10 tendencias globales para 2024

Tras listar los 10 conflictos internacionales que marcarán la agenda geopolítica y diplomática del año que empieza, resulta interesante ampliar el foco y fijarnos en cuáles son los grandes temas de sociedad, economía y cultura que afectarán al mundo entero y, de rebote, a sus ciudadanos.

Para realizar este estimulante ejercicio Converses se basa en el listado recientemente publicado por Ruchir Sharma, jefe del negocio internacional del fondo de gestión Rockefeller Capital Management y colaborador del Financial Times.

1. Año de elecciones

2024 será el año con mayor porcentaje de electores llamados a las urnas desde 1800: el 46% de la población mundial tendrá la oportunidad de votar en al menos una ocasión. Más de 30 democracias, incluyendo las tres más importantes del mundo, Estados Unidos, India e Indonesia, tienen previsto celebrar elecciones nacionales. A éstas hay que añadirles una cita crucial para los europeos: las elecciones a la cámara parlamentaria comunitaria previstas entre el 6 y el 9 de junio. En muchos casos, la atención estará centrada en la oposición entre los candidatos rupturistas contra quienes encarnan el statu quo  liberal-progresista.

2. ¿El regreso de la austeridad?

2023 fue un año de relativa estabilidad financiera gracias a la inercia de las políticas monetarias expansivas. Muchos políticos ávidos de seguir gastando (y más en año electoral, véase el punto 1) han cantado victoria al constatar que la inflación está retrocediendo más rápidamente de lo previsto después de que los bancos centrales se decidieran finalmente a subir los tipos de interés. Sin embargo, las nubes se acumulan: el déficit público de Estados Unidos se sitúa en el 6%, récord histórico, y Europa no ha logrado reducir su deuda de forma sensible desde la pandemia. Si los tipos de interés tardan más de lo previsto en volver a bajar (como parece ser el caso en Estados Unidos), endeudarse aún más, incluso para pagar las deudas ya contraídas, podría convertirse en prohibitivo. 2024 podría pues marcar el inicio de una nueva ola de austeridad en gasto público.

3. El deshinchamiento de la burbuja de endeudamiento

Vinculado al punto 2 precedente, una amenaza planea sobre Estados Unidos en particular: dado que la mayor parte de los préstamos recientes se han hecho a largo plazo, los costes de tener que devolverlos con tipos de interés más elevados deben hacerse notar en buena parte. La situación es pues en cierto modo una bomba de efecto retrasado, aunque no tendría por qué estallar de repente. La situación de cara a 2024 podría ser más bien de un progresivo deshinchamiento, particularmente si los tipos de interés se mantienen relativamente altos. Esto afectaría negativamente a los mercados, reduciendo los nuevos préstamos e hipotecas, afirma Sharma.

4. La reacción contra la inmigración

Otra tendencia que podría afectar al punto 1 es el creciente rechazo a la inmigración en todos los países occidentales. El número de inmigrantes aumenta de forma constante desde 2019 a ambos lados del Atlántico, generando un movimiento popular que está propulsando candidatos alternativos al progresismo en el poder en la mayor parte de los países e instituciones. Este último (como el propio Sharma) insiste en defender la tesis de que la llegada de nuevos inmigrantes es intrínsecamente positiva, postulado que obvia un elemento básico: el cálculo beneficios-costes que los recién llegados generan. La realidad es que por la inmensa mayoría de inmigrantes que Occidente está acogiendo, el resultado es negativo: como Converses no se cansa de señalar, la nueva inmigración está en general escasamente cualificada y, por tanto, reduce la productividad, incentiva la expansión de sectores de escaso valor añadido, como el turismo, y genera presión para que los sueldos bajen. Y esto sin entrar en los costes financieros, culturales y sociales que supone “integrar” a los recién llegados, y que son obviados en nombre del buenismo impuesto por el progresismo.

5. La incertidumbre económica europea

Tras un 2023 en el que la economía estadounidense creció cinco veces más rápido que la europea, Sharma opina que la UE podría dar una sorpresa en el 2024 y situar su crecimiento por delante de Estados Unidos. Para afirmar esto se basa en los ahorros de los hogares europeos, que al contrario que los estadounidenses han crecido respecto a 2021, unos sueldos también al alza y haber superado -afirma- el trauma de la crisis energética por la guerra de Ucrania. Sin embargo, desde esta orilla del Atlántico vemos factores que enfrían el optimismo de Sharma: Alemania, la locomotora europea, sigue sumida en una grave crisis de su sector productivo, y Europa no está abordando sus problemas de fondo: carencia de innovación, falta de capital para ganar posiciones en el sector tecnológico, sobreregulación y dependencia creciente de China para realizar la transición energética.

