Esta pregunta tan superflua dada la obviedad de la respuesta le ha valido un linchamiento en las redes- al menos estas prácticas se mantienen solo en lo digital- a una influencers por atreverse a responder negativamente a la pregunta. Por si fuera poco, esos monumentos a la superficialidad, que son las tertulias televisivas, se han sumergido “seriamente” en el tema y muchas feministas han clamado con sentido de la trascendencia y seriedad que claro que sí, que cómo se podía permitir que alguien negara tal evidencia. Una trans es una mujer a todos los efectos, también biológicos.
Alasdair MacIntyre es un gran filósofo moral conocido por su trabajo en ética y filosofía política, argumenta que vivimos en una sociedad contemporánea caracterizada por un «emotivismo» moral, donde las personas han perdido la capacidad de hablar un lenguaje moral significativo y de fundamentar sus juicios éticos en principios racionales compartidos
Y en lo trans, como en otras tantas cuestiones en que está involucrado el feminismo de género, se encuentra una demostración demoledora de aquel peligroso emotivismo que suplanta a la razón y a la realidad
Porque la realidad de una mujer trans es esta:
La transición de hombre a mujer, conocida como «asignación de género masculino a femenino» o «MTF» (Male-to-Female) puede involucrar diversas intervenciones médicas, tanto quirúrgicas como químicas. Estas son las actuaciones médicas más comunes:
Actuaciones Químicas (Hormonación):
- Terapia de reemplazo hormonal (HRT): Esta terapia implica el uso de hormonas femeninas, como estrógenos y antiandrógenos, para inducir cambios físicos y emocionales. Los efectos incluyen el desarrollo de senos, redistribución de grasa corporal, reducción de la masa muscular y suavización de la piel. La hormonación es a menudo de por vida y puede requerir seguimiento médico regular.
- Bloqueadores de la testosterona: A menudo, antes de comenzar con los estrógenos, se pueden usar bloqueadores de la testosterona para reducir los efectos de esta hormona masculina y preparar el cuerpo para los cambios inducidos por los estrógenos.
Actuaciones Quirúrgicas:
- Cirugía de reasignación de género (vaginoplastia): Esta es una cirugía que implica la creación de una vagina. Puede incluir la eliminación del pene y la reconstrucción de los genitales externos para que sean más similares a los de una mujer. Esta cirugía es opcional y no todas las personas transgénero eligen someterse a ella.
- Cirugía de feminización facial: Algunas personas MTF optan por procedimientos de cirugía estética facial para lograr rasgos faciales más femeninos, como la reducción de la manzana de Adán y la remodelación de la mandíbula.
- Cirugía de aumento mamario: Si bien no es exclusiva de las personas transgénero, algunas mujeres trans pueden optar por un aumento mamario para lograr un desarrollo más completo de los senos.
La hormonación generalmente se considera un tratamiento de por vida. Cesar el tratamiento hormonal después de un período prolongado puede tener algunas consecuencias:
- Reversión de los cambios físicos: Si se suspende el tratamiento hormonal es posible que algunos de los cambios físicos inducidos por las hormonas (como el desarrollo de senos) se reviertan o disminuyan con el tiempo.
- Afectación del bienestar emocional: Detener abruptamente la terapia hormonal puede tener un impacto en el bienestar emocional y mental, ya que las hormonas desempeñan un papel importante en la regulación del estado de ánimo y la estabilidad emocional.
- Riesgos para la salud: La suspensión abrupta de la terapia hormonal puede aumentar el riesgo de problemas de salud, como la osteoporosis.
La mujer trans es biológicamente un hombre, química y quirúrgicamente modificado, que necesita de tratamiento permanente a lo largo de su vida y que si prescinde de él incurre en riesgos y pierde características de su feminización, porque está mantenida por medios artificiales.
Es obvio que no es una mujer. Su cuerpo de hombre externamente modificado sería incapaz de engendrar y albergar un hijo. Simplemente por ser imposible moriría en el empeño. No se trata, por tanto, de no poder engendrar, dicho con carácter indeterminado, sino de no tener capacidad fisiológica para hacerlo porque su cuerpo es el de un hombre.