Es tradicional que a los gobiernos se les concedan 100 días de plazo antes de empezar a juzgarlos. En el caso de Collboni ese tiempo sería innecesario porque lleva muchos años como primer teniente alcalde de la ciudad. Pero en todo caso, sea como sea, los 100 días se van agotando y todo está por empezar.
Diez complejos problemas que sufre la ciudad siguen igual o peor que en el período Colau
1. Vivienda:
Barcelona es la ciudad donde resulta más difícil para el ciudadano adquirir una vivienda. Claramente por encima de Madrid. El salario familiar de los residentes en la zona para comprar un piso medio en Barcelona es del 51,2%, mientras que en Madrid, que le sigue, está en el 46,9% y Málaga en el 45,8%. Por distritos, todos, excepto Horta-Guinardó, Nou Barris y Sarrià-Sant Gervasi están por encima del 50%: Horta-Guinardó 49%, Nou Barris 47% y Sarrià-Sant Gervasi 36,8%. Atención, recuerde que nos estamos refiriendo al porcentaje de salario familiar de los residentes en la zona, por tanto, no quiere decir que las viviendas de este último distrito sean más económicas, cuando son las más caras de la ciudad, sino que la renta de sus residentes es mucho más elevada.
En el caso de Ciutat Vella con el 67,5% ocurre totalmente lo contrario. Se considera que una accesibilidad razonable está en el 33% del salario familiar de los residentes y que la crítica, la que no se puede aguantar más, está en el 44%. Por tanto, 9 de los distritos de Barcelona están en situación crítica.
La respuesta más importante que tendrá que dar Collboni es que quiere ser de las primeras en aplicar la nueva ley de la vivienda, aunque todos los expertos señalan que todos sus efectos serán exactamente todo lo contrario de lo que se busca: retirarán vivienda de alquiler del mercado.
2. Las noches de Barcelona:
Y no precisamente pensando en términos de ocio, sino de poder descansar. 100 días al año concentrados de julio a agosto, pero también en parte de junio a septiembre, las temperaturas nocturnas superan el umbral posible para un buen descanso, porque están por encima de los 20 grados (temperaturas tropicales) o más de los 25 grados ( temperaturas tórridas) y hemos llegado a lo que la Generalitat “imaginativamente” califica de noches al rojo vivo cuando son de 30 grados. Este hecho alcanza una dimensión social sobre todo en los barrios más densos y de menor renta. El Ayuntamiento permanece, ante este factor, que altera la salud y la productividad, «impasible el ademán».
3. El mal estado del arbolado:
Un factor esencial para combatir las olas de calor. Mal cuidados, sin reposición, en un número abiertamente insuficiente. Barcelona es un ejemplo de lo que no debe hacerse con las zonas verdes y el arbolado, aunque si la cobertura arbórea llegara al 30% se evitarían 215 muertes en verano cada año.
4. Abandono, caos y “soluciones Colau” en el urbanismo:
Uno de tantos ejemplos de abandono es el estado de la avenida Tarradellas. El caos impera en la vía Laietana y en la calle Valencia. La solución final que ha dado el lío de la ronda de Sant Antoni ha sido la de Colau, lo que los vecinos del barrio le reprochan con una frase bien gráfica «esto no es Hyde Park».
5. Deterioro y gentrificación de Consell de Cent:
Parece mentira, pero ambos procesos se dan a la vez. La calle está sucia, la vegetación es raquítica y está maltratada. Es refugio de botellones y de personas sin hogar y al mismo tiempo los vecinos son rápidamente expulsados para poder disponer de nuevos inquilinos, bien en pisos turísticos, bien dispuestos a pagar mucho más. Hoy es imposible encontrar un piso callejero por menos de 1.800 euros de alquiler al mes.
6. Contaminación acústica:
Cada vez más castigada por la ley, ignorada por Colau, sigue imperando como una tortura más que sufren los barceloneses.
7. Presión asfixiante del turismo:
Barrios enteros la padecen, Barceloneta, todo el área central, Sagrada Família, pero más allá de estos territorios se extiende en actividades y servicios. El más importante de todos ha sido el colapso de algunas líneas de buses, sobre todo las que van a espacios turísticos y a la playa. Ser ciudadano de Barcelona es pagar con incomodidad y pérdida de tiempo las externalidades negativas del turismo y no sacar ventaja alguna, salvo, claro está, aquellos que viven de él. Porque ya representa el 14% del PIB de la ciudad, esto en términos directos. Está claro que los salarios que genera son muy bajos y, por tanto, la inmensa mayoría de teóricos beneficiados obtiene rentas que no les permiten vivir en una ciudad tan cara.
8. Continúa la inseguridad en las aceras:
Una cifra lo dice todo, el 72% de los encuestados por el RACC considera que es poco seguro andar por las aceras. De hecho, lo ven más peligroso que andar de noche (68%), que ya es decir.
9. El Eixample:
El distrito emblemático de Barcelona está aplastado por la presión y desorden de las obras del tranvía, los autocares turísticos, la presión de aquellos visitantes extranjeros y los colapsos en los ejes horizontales y verticales, como los que van a ir a la Vía Laietana, o quienes tienen como columna vertebral la calle Valencia.
10. La edad de la gente de Barcelona
El Ayuntamiento vive de espaldas a la realidad de que en Barcelona faltan niños. Existe un acceso de mascotas y, sobre todo, se ha transformado en una ciudad envejecida. La media de edad de los barceloneses es de 42 años y cada vez hay más personas que superan los 75, con el agravante de que muchas de ellas viven solas, pero que no disponen de unos servicios municipales adecuados a sus necesidades vitales .
Gran parte de la concepción del gobierno municipal y las élites de Barcelona, de una ciudad tecnológica con grandes celebraciones musicales, olvida que detrás de este pequeño escenario lo que hay es una gran masa de inmigrantes de pocas posibilidades económicas, el 30 % de los residentes son extranjeros, y más y más mayores desatendidos.
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