6. ¿Pérdida de velocidad de China?

2023 debía ser el año del gran retorno de China como motor económico mundial, y en este sentido el gigante asiático ha resultado muy decepcionante. Algunos analistas piensan que el modelo chino, llevado hasta nuevos extremos de autoritarismo y dirigismo por Xi Jinping, está agotado. Las perspectivas de crecimiento anuales se sitúan actualmente en el 5%, el menor desde los años noventa, si se dejan de lado las turbulencias causadas por la pandemia de 2020. A menudo se apunta a la crisis demográfica como un factor añadido que hará que el país nunca consiga su objetivo de superar a Estados Unidos como primera potencia económica mundial. Sin embargo, recientemente se han publicado datos que apuntan a una reanudación de la actividad industrial y de servicios. Además, China mantiene un amplio potencial para generar nuevos puestos de trabajo altamente cualificados: el 36% de su población sigue viviendo en zonas rurales (respecto, por ejemplo, el 19% en el caso de España) y el paro juvenil es relativamente elevado.

7. La acertada prudencia de los países emergentes

La guerra comercial abierta entre China y Estados Unidos está favoreciendo la industrialización de países emergentes neutrales o más cercanos al campo occidental. Hasta hace poco, China acaparaba más del 10% de la inversión extranjera directa mundial. Pero desde el inicio de las tensiones entre ambos rivales, los grandes ganadores están siendo Vietnam, India, Indonesia, Polonia y sobre todo México, país este último que ha logrado captar más del 4% de toda la inversión mundial. A diferencia del endeudamiento desenfrenado del mundo desarrollado durante la pandemia (y desde entonces), muchos países emergentes se comportaron de forma prudente evitando sobre endeudarse. Incluso los peores alumnos de la clase, como Turquía y Argentina, han reencontrado el camino de la ortodoxia financiera y comienzan a beneficiarse.

8. El declive del dólar

A finales de 2022, el dólar tocó su techo frente a las demás divisas en más de dos décadas. Pero desde entonces su valor relativo ha ido retrocediendo y expertos como Sharma piensan que el declive de la moneda estadounidense podría incluso acelerarse porque sigue estando sobrevalorada. Uno de los factores que podría propiciar esta pérdida de valor es que el déficit total de Estados Unidos es más del doble que el la media de los demás países, y desde el año 2000 su deuda exterior se ha multiplicado por cuatro. Los bancos centrales se estarían alejando del dólar como valor refugio, recuperando el oro y buscando divisas alternativas como la china.

9. ¿El fin de las siete magníficas?

Hace poco, Converses se hacía eco de la creciente concentración del mercado mundial en un reducido grupo de empresas del sector tecnológico, todas ellas estadounidenses, las llamadas “siete magníficas” de la bolsa. Según Sharma, sus siete miembros podrían separarse en los próximos meses. La razón es que los inversores se darán cuenta de que no todas estas empresas están en la misma posición de ganar rápidamente mucho dinero con la inteligencia artificial. Por ejemplo, las perspectivas actuales de ingresos para el año 2024 apuntan hacia una expansión continuada para Nvidia, un estancamiento para Apple y un retroceso para Tesla (en buena parte debido al auge de marcas chinas como BYD). Además, más allá de este reducido grupo, el resto del sector tecnológico atraviesa una pequeña recesión, con importantes recortes del capital riesgo disponible y el despido de más de 70.000 trabajadores en los últimos meses.

10. La caída de la industria del entretenimiento por sobrecarga ideológica

Merece la pena pararse en el décimo y último punto de Sharma, que afirma que Hollywood todavía no se ha recuperado de la crisis de la pandemia. La razón que da es especialmente interesante: la excesiva carga ideológica de sus producciones, convertidas cada vez de forma más sistemática en panfletos woke que jactan el feminismo de género, el racismo y la deconstrucción de la historia (Sharma cita la reciente producción de Ridley Scott sobre Napoleón en ese sentido). Lo que el autor no entra a valorar es que el nuevo rival de la industria del cine, las plataformas de streaming como Netflix se encuentran en una situación de pérdida masiva de suscriptores por exactamente la misma razón ideológica. ¿Quién ha salido ganando en 2023? Pues producciones independientes y contraculturales como Sound of Freedom, un verdadero fenómeno que el colaborador de Converses Ramon Torra ha tratado recientemente.

En 2024, cuáles son los grandes temas de sociedad, economía y cultura que afectarán al mundo entero, y de rebote a sus ciudadanos Share on X

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