Hay disponible un indicador complejo del Instituto Nacional de Estadística, el indicador multidimensional de la calidad de vida, que, mediante un índice global y 8 indicadores sectoriales, permite realizar una radiografía aproximada pero suficientemente completa para tener un diagnóstico de las condiciones de vida de Cataluña en integración en el contexto español.
Considerando el indicador global y prescindiendo de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, Cataluña ocupa una muy mala posición teniendo en cuenta su dimensión económica y su renta per cápita. Se encuentra en el puesto 12 entre autonomías, por detrás de la media española. Su posición, justo después de Extremadura, está muy lejos de la situación de Cataluña en el ranking estrictamente económico.
El promedio español se encuentra en 101,538 puntos, mientras que el primer puesto corresponde a Navarra, con 105,290. Le siguen La Rioja, País Vasco y Cantabria. Madrid ocupa el noveno puesto con un índice de 102,84, por tanto, a una notable distancia de Catalunya, que sólo tiene 101,144, ligeramente por debajo del español. País Vasco, que puede ser otra referencia, aunque mucho menor para el caso catalán, además de Madrid, presenta un índice de 103,886.
En el indicador que mide las condiciones materiales de vida, los puestos líderes son muy parecidos a los que ocupan la misma posición en el índice global, aunque no en el mismo orden, porque en este caso el País Vasco encabeza la clasificación. Madrid mantiene la misma posición, novena, con un índice de 102,384 y Catalunya avanza puestos hasta situarse de inmediato detrás de la capital, con un índice de 101,114. En una primera consideración global podríamos decir que este índice determina en buena medida el ranking general, pero no en el caso de Cataluña, lo que significa que deben haber otros causantes del retroceso hasta situarse en la media española.
En el indicador trabajo, que es una dimensión bruta de empleo y desempleo, Cataluña ocupa el lugar más destacado de todos los indicadores, el segundo, pero el hecho de que el primero sea Baleares ya nos dice que esta medición atiende poco a cuestiones como el nivel de retribución salarial y otros aspectos cualitativos. Madrid ocupa la sexta posición con un índice de 103,427, mientras que el catalán es de 104,521.
En el indicador de salud, es Navarra quien ocupa el primer puesto con un índice de 105,014, seguida de Madrid con un 104,765 y País Vasco con un valor prácticamente equivalente, 104,704. En este caso, Catalunya ocupa la sexta posición con un indicador ya a cierta distancia de los de cabeza, 102,35. Estos datos sugieren que la existencia no sólo de la sanidad pública, sino también de centros privados de alta calidad son condiciones favorables para la salud. Cataluña, que dispone de un amplio y extenso sistema de salud público concertado y privado, se ve seguramente afectada por el elevado crecimiento de la población en estos últimos años. La sanidad pública, con efectos también en la concertada, sufre un déficit crónico extraordinario e histórico.
En materia de educación, la media española se encuentra en un indicador de 110 puntos y el primer puesto lo ocupa el País Vasco con 119 puntos, por tanto, a una notable distancia, seguido de Cantabria, Navarra y Madrid. Aragón ocupa los primeros puestos. Cataluña, con 110 puntos, se sitúa en la novena posición prácticamente al mismo nivel que la media española.
En cuanto al ámbito de ocio y relaciones sociales, la magnitud de los índices es por lo general mucho más baja, lo que indica que, en este epígrafe, los logros son menores. La media se sitúa en 96,783 puntos. Encabeza la clasificación Navarra con 101,718, seguida de Aragón, La Rioja, País Vasco y Extremadura. Para esta última región, este indicador es en el que logra un mejor resultado. Todo lo contrario de Catalunya, que se encuentra en la cola ocupando el puesto 16, con sólo 94 puntos y teniendo por detrás únicamente a Murcia y Canarias.
En materia de seguridad ciudadana, la media española es de 100,243 puntos. Este valor es sobre todo consecuencia de la baja valoración que obtienen Cataluña y Madrid, que se encuentran en la cola con 95 puntos. Es sin duda el coste de la gran capital metropolitana en ambos casos. El primer puesto lo ocupa Asturias con 102,755. Cantabria, Castilla y León, La Rioja y Galicia, todos estos territorios tienen en común, aunque esto no debe ser la única explicación: un bajo flujo migratorio y un gran envejecimiento de la población.
El indicador de gobernanza y derechos básicos ocupa el primer lugar la Comunitat Valenciana con 104,893, lo que, después de la Dana puede parecer una ironía trágica, aunque hay que decir que los datos utilizados son muy anteriores. En todo caso, sirven para tomar con una notable dosis de reserva este tipo de clasificación. Le siguen Baleares, que en principio nadie diría que es una comunidad de excelencia en materia de gobernanza, La Rioja, Murcia, y éste es seguramente el mejor resultado que obtiene, y aquí encontraríamos otro contrasentido con la teoría general, ya que esa buena gobernanza no tiene un correlato en los demás indicadores, y Madrid, que se sitúa en quinta posición. Catalunya, con 97 puntos, se encuentra justo por debajo de la media española, con 98,562, y le corresponde la undécima posición. Llama la atención que el País Vasco ocupe la penúltima posición en esa clasificación.
En cuanto a la valoración del entorno y el medio ambiente, el índice español es de 101,538 y ocupa el primer puesto Navarra con 109 puntos, seguida de Castilla y León, Cantabria, La Rioja y País Vasco. Como puede observarse, estas comunidades del norte, en la mayoría de los casos, ocupan siempre lugares destacados. Cataluña se encuentra en el puesto número 13, con 101 puntos, precedida por Madrid.
El último de los indicadores considerados tiene un carácter general porque intenta medir lo que denomina experiencia global de vida. En ese caso, el índice estatal se sitúa en los 101 puntos. Navarra vuelve a conseguir la primera posición con 105 puntos, seguida de Baleares, Valencia, La Rioja y Aragón. Catalunya ocupa el décimo puesto, con 104 puntos, por tanto, por encima de la media española y lejos de Madrid, que en este capítulo cae hasta la posición 18, era el penúltimo puesto.
Es necesario recordar que en la clasificación por puestos se ha prescindido en el cómputo de Ceuta y Melilla, con lo que el último puesto sería el 18.
En conclusión, Cataluña presenta un peor resultado que mediocre en el índice global (12), condiciones materiales de vida (10), trabajo (2), salud (6), educación (9), ocio y relaciones sociales (16), seguridad ciudadana (17), entorno y medio ambiente (11) y experiencia global de vida (10). En definitiva, Cataluña sólo se sitúa en el podio en trabajo y obtiene la segunda mejor valoración en salud, con el sexto puesto. El resultado no es el de un país que se considere referencia globalmente ni en la mayoría de indicadores, limitaciones de la metodología incluidas.