En esta serie de artículos consideraremos aquello que es vital para el presente y futuro del país y que no registra la atención o los esfuerzos de las políticas públicas del gobierno de la Generalitat en un grado mínimamente adecuado o bien que su política es incapaz o inadecuada.
Vimos en el primer capítulo de la serie la productividad. Ahora es el turno de la educación:
Del conjunto de diversos y no siempre coincidentes diagnósticos publicados, pueden entresacarse algunes ejes comunes:
- Fallo crítico en los fundamentos: la comprensión lectora y la capacidad de expresión por escrito, lo que afecta al conjunto del aprendizaje en todos los ámbitos, incluidos los técnicos. Si alguien no comprende el enunciado de un problema matemático nunca podrá resolverlo
- Falta de formación del profesorado: Los docentes carecen de suficiente preparación disciplinar y didáctica, especialmente en áreas como las ciencias.
- Escasez de recursos: Existe una dificultad para implementar ciertas actividades educativas debido a la falta de recursos específicos.
- Desafíos éticos en la era digital: El uso de tecnologías digitales en la educación plantea nuevas cuestiones éticas que requieren atención y desarrollo de códigos éticos apropiados.
- Problemas de salud mental: Hay una creciente preocupación por la salud mental de los estudiantes, especialmente en poblaciones vulnerables como las personas sin hogar.
- Dificultades en la inclusión educativa: A pesar de la normativa existente, la implementación efectiva de la educación inclusiva sigue siendo un desafío.
- Preocupaciones del profesorado novel: Los docentes recién incorporados enfrentan problemas relacionados con cuestiones académicas y organizativas, similares a los identificados, décadas atrás.
- Desconexión entre educación y mundo laboral: El sistema educativo no prepara adecuadamente a los estudiantes para las demandas del mercado laboral actual.
- Exceso de horas lectivas: En comparación con otros países europeos, España tiene un 20% más de horas de clase, lo que puede afectar a la concentración y al rendimiento de los estudiantes.
- Problemas de atención: Los estudiantes muestran dificultades para mantener la atención durante períodos prolongados, lo que plantea desafíos para la enseñanza tradicional.
Estos problemas requieren una atención integral y estrategias adaptadas al contexto local de Cataluña para mejorar la calidad y eficacia del sistema educativo.
Analizando con más detalle la cuestión podemos constatar:
Rendimiento académico (Informe PISA)
Los resultados de Cataluña en las pruebas PISA han mostrado un estancamiento e incluso retroceso en el último quinquenio. En PISA 2018, Cataluña obtuvo puntajes por encima de la media de España e incluso de la OCDE en algunas áreas: por ejemplo, alcanzó 490 puntos en matemáticas, superando el promedio de la OCDE (alrededor de 489).
Sin embargo, en PISA 2022 se observa una caída notable. Cataluña experimentó descensos de 21 puntos en matemáticas, 12 en ciencias y 22 en lectura respecto a informes previos, situándose por debajo de la media nacional en varias áreas.
En comprensión lectora 2022, Cataluña logró 462 puntos, quedando segunda por la cola entre las comunidades (solo por encima de Canarias con 463) y muy por debajo de la media española (474) (Informe PISA 2022: ranking por comunidades autónomas). En ciencias 2022, Cataluña obtuvo 477 puntos, también inferior al promedio nacional (485) (Informe PISA 2022 por comunidades: estas son las que han obtenido las mejores y peores notas). En matemáticas 2022, Cataluña se ubicó en torno al promedio español (aprox. 470 puntos, frente a 473 de media nacional) pero lejos de comunidades punteras como Castilla y León (~499) (Informe PISA 2022 por comunidades: estas son las que han obtenido las mejores y peores notas).
Estas comparativas reflejan que regiones como Castilla y León, Asturias o Cantabria lideran consistentemente los rankings PISA en España, mientras Cataluña ha pasado de posiciones destacadas a estar en la mitad baja de la tabla.
Tabla 1. Resultados PISA 2022 – Cataluña vs. comparativa (puntajes promedio por área) (Informe PISA 2022 por comunidades: estas son las que han obtenido las mejores y peores notas).
