Elecciones en EE.UU. Debates de candidatos a vicepresidentes. Vance saca más rendimiento que Walz

Seguramente, el debate de la madrugada del día 2 entre los candidatos a vicepresidentes, el republicano JD Vance, y el demócrata Tim Walz, ha sido el que ha despertado mayores expectativas en este tipo de confrontaciones. Generalmente, estos debates mueven poco interés, ya que es tradición política en EE.UU. que los candidatos a vicepresidente tengan un papel muy secundario, como se ha podido constatar con la propia Kamala Harris. Esto solo cambia en circunstancias excepcionales, como el asesinato de Kennedy, que llevó a Johnson a la presidencia, o el caso de Harris, impulsada como candidata después de que el partido entrase en pánico con la candidatura de Biden tras el debate con Trump.

En este caso, el interés adicional radica en dos puntos: el menor, porque en muchos sectores demócratas existe la sensación, más o menos confiesa, de que a pesar de las sonrisas y el entusiasmo, Harris no acaba de llenar el panorama presidencial, lo que da mayor importancia al compañero de ticket. En el caso de Vance, la cuestión es más relevante, ya que es uno de los candidatos más jóvenes a la vicepresidencia, con 40 años, mientras que el candidato a presidente tiene 78, y si termina el mandato, sería el presidente de mayor edad que nunca ha tenido este país, lo que aumenta las posibilidades de que no lo acabe. En caso de derrota de Trump, Vance seguiría siendo joven para las próximas elecciones y estaría muy bien posicionado para ser candidato a presidente.

Se ha querido presentar la candidatura de Walz como la contraposición del perfil que ofrece Vance. No es exactamente así. El senador republicano lo es desde 2021 por Ohio, donde ganó con 53% de los votos. Hijo de una familia desestructurada, fue prácticamente criado por su abuela y proviene de una región pobre de EE.UU., los Apalaches, entre Ohio y Kentucky. Con 18 años, se alistó en el cuerpo de marinas y sirvió en Irak. A su regreso, y gracias a la facilidad que tienen los exmilitares, logró estudiar Derecho en la universidad estatal, y con una beca se doctoró en una de las mejores universidades del mundo, Yale.

Además, escribió un libro que le catapultó a la fama, Hillbilly Elegy, una especie de memoria que explora las condiciones de vida en la región de los Apalaches en una comunidad marcada por la pobreza y la falta de oportunidades, pero con una cultura y tradición interna muy fuerte, los “hillbilly”. El libro explica las condiciones de vida, los problemas terribles y cómo le fue posible salir de tan adversas circunstancias. Junto con las críticas sociales y económicas que han contribuido a la desesperanza de su comunidad, Vance destaca la importancia de la educación y el trabajo duro como vía de superación. Este libro generó un gran debate en EE.UU. e impulsó su lanzamiento a la política.

En 2019, se convirtió en el catolicismo, se casó con una compañera de la universidad de ascendencia hindú y tiene 4 hijos. También es un empresario de éxito en empresas de capital riesgo.

Por su parte, Walz es mayor, tiene 60 años y también se crió en una zona rural de Nebraska. Su trayectoria académica es mucho más modesta: se licenció en Ciencias Sociales en una universidad de Nebraska y sirvió 24 años a la guardia nacional, pero no pasó de ser sargento mayor. Cuando su unidad fue movilizada para ir a Irak, se dio de baja. Es profesor de instituto, como su esposa, y tiene 2 hijos. Es un político de larga experiencia, pero básicamente local. Ha sido diputado en la cámara de representantes de EEUU durante seis legislaturas, y fue elegido gobernador en 2018, repitiendo la victoria en 2022.

Sobre todo en su segundo mandato, ha impulsado una agenda muy del progresismo demócrata, con una de las legislaciones más permisivas de EE.UU. en aborto, la legalización del consumo recreativo de marihuana y ha ampliado el control para la compra de armas. Su trayectoria como gobernador tiene un punto negro en los famosos conflictos de Minneapolis, cuando tras el asesinato de George Floyd por un agente de policía, hubo grandes altercados y saqueos en un tramo de 8 km de Minneapolis, incluido el incendio de una comisaría de policía. El gobernador Walz tardó 3 días en llamar a la Guardia Nacional para frenar la insurrección.

En este contexto, y con la televisión elegida, el debate en la ciudad de Nueva York ha dado como resultado un empate según la cadena organizadora, si bien Alan Rappeport de The New York Times da a Vance como ganador. De hecho, la visión global sobre el debate es que fue cordial, civilizado y con mayor sustancia de lo habitual, lo que favoreció a Vance porque partía con la etiqueta de extremista o radical. En cambio, los nervios traicionaron a Walz, sobre todo en la primera parte, en la que no mostró la solidez necesaria de un candidato a vicepresidente.

El debate se reequilibró más al final con el tema del aborto, aunque éste ya tiene las condiciones tan alineadas que difícilmente arranca votos por un lado u otro. Seguramente, el punto más difícil para Vance, también al final, fue la presión de Walz para que reconociera la derrota de Trump en las elecciones de 2020, un tema del que el republicano no salió muy bien. Podríamos decir que el factor más adverso para el balance positivo del candidato a vicepresidente republicano fue precisamente Trump.

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