Yolanda Díaz es vista como la esperanza blanca del progresismo para seguir gobernando. Es su plataforma la que, con ayuda de los veredictos del ex asesor de Sánchez, Ivan Redondo, y sus artículos en La Vanguardia, la convierten prácticamente en presidenta del gobierno.
Pero, ¿son razonables estas expectativas, más allá de los famosos microdatos del CIS? Naturalmente, la prueba del nueve siempre son las elecciones, pero de momento las encuestas señalan que Sumar no suma.
La realizada por DYM el pasado 25 de abril le otorga a la plataforma de Díaz un 9,2%, separada de la cifra de Podemos con un 5,8%. En escaños esto se traduce en 20 para Díaz y 9 por Belarra, en total 29. Una cifra claramente inferior a la que actualmente tiene UP. Por tanto, de suma poca.
Está claro que puede considerarse con razón que si van juntos le dará un beneficio adicional con escaños, a pesar de tener el mismo número de votos por el efecto que se produce en las circunscripciones electorales que eligen menos de 5 diputados. Pero, aun así, la cifra resultante superaría claramente los 33 escaños que tiene ahora UP, pero con un añadido menor de un par o 3 diputados y en ningún caso superaría como tercera fuerza a Vox que, continuando con la misma encuesta , logra 47.
Pero lo peor de todo es que, incluso yendo juntos, la nueva formación de Díaz lo que hace es quitarle escaños al PSOE, que quedaría reducido a 101 y, por tanto, muy lejos de poder alcanzar el gobierno. Y es que el atractivo de Díaz traducido en votos afecta prácticamente solo al actual electorado de UP y al del PSOE y, cómo no, eso no modifica la correlación de los bloques electorales.
Por otra parte, la misma encuesta señala que hasta 1/4 parte de los votantes procedentes del PSOE no apostarían por Sumar si esta plataforma integra a UP. Y a la inversa, parte de los votantes de esta formación no mantendría su voto si se produce la unión con Sumar. Por tanto, es previsible que con estas cifras, los resultados de la nueva plataforma incluso yendo juntos no superarían a los actuales de UP y reducirían en algunos diputados el resultado socialista.
Nuevas encuestas nos dirán hasta qué punto se mantiene esta previsión, pero la realidad en estos momentos es ésta.
Y no olvidemos que DYM, la empresa encuestadora, ocupa el puesto 6º en el ranking de las 39 empresas encuestadoras que trabajan en España. Con una puntuación de 6,9 sobre un máximo de 8, que alcanza GAD3, ocupando la primera posición. Por tanto, sus fundamentos técnicos son sólidos. Mucho más que el CIS, que ocupa el puesto 25, con una puntuación de 3,7. Un escándalo para una institución pública que cuesta tanto dinero y hace tantas encuestas, pero éste es ya todo otro tema.