En síntesis, el rendimiento académico catalán se ha debilitado en los últimos años en comparación con otras comunidades. Donde antes Cataluña solía situarse cerca de la cabeza (en 2009 fue la 3ª en lectura), en 2022 aparece en posiciones rezagadas. Esto enciende señales de alerta sobre la calidad y equidad del sistema educativo catalán en relación con el resto de España.
El diagnostico en este caso es claro: es a lo largo de estas dos últimas décadas donde se produce un retroceso de Catalunya que en los últimos años se convierte en caída libre. Este aspecto histórico de la cuestión, no está siendo suficientemente considerado en los diagnósticos: ¿qué ha cambiado para pasar en 15 años de las posiciones de cabeza a las de cola?
Tasas de abandono escolar temprano
La tasa de abandono escolar temprano (jóvenes de 18-24 años que dejan los estudios sin acabar la segunda etapa de secundaria) ha mostrado altibajos en Cataluña en el último lustro, aunque con una tendencia general a la baja a largo plazo. En 2018, el abandono temprano catalán rondaba el 17%, cifra similar a la media española de ese año (~17,9%).
Sin embargo, en 2019 el indicador empeoró en Cataluña hasta un 19%, quedando por encima del promedio nacional (que rondaba el 17% ese año). A partir de 2020 se observa una mejora significativa: Cataluña redujo el abandono al 17,4% en 2020 y alcanzó su mínimo histórico en 2021 con 14,8%. Este valor, no obstante, seguía siendo ligeramente superior al promedio de España en 2021 (13,3%).
En 2022 hubo un repunte indeseado: Cataluña subió a 16,9% de abandono temprano, más de 2 puntos por encima del año anterior y claramente por encima de la media estatal del 13,9%. De hecho, en 2022 Cataluña fue la segunda comunidad con mayor abandono de España, solo superada por Murcia (18,7%).
A partir de 2021 España cambió base poblacional (INE), pero los datos son comparables. El objetivo UE 2030 es bajar del 9%.
Como se observa, Cataluña logró reducir el abandono escolar en 2020-21, acercándose a la media nacional, pero en 2022 volvió a aumentarlo. Esto contrasta con la mejora sostenida a nivel estatal, donde se pasó de casi 18% en 2018 a 13,9% en 2022. Aun así, la tendencia de fondo en Cataluña desde 2010 es positiva (muy lejos del 34% que llegó a tener a inicios de los 2000 , pero persisten fluctuaciones preocupantes.
El abandono catalán sigue ligeramente peor que el promedio de España y lejos de las comunidades más exitosas (Navarra, País Vasco, etc., que rondan el 6-9%). En 2023, por ejemplo, Cataluña marcó 14,0% vs ~13,6% nacional.
Población «ni-ni» (ni estudia ni trabaja)
La proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan (indicador NEET, típicamente medido en edad 15-29 años) en Cataluña es relativamente alta, aunque ha mejorado en los últimos años. Según el Ministerio de Educación, en 2022 el 13,1% de los jóvenes catalanes de 15 a 29 años eran «ni-ni», ligeramente por encima de la media de España (12,7%).
Cataluña se sitúa así en la franja intermedia-alta entre comunidades: comparte niveles similares a Extremadura o Murcia (en torno al 13-14%), se mantiene por debajo de Baleares (15,6%) y Andalucía (14,7%), pero está peor que comunidades como Cantabria (10,5%) o Aragón (9,9%)
Tabla 2. Porcentaje de jóvenes 15-29 «ni-ni» (2022)En perspectiva temporal, Cataluña también ha logrado reducir este indicador: en 2018 rondaba el 15% (estimación), mientras que para 2023 bajó a ~11% de jóvenes ni-ni. De hecho, Cataluña pasó de un 12,4% en 2018 a 9,8% en 2023 en el grupo 15-24 años, reduciendo la proporción de ni-nis juveniles.
Esto refleja una evolución positiva, acorde con la mejora general en España (donde la tasa nacional 15-29 descendió de 17,3% en 2020 a 12,3% en 2023). No obstante, el nivel actual aún es elevado comparado con Europa: España y Cataluña superan ampliamente el promedio de la UE en este aspecto (alrededor del 9-10% en la UE).
