¿Por quién sentimos simpatía política a los electores catalanes? Pues mayoritariamente por ningún partido. El 36,6%, grupo mayoritario hace esta afirmación. No es una tendencia nueva, pero sí está en niveles máximos. A partir de ahí la mayor simpatía se inclina para el PSC, 16,4%, y para ERC, 13,9%. El tercero en discordia, JxCat, sólo alcanza un paupérrimo 5,6%. Es evidente que ese partido tiene un problema con la simpatía que genera en la gente.
Hay un dato bien curioso: si bien algo más de 1/3 parte afirma que no tienen simpatía por ninguna organización política, cabe recordar que el 46,4% afirmaban que ningún partido tenía capacidad para resolver los problemas. Esto significa que hay 10pp, que significa algo más de medio millón de electores, que tienen simpatía por algún partido a pesar de estar convencidos de que no tiene capacidad para resolver los problemas. Esta característica está muy acentuada en el PSC y casi inexistente en JxCat. Podríamos decir que éste es el valor de la marca, poderoso en el caso socialista, poco positiva en el caso Junts.
Los catalanes se consideran básicamente de izquierdas. Lo son en un 42%, si bien existen diferencias entre Lleida y Tarragona situados en torno al 35-37%, y Girona que está en el 46%. Barcelona está enrasada con la media. Esta afirmación de considerarse de izquierdas ha crecido con el paso del tiempo. A partir sobre todo de 2012. En la década anterior, la de 2010, la cifra se situaba en torno al 30%. Podría decirse de este hecho que el fenómeno independentista lo que ha hecho es empujar al electorado hacia la izquierda.
Considerando la clásica pregunta de cómo se identifica uno en relación con su sentido de pertenencia, un 41% afirma que es tanto catalán como español. Es una magnitud que realmente no se ha movido demasiado, si bien como las demás en este capítulo tiende a fluctuar en los períodos de gran intensidad identitaria.
De hecho, los movimientos se dan dentro de cada gran bloque. Así si en 2006 las personas que se consideraban sólo catalanas eran el 17% y las que se consideraban más catalanas que españolas llegaban al 27%, con un resultado global del 44%, en 2023 la cifra es muy similar, 42% habiendo aumentado una poco los que se consideran sólo catalanes y habiendo disminuido los más catalanes que españoles. Junto a los que se consideran tanto una cosa como la otra, son los dos bloques determinantes. Luego ha habido, pero desde niveles muy bajos, un crecimiento de quienes afirman que sólo se sienten españoles que han pasado del 4,5% en 2006 al 7,5% en 2023.
La gran mayoría de la población, del orden del 60%, y es un valor muy constante, considera que la autonomía es insuficiente, aunque existen diferencias importantes según la opción política. Para los socialistas no es así, sino que un 50% creen que está bien, mientras que JxCat el criterio de insuficiencia llega al 90%.
Por último, la pregunta síntesis en relación a si quieren o no un estado independiente, el “no” está estabilizado desde hace meses en el 50%, mientras que el “sí” permanece en un 43%. Esta opción logró máximos y superó al “no” pero con un 48%. Pero desde julio del 2019 la negativa está clara. Los períodos en los que el “sí” se ha impuesto, pero nunca ha superado el 50% de los votos. Existen diferencias considerables en el seno de Cataluña. El no gana claramente en Barcelona y en mucha menor medida y fluctuando mucho más en Tarragona, mientras que el sí se impone con claridad en Lleida y Girona.
La conclusión en este punto es clara. El independentismo nunca ha logrado una clara victoria, pero siempre tiene un gran peso en la opinión ciudadana. No ha desaparecido, sino que en cualquier caso está desmovilizado.