Crisis, colapsos y conflictos: cada día nos cambian el mundo

El concepto de policrisis , acuñado en el 2022, se queda ya corto para describir la gran disrupción que vive Occidente. Una realidad que se puede resumir en tres C : crisis, colapsos y conflictos.

No hacen falta análisis cuidadosos para constatarlo: basta con observar los titulares de los diarios de sólo dos días.

Trump, Venezuela y el sometimiento europeo

Un ejemplo paradigmático es el vídeo surrealista de Trump en Gaza, presidido por una enorme estatua dorada de su propia figura. Más allá del escándalo moral que esto pueda representar, es necesario reflexionar sobre el tipo de imaginario que lleva a alguien a considerar positivo este tipo de propaganda personalista.

Asimismo, este mismo personaje ha impedido que las petroleras estadounidenses hagan negocio con Venezuela, una decisión que la administración de Biden, nunca adoptó para no enfrentarse a ese poderoso lobby.

Mientras, EEUU ha confirmado su postura hostil hacia la Unión Europea , imponiendo aranceles generales del 25%, que se suman a los ya aplicados al acero y al aluminio. Por si fuera poco, Trump ha afirmado sin tapujos que la UE se creó para «dar la patada a Estados Unidos».

Quizá por eso, en algo insólito, el secretario de Estado estadounidense ni siquiera ha encontrado tiempo para reunirse con la representante de Relaciones Exteriores de la UE, que estaba de visita en Washington esperando ese encuentro. Un gesto que deja clara la escasa influencia política de la Unión en la nueva administración estadounidense.

Ucrania, Rusia y el pulso por las tierras raras

Parece que avanzan los acuerdos entre Ucrania y EE.UU. por la explotación de sus tierras raras, un recurso estratégico clave. Sin embargo, Rusia espera que las negociaciones no lleguen a buen puerto y ofrece a Washington un acuerdo alternativo con sus propias reservas de estos minerales esenciales.

Por otra parte, Putin ha declarado que no aceptará tropas europeas en Ucrania, aunque no ha excluido presencias de otros países. Esta posición se basa en la tesis rusa que considera a Europa, como miembro de la OTAN, un agresor potencial. En el fondo, esta doctrina es equiparable a la que mantiene EEUU respecto a Centroamérica y Sudamérica.

El no reconocimiento de esta realidad por parte de Occidente es una de las causas de la guerra de Ucrania y del riesgo de conflicto en Europa. Ahora, la respuesta europea consiste en desplegar aviones de combate Rafale con capacidad nuclear en Alemania, como medida disuasoria. Todavía no está claro si esta decisión se materializará, pero sí revela una mentalidad de confrontación que se aleja de la tradición diplomática europea de la posguerra y puede ser altamente peligrosa.

Europa en medio de dos crisis: Rusia y EEUU

¿Cómo puede la Unión Europea pretender mantener un pulso nuclear con Rusia y, al mismo tiempo, entrar en un conflicto político y económico con Estados Unidos? Esta doble confrontación es, al menos, temeraria.

Mientras en EEUU se acentúa la reversión de la hegemonía de la ideología de género y las políticas woke, el Tribunal Supremo ha desmantelado las cuotas de diversidad en el empleo, por considerarlas discriminatorias. Esto supone un cambio radical en la política estadounidense, que marca un giro de tendencia respecto a los últimos años.

España: un PP paralizado y un PSOE enfrascado en la corrupción

Mientras, en España, el Partido Popular se encuentra atascado en su propia contradicción. Su líder, Feijóo, se ha convertido en un cadáver político insepulto, arrastrando al partido hacia una crisis de estrategia. En estos momentos, el PP intenta marcar perfil oponiéndose a la condonación de la deuda autonómica acordada por el gobierno de Sánchez con ERC, una medida que se ha extendido a todas las comunidades autónomas a través del FLA estatal.

En una maniobra insólita, el PP ha abandonado el Consejo de Política Fiscal y Financiera en señal de protesta. Pero esa estrategia les sitúa en un dilema: ahora, cada comunidad tendrá que decidir si quiere acogerse a la medida o no. Esto deja en evidencia a los presidentes autonómicos del PP, que tendrán que escoger entre oponerse al gobierno central o aceptar unos recursos económicos que benefician a sus territorios.

Además, no está claro que el gobierno de Sánchez logre aprobar la medida en el Congreso, puesto que sus socios muestran reticencias. Junts per Catalunya considera insuficiente la condonación de 18.000 millones de euros y exige la quita total de los 80.000 millones de deuda catalana. Sin embargo, las amenazas de Puigdemont tienen cada vez menos credibilidad.

La erosión del Estado de derecho y la corrupción sistémica

Esta semana hemos asistido a un nuevo escándalo judicial: el juez instructor del caso contra el fiscal general del Estado ha declarado que la máxima autoridad fiscal es la principal sospechosa de la filtración de pruebas en el caso. Sin embargo, el fiscal general no dimite y el gobierno de Sánchez le sigue protegiendo, llevando la credibilidad del sistema judicial español a mínimos históricos.

Si ese escándalo hubiera estallado en Hungría, la Unión Europea ya habría intervenido. Pero la inacción frente a España demuestra el sesgo ideológico de las instituciones europeas a la hora de valorar el Estado de derecho en los distintos países.

Mientras, la corrupción sigue siendo una constante en el gobierno de Sánchez. La empresaria Carmen Pano ha confirmado ante el Tribunal Supremo que entregó dinero en efectivo a la sede del PSOE siguiendo instrucciones de Aldama, un presunto delincuente.

La estrategia de colonización política de Sánchez sigue su curso: recientemente ha nombrado a Carlos Ocaña, un amigo personal y colaborador en su tesis doctoral, vicepresidente de Telefónica. Este movimiento se enmarca en la estrategia del gobierno de controlar empresas estratégicas, un proceso que empezó con la destitución del antiguo presidente Pallete y la imposición de Murtra, un hombre de la confianza del PSC.

El feminismo radical se vuelve en contra de Podemos y Sumar

La legislación inspirada en el feminismo de género sigue cobrando víctimas dentro de sus propios círculos. Ahora, cualquier acusación, probada o no, es suficiente para destruir la carrera política o profesional de una persona.

Tras la caída de Errejón, el siguiente afectado fue Juan Carlos Monedero, que vio suprimida su docencia en la Universidad Complutense de Madrid.

Un artículo reciente de Xavier Melero en La Vanguardia titulado «Rubiales y el sexo» , analiza con ironía cómo la ideología ha transformado el Código Penal hasta convertirlo en una fuente de injusticias. Un texto que merece una lectura atenta para comprender hasta dónde ha llegado este fenómeno.

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