Después de un fin de semana frenético en que las autoridades financieras norteamericanas intentaron por todos los medios vender First Republic Bank , el lunes 1 de mayo acabaron por tomar el control y revender la gran mayoría de sus depósitos y activos al gigante bancario JPMorgan .
First Republic Bank se encontraba en serias dificultades financieras desde la quiebra de Silicon Valley Bank el pasado marzo. Al igual que la entidad californiana, First Republic había hecho frente a una retirada masiva de depósitos y a una vertiginosa caída en bolsa, pasando de 20.000 millones de dólares en capitalización a principios de año a tan sólo 654 millones a finales de abril.
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos ha dicho y repetido que no hay riesgo de una nueva crisis bancaria como la de 2008, ningún actor del sector se había manifestado para comprar los restos del First Republic. Algo que está generando mucho nerviosismo entre los inversores ya que deja en evidencia la delicada salud del sector bancario en su conjunto.
La quiebra del First Republic Bank es, por el volumen de sus activos (229.000 millones de dólares al 13 de abril), la segunda más importante de la historia de Estados Unidos si se excluye a la banca de inversión (sector donde se situaba Lehman Brothers) después de la de Washington Mutual en septiembre de 2008.
JPMorgan ha terminado por aceptar la “invitación” de la FDIC, la agencia federal encargada de garantizar los depósitos bancarios, a cambio de unas condiciones ventajosas, entre las que destaca que la FDIC ha aceptado secar 13.000 millones de dólares de pérdidas.
Así pues, la compra del First Republic Bank por JPMorgan es de facto un rescate público a cargo del contribuyente estadounidense.
Por su parte, sabedor del temor a una nueva crisis bancaria, JPMorgan ha esperado a que la FDIC le presentara la compra de First Republic en bandeja de plata para comprarlo.
Los reguladores estadounidenses no habrían tenido que poner sobre la mesa tantas ventajas para JPMorgan si no hubiera habido un riesgo por el sistema financiero en su conjunto, lo que se ha producido gracias a la derrota del First Republic de los últimos días.
Una vez confirmada la operación, el mensaje oficial es de tranquilidad: una vez más los depósitos garantizados y no garantizados que permanecían en el banco en bancarrota han sido salvaguardados. Pero la realidad es mucho más inquietante, puesto que demuestra la mala salud del sector bancario en su conjunto .
De momento, los principales beneficiados de las primeras caídas bancarias (Silicon Valley Bank, Signature, Credit Suisse y First Republic) fueron las grandes entidades financieras como UBS y JPMorgan, que las compraron a precios de saldo.
Habrá que seguir atentamente la evolución de los tipos de interés de los bancos centrales ya que hasta ahora las subidas de éstos para combatir la inflación han sido el principal factor de inestabilidad bancaria, revelando a su vez la pésima gestión de los depósitos por parte de los bancos comerciales.
En definitiva, si la Reserva Federal y el Banco Central Europeo siguen subiendo los tipos, otros bancos podrían entrar en peligro. Pero si no lo hacen, la igualmente temida inflación podría volver con fuerza.
La compra del First Republic Bank por JPMorgan es de facto un rescate público a cargo del contribuyente estadounidense Share on X