Otros indicadores educativos en Cataluña
Además de los resultados y la continuidad educativa, existen otros factores clave para evaluar el sistema catalán:
- Inversión en educación: La financiación educativa en Cataluña ha aumentado en términos absolutos en los últimos años, pero sigue considerándose insuficiente en relación con el PIB y con otras regiones líderes. En 2020 Cataluña dedicó unos 7.550 millones de € a educación, la segunda cifra más alta de España. Sin embargo, esto representa solo ~2,5% del PIB regional, muy por debajo de comunidades como Castilla y León (~4,5% del PIB) y también inferior a países punteros de la OCDE
Expresado por alumno, Cataluña invierte alrededor de 5.230 € por estudiante, monto significativamente inferior al promedio europeo (≈6.082 €) y también por debajo de varias autonomías españolas; por ejemplo, Castilla y León invierte ~6.556 € por alumno. Esta brecha de recursos sugiere que Cataluña arrastra un déficit inversor histórico en educación. Aun habiendo batido récord de presupuesto educativo en 2023, los expertos señalan que «la inversión es la gran asignatura pendiente» en Cataluña
- Dotación de recursos y profesorado: La consecuencia directa de un menor gasto por alumno se aprecia en indicadores como la ratio de alumnos por profesor. Cataluña presenta una de las ratios más altas de España: en el curso 2021/22 tuvo 11,5 alumnos por docente, la tercera mayor después de Madrid y Melilla, y por encima de la media estatal (10,9).
Ello implica clases más numerosas o menos personal docente disponible por estudiante, lo que puede afectar a la atención individual y la calidad de la enseñanza.
En cuanto a la calidad del profesorado, no hay un indicador simple; pero sí cabe señalar desafíos en su distribución: Cataluña tiene una elevada concentración de docentes en entornos urbanos y ha enfrentado dificultades para estabilizar plantillas. En 2023 se anunciaron mejoras como convocar concursos de traslados docentes anuales para fidelizar al profesorado. La formación docente continua y la capacidad de atender a un alumnado diverso (por idioma, origen y nivel socioeconómico) son aspectos críticos en Cataluña.
- Red pública vs concertada: Cataluña se caracteriza por un alto peso de la escuela concertada (privada subvencionada). Aproximadamente 1 de cada 3 alumnos cursa en centros concertados, y alrededor del 17,8% del gasto educativo catalán se destina a conciertos y subvenciones a privados. Este porcentaje es de los más altos (solo superado por País Vasco, Baleares, Madrid y Navarra) y mayor que la media estatal (12,6%).
- Bilingüismo e idioma de instrucción: Un rasgo diferencial de Cataluña es su modelo de inmersión lingüística en catalán, donde el catalán es lengua vehicular principal y el castellano (español) se imparte como asignatura. Este modelo, vigente desde hace décadas, busca asegurar la competencia plena en catalán y castellano al finalizar la escolaridad.
El impacto de la enseñanza bilingüe en los resultados ha sido debatido. Algunos sectores han sugerido que podría afectar las destrezas en lengua castellana; sin embargo, las evaluaciones muestran que los jóvenes catalanes dominan el castellano de forma equiparable al resto de España. De hecho, Cataluña obtuvo buenos resultados en lectura en ciclos PISA anteriores bajo el mismo modelo lingüístico (p.ej., 500+ puntos en 2009).
La reciente caída en comprensión lectora parece más vinculada a factores socioeducativos (segregación, recursos, pandemia) que al idioma de enseñanza. No obstante, el modelo bilingüe enfrenta el reto de integrar al alumnado inmigrante que llega sin conocimiento de catalán: la escuela debe alfabetizarlos en una segunda lengua, lo cual exige apoyos adicionales.
En resumen, la inmersión lingüística sigue siendo una política apoyada por sus logros en cohesión social y bilingüismo generalizado, aunque requiere adaptación constante para que ninguna lengua ni colectivo salga perjudicado en términos educativos.
