Si las miradas económicas y políticas son de vuelo gallináceo, y además nos quedamos siempre con el mejor dato, el dictamen sobre la situación española es razonablemente bueno, como señala la última previsión de la Comisión Europea, que mejora las perspectivas de crecimiento del PIB. Pero si levantamos el vuelo y observamos la globalidad de la situación, las cosas cambian radicalmente. Constatémoslo:
- Pese a los fondos europeos, los de siempre, y los Next Generation, España no recuperará el PIB de 2019 hasta finales de año. Será con diferencia el país que lo hará más tarde.
- El empleo supera ya el del 2019, pero si en lugar de fijarnos en el número de personas consideramos las horas trabajadas, constataremos que no es así y por este lado tampoco hemos resuelto la crisis de la cóvid.
- La inflación es inferior a la de la UE, pero la inflación subyacente es muy alta y la de la alimentación demoledora para el nivel de ingresos de los hogares españoles. Porque cuando se hace referencia al aumento de precios al igual que a la presión fiscal, no se tiene en cuenta que los ingresos en España son particularmente bajos y, por tanto, lo que se detrae por aumento de precios y por impuestos castiga mucho más las condiciones materiales de las personas.
- Los impuestos son altos y lo que realmente cuenta para el bolsillo de la gente, la cuña fiscal (suma del IRPF más la Seguridad Social), supera el 39% y se sitúa por encima de la media de la OCDE. Italia ha adoptado por ello una medida positiva, muy positiva: por ley, el gobierno Meloni ha determinado que la cuña fiscal en términos de la diferencia de salario entre lo que paga la empresa y lo que cobra el trabajador, vaya a parar al bolsillo de los trabajadores que ganen hasta 35.000 euros anuales. De esta forma se consigue mejorar los ingresos de los trabajadores con más necesidades. En Italia los sindicatos esa medida la encuentran bien, pero insuficiente. En España CCOO y UGT callan y ni siquiera reclaman que se haga lo mismo en nuestro país.
- Y todo ello pese a que el poder adquisitivo de los trabajadores españoles cayó un 5,3%. CCOO y UGT remiten el problema a las empresas, pese a que unas pueden subir sueldos y otras no, y nunca miramos el bolsillo del gobierno, que es quien se lleva la mayor parte del dinero y hace negocio con la inflación.
- El Banco de España ha advertido de que crece la divergencia económica con la UE en materia de renta. En 1962, cuando estaban fuera de Europa, la distancia era de 32 puntos porcentuales (pp). Tras el ingreso y el euro llegó a reducirse a 8,8 pp, que ha sido la mínima distancia. Era 2008, pero es que en 2019 volvemos a estar a 17 pp de distancia. Hemos perdido la mitad de lo que habíamos ganado en esta última década y de eso tampoco hablamos.
- Los contratos fijos discontinuos son casi 900.000. Pero cuando se habla de esto, hay que añadir que la duración media del contrato se ha ido reduciendo sustancialmente. En 2021 era de 53 días y en 2022 de 48. ¿Cómo construir una vida estable con contratos de esta duración? Se dice que el contrato temporal indefinido ya existía y que, por tanto, no altera nada. Es una forma de engañar al personal porque en el 2021 este tipo de relación laboral afectaba sólo a 26.000 personas, era nada. En 2022 son prácticamente 400.000.
- Para acabar de constatar los problemas reales del mundo laboral, basta con hacer emerger la cifra de los contratos firmados entre marzo de 2022 y febrero de 2023. 2,56 millones por sólo 350.000 personas de más en la Seguridad Social. Si realizan la división podrán ver cuántos contratos se necesitan para mantener un año de trabajo.
- El 40% de los hogares españoles en alquiler están en situación de riesgo de pobreza. Es una de las cifras más altas de Europa. Y 1,5 millones de hogares con hipoteca tendrán dificultades para afrontar su coste o bien para asumir otros gastos del hogar.
- La población en riesgo de pobreza en España es del 26%. Y quienes viven en situación de privación material grave son el 7,7%.
Y todo ello con una inyección de fondos de Europa de 37.000 millones, los ordinarios, y de 124.000 millones que han venido y deben venir de los fondos Next Generation. De hecho, España lleva años viviendo a rasero del dinero que le aportan los países del norte de Europa.
Recordémoslo:
- Los fondos estructurales de la UE.
- Las ayudas a la banca durante la crisis económica de 2008.
- La compra masiva de deuda del estado y activos de los bancos por parte del Banco Central Europeo.
- Los fondos Next Generation para superar la crisis de la cóvid y cambiar la estructura económica.
Cuando el gobierno español hace alarde de su receta para la economía, sea quien sea quien gobierna, hay que recordar todas estas cosas porque en realidad si seguimos saliendo adelante sin una grave crisis es porque otros pagan por nosotros. La realidad tal y como es.