Una nueva encuesta de Metroscopia da por ganador la lista que encabeza Collboni con el 21,8% de los votos y 11 concejales. Seguido por JxCat con el 19,7% y 9 concejales, los mismos que Colau, unas décimas más atrás con el 19,5%. ERC se derrumba claramente y desciende hasta el 14,4%, lo que le otorga sólo 7 concejales. La empresa encuestadora tiene una calificación de 6,7 en el ranking de empresas, encabezada por GAD3 con una calificación de 8.
Pero a poco que nos fijemos en la formulación de esta encuesta constataremos que no mide explícitamente los resultados de Trias, sino los de JxCat y por separado los del PDeCAT. Es evidente que muchos electores ya unen en estos momentos el nombre de JxCat con el de Trias, pero evidentemente no todos y, cómo no, la etiqueta del candidato Trias resulta mucho más atractiva por parte de los votantes socialistas que JxCat.
Por otra parte, el PDeCAT se presenta en la encuesta como una opción diferenciada. Si añadiéramos su resultado al de JxCat, la diferencia entre socialistas y la opción de Trias quedaría reducida prácticamente a la nada, sólo 0,9 décimas y, por tanto, dentro del margen de error de la encuesta. Una interpretación no muy atrevida de estas mismas cifras nos diría que si en lugar de testar las etiquetas de JxCat y PDeCAT por separado, la encuesta hubiera preguntado por Trias directamente, que es cómo se presentará a las elecciones, muy probablemente esta opción debería superar la de Collboni.
Por otra parte, llama la atención que el PSC, que ha mantenido, de hecho mantiene, una alianza a lo largo de la legislatura con Barcelona en Comú logre un resultado tan positivo, pero eso no pasa de ser un interrogante. También sorprende que la suma de los resultados de estas dos formaciones, las del gobierno municipal, den un balance de voto superior al 41%, cuando, por otra parte, la opinión de la ciudad es muy mayoritariamente crítica en cuanto a los resultados de esta misma encuesta con el actual gobierno municipal. Puede que el elector no acabe de ser coherente y que, por un lado, rechace a los que mandan y, por otro, los vote. Pero en cualquier caso es evidente que los resultados ofrecen serios interrogantes.
El gran perdedor de esta encuesta es ERC, que pierde mucho en relación a las anteriores elecciones en las que quedó primero. ¿Qué pesa más en ese mal resultado? ¿La figura de Maragall? ¿El desgaste de ERC? ¿La incapacidad de hacer una oposición como primera fuerza municipal? ¿El efecto Trias? Seguramente todo. Pero, Maragall, si no cambian mucho las cosas, pinchará en Barcelona y eso tendrá consecuencias por la ya debilitada posición de ERC.
El quinto partido en resultados es el PP con un 7,1% y tres concejales. Es una mejora, aunque muy pequeña en relación con los anteriores comicios. El efecto Núñez-Feijóo realmente es de una ligereza notabilísima, al menos en ese caso.
La CUP volvería a entrar en el Ayuntamiento con un 5,7 y, por tanto, 2 concejales, que es el mínimo de presencia.
En contrapartida según esta encuesta ni Vox ni Valents ni otras formaciones como la de Vosseler, conseguirían alcanzar el 5% necesario para hacerse presente en el Saló del Cent, si bien Vox con un 4,8% puede lograrlo dentro del propio margen error de la encuesta.