Nuevos hechos confirman la desdichada situación de la enseñanza en Cataluña, sin que el gobierno se vea capaz de hacer nada útil, a juzgar por los hechos. ¿Cómo es posible que el país de los grandes movimientos de renovación pedagógica esté hoy en la cola de España, que no es exactamente un país modélico en lo que se refiere al resultado de su sistema escolar? Ahora, los resultados de las pruebas de acceso a la universidad, PAU, han remachado de nuevo el mismo clavo.
Por primera vez, en matemáticas no se ha superado la nota media, el aprobado, al llegar sólo al 4,87. Llueve sobre mojado. También en las otras pruebas específicas, sin llegar al suspenso, se han producido peores notas en física, geología, tecnología e ingeniería . En términos generales, el conjunto de los resultados es inferior, y cuece especialmente el hecho de que la lengua y literatura catalana, prueba de la fase general, haya sido la que ha registrado la peor nota de los últimos años, un 6,62. Lo que confirma que la enseñanza del catalán, a pesar de ser lengua vehicular, se ha convertido en una especie de asignatura «maría». Este hecho señala una fuerte incapacidad pedagógica.
Un poco antes, una segunda luz roja se ha encendido. Han sido las pruebas PISA sobre competencia creativa. El pasado mes de diciembre se hicieron públicas las notas correspondientes a las competencias troncales, matemáticas, lecturas y ciencias, correspondientes a las pruebas de la primavera de 2022. Tal y como estaba previsto, desde junio se han publicado resultados de esta cuarta pata que evalúa la capacidad creativa de los alumnos. El resultado ha vuelto a ser adverso para Catalunya. Ocupa el puesto 12 entre 17 autonomías, que encabeza Madrid con un 34,8 de puntuación, logrando que todo el conjunto del alumnado que ha realizado la prueba se sitúe dentro del nivel 4, que es el máximo. Cataluña, por su parte, ha alcanzado una puntuación del 32,2 y casi la mitad de los alumnos están por debajo del nivel 4.
Pero es que si se escarba un poco, se verán referencias que aún empeoran más el panorama. Concretamente, la diferencia entre chicos y chicas, que perjudica a los primeros, es la segunda más alta de España (2,8 pp), mientras que España (2,2), OCDE (2,7) y UE (2,6) ) tienen diferencias menores. En el capítulo de la desigualdad, también salimos maltrechos. Somos, después de Murcia, la comunidad donde la desigualdad social tiene mayor impacto en las competencias creativas (8,6), muy por encima de la media española (3,6), si bien mejor que los valores correspondientes para Europa y el OCDE.
Recordemos que en teoría España tiene un sistema educativo que dice que valora más su carácter inclusivo que propiciar niveles altos. Como mínimo hay que decir que en el caso de Cataluña no se da ni lo uno ni lo otro. También se repite este problema en el caso de los inmigrantes, que sacan peores resultados y que sitúan a Catalunya también en la segunda posición.
No deja de ser llamativo que un país en el que mayoritariamente siempre han gobernado las izquierdas se produzca un desastre educativo y una acumulación de factores de desigualdad. No puede argumentarse que es por el efecto de una gran ciudad como Barcelona, porque en el caso de Madrid estos problemas no se dan ni de lejos con la misma intensidad.
Vale la pena recordar que en las citadas pruebas PISA, Catalunya quedó en la cola. Sólo Andalucía, Canarias y Castilla-La Mancha obtenían peores posiciones. En este contexto, es necesario recordar los problemas que sufren nuestros adolescentes y el hecho de que hay una cifra muy alta de estudiantes que faltan a clase habitualmente (30%) o que llegan con retraso (50%).
Ahora eso sí, la Generalitat demuestra su creatividad y su preocupación pedagógica. Por ejemplo, la última prueba la tenemos en los vídeo cuentos dedicados a la escuela destinados a niños de 3 años, en los que se enseñan que hay padres que quedan embarazados y que ser diferente significa ser transexual, bisexual u homosexual. En los materiales dirigidos a niños de 10 años, se simula un acto sexual entre dos personas del mismo sexo. Otro tipo de vídeo cuento explica que no es necesario preguntar a una mujer embarazada si espera un niño o una niña, sino si tendrá pene o vagina. Como puede verse, materiales formidables para resolver nuestra crisis educativa.
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