Es evidente que el actual ayuntamiento se ha autootorgado la etiqueta del ecologismo, de la protección del medio ambiente y, en especial, el atmosférico. Esta canción que se viene repitiendo reiteradamente desde el inicio, es ilustrada desde el punto de vista de la propaganda, y hace que una cantidad no despreciable de personas, lógicamente interesadas en esta importante cuestión, se lo hayan acabado creyendo. Pero nada más lejos de la realidad.
En la práctica, como ha ocurrido con la vivienda, la pobreza y los excesos turísticos, la acción de Colau ha sido débil y prácticamente no ha cambiado casi nada. En el folleto de propaganda sobre la supermanzana Barcelona y los 8 puntos que estamos considerando, hay cuatro referidos a la ecología y al medio ambiente. Constatamos qué hay de cierto detrás de su redactado:
- Se ha desplegado una red de más de 200 refugios climáticos donde las personas vulnerables pueden protegerse del calor. Este caso sirve de ejemplo paradigmático del pufo que montan Colau y Collboni, en este caso a expensas de una pretendida acción para protegernos de las inclemencias por exceso de temperatura. Esta red en la práctica no consiste en otra cosa que colocar un cartel que señala que estamos frente a un lugar que es un refugio climático, de lugares que ya existían y que en muchos casos son de una evidencia palmaria. Por ejemplo, todos los parques de Barcelona tienen este cartel como si fuera necesario que nos indicaran que debajo de un árbol se está más al aire libre. También colocan el cartelito en determinados rincones de la ciudad, como por ejemplo en el museo Frederic Marès, que es un lugar muy agradable, y otros por el estilo. Y todo esto lo acaban completando señalando con el cartelito aquellas escuelas que tienen aire acondicionado y todas las bibliotecas. En total pueden exhibir, no tanto 197 refugios climáticos, como 197 cartelitos. Pero el trabajo y la inversión del Ayuntamiento ha sido ínfimo el que se deriva básicamente de la cartelería. Pero, está claro, como muchos de estos lugares están pensados para otras funciones, como es el caso de las escuelas, son incompatibles con un uso masivo, es decir, no pueden entrar 60 o 70 personas muertas de calor en una escuela donde esté funcionando. Pero aún es más ridículo que en el mes cuando el calor es más fuerte, agosto, muchos de estos refugios, como denunció precisamente un aliado del gobierno, ERC, estén cerrados y quedan reducidos a la mitad, básicamente en parques y rincones de la ciudad, porque 74 estaban cerrados en agosto, 61 estaban solo abiertos de forma parcial y solo 67 estaban plenamente operativos; por supuesto, no se puede cerrar un parque en el mes de agosto. La idea de refugio climático es buena, pero a condición de que no se transforme en un elemento puramente de propaganda y se adecuen los lugares para poder acoger a personas que lo necesitan a lo largo de todos los meses de calor, vacaciones incluidas. Pero, lo peor es que además estos refugios climáticos están limitados en su uso, puesto que están destinados a bebés, a mayores de 75 años y a personas con enfermedades crónicas y con pocos recursos económicos. Si no cumples estas condiciones estipuladas por el ayuntamiento, no tienes derecho a utilizar el refugio climático. En realidad, nadie controla nada, más allá del control natural del espacio, porque es evidente que en el parque puede entrar quien quiera y en una escuela solo y según cuándo. Por eso en la información municipal sobre este tipo de refugios figura la indicación de “consulte el horario antes de ir”, no sea que aunque haga mucho calor no podamos acceder. Queremos sugerir a Ada Colau una ampliación sustancial de los refugios climáticos siguiendo su línea. Es cuestión de colgar el cartelito en el Corte Inglés, en todos los Zaras y otras grandes tiendas de Barcelona que disfrutan de un magnífico aire acondicionado y que tienen las horas y la accesibilidad mucho mayor que la mayoría de puntos que Colau nos vende como si fuera un buey cuando en realidad es vaca gorda.
