Con ocasión del encuentro de ministros de finanzas de los 27 estados miembro de la Unión Europea del pasado 16 de junio en Luxemburgo, una parte de los mismos firmó un documento que recuerda la importancia de disponer de políticas presupuestarias «fiables» y «eficaces» en Europa.
En un contexto de fuerte endeudamiento, de inflación, y con la consecuente subida de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) lanzó el pasado año, los signatarios, entre los que figura el ministro de finanzas alemán, Christian Lindner, expresan su preocupación ante la situación actual.
El documento comienza apuntando que ya antes de la pandemia, las políticas presupuestarias en toda Europa eran “a veces demasiado expansionistas”. Los años previos al Covid en que la economía funcionaba a un ritmo normal, apuntan, se habrían pues malgastado en compras de aprovechar la bonanza relativa para acumular reservas y equilibrar presupuestos.
Es precisamente fomentar esta provisión de seguridad en período expansivo que la UE dispone del Pacto de estabilidad y crecimiento desde 1997 en plena adopción de la moneda única europea. Acumular en periodo de vacas gordas para después disponer de reservas en tiempos de vacas flacas, he aquí un principio lleno de sentido común.
Sin embargo, los ministros signatarios de la tribuna recuerdan que en el 2002, año de la introducción del euro fiduciario, el ratio de la deuda pública sobre el Producto Interior Bruto de los países de la eurozona era del 68%. Hoy, después de las crisis mayores de 2008-2013 y de la pandemia de 2020, este porcentaje ha escalado hasta el 93%.
Los costes del laissez faire, laisser passer presupuestario “son particularmente elevados en períodos de tipos de intereses altos”
Los ministros recuerdan que dejar aumentar el nivel de endeudamiento público de forma indefinida con cada crisis que ocurre no es una política aceptable, ya que introduce una presión permanente y creciente sobre las finanzas públicas. Y, añaden, los costes del laissez faire, laisser passer presupuestario “son particularmente elevados en períodos de tipos de intereses altos”.
Efectivamente, los Estados miembros de la UE, y particularmente los más endeudados, que son Grecia (178%), Italia (147%), Portugal (120%), España (116%) y, atención, Francia (113%), están ya empezando a pagar el precio de su costosa refinanciación en tiempos de política restrictiva del BCE.
De hecho, la agencia de notación de la deuda Fitch ya rebajó las perspectivas francesas el pasado abril, y hace pocas semanas Standard & Poor’s estuvo cerca de hacer lo mismo. Y atención porque tres de las cuatro principales economías europeas figuran en el top 5 de los Estados miembros más endeudados.
La realidad es que estos países tendrán que destinar ingentes cantidades de dinero público para pagar el coste creciente de su deuda descomunal. Esto equivale a echar a la basura una parte importante del esfuerzo fiscal que familias y empresas realizan.
La resaca después de la fiesta desenfrenada del gasto de los últimos años será particularmente dura porque se hará en período de vacas bien flacas, como las últimas previsiones económicas apuntan.
Para los mercados de capitales, una deuda es una deuda. Los mercados de capitales no se preocupan de los motivos del endeudamiento, independientemente de si son o no válidos
Los ministros signatarios apuntan a que no se pueden obviar las nuevas realidades geopolíticas, entre las que destacan particularmente tres: el cambio climático, la transición digital y la política de defensa. Sin embargo, recuerdan que éstas no son una excusa creíble para seguir endeudándose. Y señalan: “para los mercados de capitales, una deuda es una deuda. Los mercados de capitales no se preocupan por los motivos del endeudamiento, sean o no válidos”.
Resulta urgente garantizar la credibilidad financiera de Europa, y hoy tanto una parte importante de los Estados miembros como las instituciones europeas (Comisión y BCE especialmente) están fracasando en la preparación de nuestro futuro económico .
Los ministros expresan su preocupación porque las medidas tomadas hasta ahora no son suficientes para corregir la tendencia negativa actual. En concreto, apuntan, las propuestas de la Comisión Europea formuladas el pasado abril para trazar el marco común de la gobernanza económica de la UE siguen distinto el problema, dejando la reintroducción de la disciplina presupuestaria para más tarde.
Resulta urgente garantizar la credibilidad financiera de Europa, y hoy tanto una parte importante de los Estados miembros como las instituciones europeas están fracasando en la preparación de nuestro futuro económico Share on X