadano entre 2017 y 2025; más bien una transformación digital a medias, con servicios electrónicos útiles pero saturación en la atención presencial. Se pagan más impuestos, pero muchos ciudadanos perciben que “hacer un papeleo” sigue siendo exasperante, aunque ahora la cola sea virtual esperando una cita.
Seguridad ciudadana: delitos y población reclusa
Delitos
Homicidios
España continúa siendo un país relativamente seguro en el contexto europeo, con tasas de criminalidad bajas o moderadas. La tasa de homicidios se ha mantenido muy baja: en 2017 hubo 307 homicidios consumados (0,66% hab.), cifra que aumentó levemente a 331 homicidios en 2023 (0,69%). Este repunte es mínimo y España sigue registrando una de las tasas de homicidio algo más bajas de Europa (en 2023, 0,7% frente a 0,9% UE).
Robos violentos
En robos con violencia e intimidación, las estadísticas nacionales muestran una tendencia relativamente estable: se contabilizaban en torno a 60-70 mil robos violentos al año, tanto en 2017 como en años recientes. Hubo descensos coyunturales en 2020 por los confinamientos, seguidos de repuntes; pero comparando 2017-2019 con 2022-2023, los niveles son parecidos (unos 65.000 robos violentos anuales estimados). La tasa de criminalidad global (delitos por mil habitantes) en 2022 fue 48,8%, algo mayor que en 2017 (cuando rondaba 45%), debido sobre todo al aumento de ciberdelitos.
Agresiones sexuales
El dato más preocupante está en los delitos sexuales, que han aumentado notablemente. Las agresiones sexuales con penetración (violaciones) denunciadas casi se duplicaron: en 2017 se denunciaron alrededor de 1.400 violaciones; en 2022 se denunciaron 2.870 violaciones (8 al día), lo que supone un 53% más que en 2019 y un 34% más que en 2021. Esto refleja un problema social grave.
Además, la definición legal cambió en 2022 (con la ley del “solo sí es sí” se unificaron abuso y agresión), lo que puede haber influido en las cifras. En todo caso, España presenta en 2025 tasas altas de agresiones sexuales denunciadas en comparación con su propio pasado, lo cual genera alarma pública.
Otros delitos violentos (lesiones, riñas, intentos de homicidio) también repuntaron tras la pandemia (Interior reportó 44% en tentativas de homicidio vs. 2019), aunque en niveles absolutos España sigue relativamente segura.
Población reclusa
El número de presos en España ha disminuido ligeramente de 2017 a 2025. En 2017 había 58.800 reclusos en total, equivalente a 126 presos por cada 100.000 habitantes. En 2022-2023, la cifra bajó a unos 55 mil reclusos (116% por hab.), continuando la tendencia descendente iniciada tras 2010. España ha pasado de tasas de encarcelamiento altas (158% en 2010) a más moderadas en 2023, acercándose a la media de Europa occidental. Este descenso se debe a la disminución de delitos durante la larga crisis económica anterior y a medidas de reinserción; además, las reformas penales (por ejemplo, revisión de condenas por la ley mencionada) han reducido la población penitenciaria marginalmente.
Conclusión en seguridad: en 2025 no hay un incremento global de la criminalidad violenta frente a 2017. Los homicidios se mantienen bajos y los robos violentos estables, aunque las violaciones aumentaron significativamente. La sensación de seguridad ciudadana sigue siendo buena, con España entre los países más seguros de la UE en homicidios, pero con desafíos en violencia sexual y nuevas amenazas (ciberdelitos en auge, etc.). La capacidad del sistema penal parece suficiente dado que hay menos presos que hace una década, lo que indica o bien menos delincuencia o alternativas a la prisión.
Se pagan más impuestos, pero muchos ciudadanos perciben que “hacer un papeleo” sigue siendo exasperante, aunque ahora la cola sea virtual esperando una cita Compartir en X