- Otros indicadores: En escolarización postobligatoria, Cataluña ha mejorado en matriculación en Formación Profesional (FP) en los últimos años, ampliando plazas de FP para retener a más jóvenes (aunque problemas de oferta dejaron 12.600 solicitantes sin plaza en 2022. La tasa bruta de acceso a la universidad también se ha mantenido sólida.
Sin embargo, persisten brechas en equidad: según PISA, Cataluña presenta un índice socioeconómico y cultural medio ligeramente por debajo de la media española, y además ese contexto influye más en los resultados (menor equidad educativa).
La proporción de alumnado inmigrante o de origen extranjero es alta en Cataluña (entre 16% y 24% según la definición), lo que supone tanto una riqueza cultural como una demanda de recursos de apoyo lingüístico y social. Cabe destacar que muchos de estos estudiantes provienen de entornos socioeconómicos bajos; de hecho, Cataluña atiende a un porcentaje notable de alumnos recién llegados y vulnerables en comparación con otras CCAA, factor que incide en promedios de rendimiento.
En contraste, Cataluña muestra fortalezas en innovación pedagógica (programas plurilingües, uso de tecnología, proyectos interculturales) y en participación de las familias en la educación, aspectos cualitativos difíciles de medir pero relevantes.
Diagnóstico crítico: debilidades y fortalezas del sistema catalán
A partir de los datos revisados, es posible trazar un diagnóstico crítico del sistema educativo en Cataluña, señalando sus principales debilidades y fortalezas, así como causas y consecuencias:
- Debilidades identificadas:
- Descenso en rendimiento académico: La caída de Cataluña en las evaluaciones PISA (especialmente en lectura y matemáticas) evidencia problemas en la calidad de los aprendizajes adquiridos. Haber pasado de la zona alta a casi la cola en comprensión lectora (462 puntos) es un síntoma claro de que algo falla en el ciclo de secundaria. Esto puede repercutir en la preparación de los alumnos para estudios superiores y mercado laboral, mermando la competitividad futura de la región.
- Abandono escolar aún elevado: Pese a mejoras puntuales, la tasa de abandono catalán sigue por encima de la media nacional (16,9% vs 13,9% en 2022). Esto indica que una porción importante de jóvenes catalanes sale del sistema sin cualificación postobligatoria, lo cual los deja en desventaja e impacta en la productividad y cohesión social. El repunte tras la pandemia señala vulnerabilidad: en épocas de bonanza turística o facilidad de empleo precario, muchos jóvenes catalanes optan por dejar los estudios (influencia de sectores como la hostelería y el turismo, muy fuertes en Cataluña, que ponen a prueba la capacidad del sistema para retenerlos.
- Segregación y equidad: Existe un alto grado de segregación escolar en Cataluña, tanto por nivel socioeconómico como por origen migrante. Esto significa que las diferencias de rendimiento entre centros “ricos” y “pobres” son marcadas, afectando sobre todo a los alumnos más desfavorecidos. La concentración de inmigración y renta baja en ciertas escuelas públicas urbanas, junto con la fuga de clases medias a la concertada, ha derivado en un sistema menos equitativo que la media española. La consecuencia es un círculo vicioso: los estudiantes vulnerables tienden a obtener peores resultados, elevando el abandono y reduciendo el promedio general de Cataluña.
- Baja inversión y recursos limitados: Como indicó el analista Lucas Gortázar, la escasa inversión educativa es uno de los factores tras los flojos resultados catalanes. Gastar del orden del 2,5-3% del PIB en educación (cuando comunidades líderes invierten cerca del doble) implica menos docentes, menos apoyo individualizado y menor infraestructura. Cataluña “sale perdiendo se mire como se mire” en la comparativa de recursos con regiones que obtienen mejores desempeños. La consecuencia directa es sobrecarga en las aulas y dificultad para implementar medidas de atención a la diversidad, refuerzo educativo, orientación, etc.