- Se ha creado Barcelona Energía, comercializadora pública de electricidad 100% renovable que da servicios a 16 municipios metropolitanos. He aquí otra manipulación de Colau. Primero porque Barcelona Energía no es una iniciativa del Ayuntamiento, sino que también está participada por el Área Metropolitana de Barcelona, lo que la propaganda municipal omite. Pero esto no es lo importante, sino el fracaso que esconde esta operación. La información que facilita la empresa pública es debidamente sesgada. Por ejemplo, es imposible conocer el número real de usuarios y habla de que en 3 años de funcionamiento ya tienen más de 10.000 puntos de suministro. Pero, por supuesto, un solo usuario tiene muchos puntos de suministro sobre todo porque todos los centros municipales, equipamientos, mercados, están obligatoriamente conectados a esta empresa y cada uno de estos centros representa multitud de puntos de suministro. Por otra parte, es conexión metropolitana, y esto explica los 16 ayuntamientos, no la acción de la empresa o el Ayuntamiento de Barcelona; también en estos casos los puntos de conexión obedecen básicamente a las instalaciones municipales o participadas mayoritariamente por los respectivos consistorios. Rascando, rascando información es posible decir que después de 3 años de funcionamiento esta empresa apenas tiene unos 3.000 clientes. Si de éstos se descuentan todos los que son entidades públicas, apenas llega a los 2.000. Claro, hablar de una compañía eléctrica pública con una cifra tan irrisoria de hogares conectados no es que sea ridículo, es que es un fracaso que tiene una explicación: la electricidad que proporciona la empresa pública de Colau vende la luz más cara que su competencia, incluso en la ciudad de Barcelona. Es más económico para el usuario estar conectado a Endesa, que es una gran compañía, que en Barcelona Energía. Si resulta que ésta no reparte beneficios según dice, mientras que Endesa sí lo hace, ¿cómo se explican estos precios mucho más elevados y cuál es la ventaja para el ciudadano de disponer de una empresa pública municipal que no sea la creación de puestos de trabajo para los amigos, conocidos y saludados?
- Ganaremos 40 nuevas hectáreas de vegetación. Ganaremos! ¡Haremos!… Son las expresiones predilectas del gobierno municipal porque señalan el futuro y nunca dicen cuándo, ni dónde, ni cómo. Es lo que hay que pedir: de dónde salen estas 40 hectáreas, cuándo se terminarán y dónde. Porque mucho nos tememos que una parte de las mismas sean en realidad asfalto adornado con torretas con vegetación, que es una de las prácticas más socorridas del gobierno municipal.
- La implantación de la ZBE. Es alabada por la autopropaganda del folleto como uno de los “10 éxitos de Colau”. Pero la realidad es muy distinta. En primer lugar, fue una medida socialmente injusta porque castigaba a la gente que tiene los vehículos más viejos sencillamente porque no se los puede cambiar sin darles ayuda alguna para incentivar el cambio. Ambientalmente ha sido inútil porque su impacto ha quedado tan diluido que en estos momentos ya no hay diferencia entre antes de la ZBE y la situación actual. Solo eso ya invalida la medida, pero es que además ha sido suspendida por la justicia, precisamente por ser socialmente injusta y ya es gordo que comunes y socialistas tengan que recibir el bofetón público de decirles que sus políticas castigan a los más débiles. Están obligados a rectificar y así lo han hecho, y la ZBE ha quedado sin efecto por sentencia del 21 de marzo del Tribunal de Justicia de Catalunya. Y además, el Ayuntamiento tendrá que devolver las sanciones que impuso y que pueden representar 18 millones de euros, según los cálculos del propio Ayuntamiento. Esta cifra señala la magnitud de la pifia y también como Ada Colau y Collboni se dedicaron a apurar los bolsillos de las personas con menos posibilidades económicas, las de los vehículos más viejos, detrayéndoles millones de euros. No está mal. No está mal la requisa por parte del gobierno progresista de Ada Colau.