- Respuesta insuficiente a alumnos vulnerables: La combinación de los puntos anteriores ha revelado que Cataluña no está logrando cerrar la brecha para su alumnado más vulnerable. El informe PISA 2022 señala que el alumnado inmigrante en España saca de media 32 puntos menos en matemáticas que el nativo, y en Cataluña este grupo es numeroso (15–24% del total). Si no se destinan apoyos específicos (profesores de refuerzo, mediadores lingüísticos, becas), el riesgo es perpetuar un “doble sistema”: uno de alto rendimiento para clases medias/altas, y otro rezagado para alumnos pobres o extranjeros. Esto lastra el rendimiento global y genera bolsas de jóvenes con baja cualificación (nutriendo también la estadística de ni-nis).
- Fortalezas y aspectos positivos:
- Mejora relativa en abandono y ni-nis: A pesar de seguir por encima de la media española, Cataluña ha logrado en la última década una reducción sustancial del abandono temprano (era >30% en 2004, bajó a ~15% en 2021). Asimismo, la proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan ha descendido al nivel más bajo registrado (cerca del 11% en 2023, frente a más del 20% que llegó a tener en 2009). Esto indica que más jóvenes catalanes permanecen en el sistema educativo o formativo que en generaciones previas, lo cual es un avance estructural importante. El incremento de la oferta de Formación Profesional y programas de segunda oportunidad está dando frutos, evitando que miles de chavales queden excluidos tras la ESO.
- Compromiso con la educación inclusiva y bilingüe: Cataluña mantiene un modelo lingüístico integrador que garantiza el bilingüismo catalán-castellano al finalizar la etapa escolar. Pese a las polémicas, la mayoría de estudios señalan que los estudiantes catalanes alcanzan altos niveles de competencia en ambas lenguas oficiales. Además, se ha introducido el inglés como tercera lengua desde primaria, fomentando el trilingüismo. Esta apuesta idiomática enriquece el perfil del alumnado catalán y responde a las necesidades de una sociedad bilingüe. Por otro lado, la Generalitat ha impulsado programas para la inclusión educativa (por ejemplo, aumentó un 20% el número de aulas de acogida para alumnos recién llegados en secundaria en los últimos años, y refuerzos de catalán inicial).
- Alta escolarización y acceso universal: Los indicadores de escolarización infantil en Cataluña son de los más altos de España (prácticamente universal a los 3-5 años). También la tasa de titulación en ESO ha mejorado y se sitúa cercana a la media española. Cataluña cuenta con universidades públicas de prestigio y un sector de educación superior atractivo, lo que motiva a muchos jóvenes a continuar estudiando (la tasa de entrada a estudios terciarios es elevada). Esto supone una fortaleza en términos de capital humano cualificado en el largo plazo.
- Iniciativas de mejora en marcha: En respuesta a las “señales preocupantes”, Cataluña ha iniciado varias medidas recientes. Entre ellas, el aumento del presupuesto educativo anual (camino al objetivo del 6% del PIB marcado en la Ley de Educación de Cataluña), planes contra la segregación escolar (como el Pacto contra la Segregación firmado en 2019, que reserva plazas en centros concertados para alumnado vulnerable) y la digitalización masiva de las aulas. Asimismo, tras la pandemia se reforzaron programas de acompañamiento académico (como suport escolar personalitzat) para recuperar aprendizajes perdidos. Si bien sus efectos tardarán en medirse, demuestran un compromiso por revertir las tendencias negativas recientes.
En conclusión, el sistema educativo catalán enfrenta desafíos importantes, evidenciados en un rendimiento PISA por debajo de su potencial y en indicadores de abandono y equidad mejorables. Las causas son multifactoriales: insuficiente inversión, segregación socioeconómica, impacto de la inmigración y un modelo productivo que tienta a los jóvenes a dejar los estudios son elementos centrales del diagnóstico. Las consecuencias de no abordar estos problemas van desde la pérdida de talento y productividad, hasta la profundización de desigualdades sociales en Cataluña.
No obstante, también hay señales de mejora y fortalezas en las que apoyarse: la sociedad catalana valora la educación, se están tomando medidas de corrección y hay factores positivos (bilingüismo, alta escolarización inicial, tejido educativo diverso) que pueden servir de palanca. Un mayor compromiso inversor y políticas sostenidas de equidad serán cruciales para que Cataluña recupere posiciones en calidad educativa, reduzca el abandono hasta niveles europeos y garantice oportunidades de éxito para todo su alumnado en los próximos años.
