Una propaganda municipal sobre el verde, “Damos paso al verde”, constituye una excelente metáfora de por qué Barcelona está tan mal gobernada. “No es necesario modificarla ni cortar las hierbas altas. Debemos disfrutarla tal y como es”.
El gobierno de Colau, Collboni y ERC quieren ahorrarse deshacerse de las malas hierbas, y esta debe ser la razón del mal estado de los parques de Barcelona y de todas sus zonas verdes, aunque es una ciudad en la que este equipamiento necesario no abunda. Tanto es así que, pese a los incrementos presupuestarios, el área verde, la de parques y jardines, publicitados al margen, es la que menos crece. Mucho hablar de ecología, sin embargo, a la hora de la verdad, dinero para el verde en Barcelona no hay, porque según Colau y compañía este papel ya lo harán las malas hierbas.
Y en esta historia de las malas hierbas es donde está la metáfora de la forma de gobernar que ha hecho posible, por ejemplo, una degradación del Raval como nunca se había visto desde hace años y que se ha cargado todo el proceso de recuperación urbanística de décadas anteriores. Hoy es un espacio cada vez más ocupado por la droga, traficantes y delincuentes.
Crece la maleza cuando después de 7 años de gobierno y prometer el aire limpio, y castigar a los barceloneses de menos ingresos con la Zona de Bajas Emisiones, la contaminación de Barcelona presenta unos peores niveles de los que tenía cuando Colau empezó su mandato o de los de hace 3 años cuando repitió en la alcaldía.
No ha sabido aprovechar el bajón de la contaminación que provocó la Covid-19 y empeñada en hacer la vida imposible en el coche sólo ha conseguido fomentar los atascos y la contaminación, además de perjudicar gravemente el tiempo y el bolsillo de los que se mueven por la ciudad. Y malas hierbas son el escándalo de la vivienda que prometió y que no ha hecho.
Y del cambio climático ¿qué podemos decir? Pese a que Barcelona ha sido muy castigada por las altas temperaturas, las noches tórridas, y todo multiplicado por la elevada humedad, la única medida que ha tomado Colau en todos estos años han sido unos ridículos carteles (el gobierno municipal es maestro en la cartelería en la vía pública) señalando que estábamos delante de un refugio climático . Gran solución. Después acuden a las reuniones internacionales y explican el oro y el moro y presentan imágenes y programas y vídeos de una ciudad que no existe, porque la real la sufrimos todos los días los que vivimos y trabajamos en ella.
¿Y qué decir del abandono a las familias? Es una evidencia, como ha denunciado Cáritas, que las familias con hijos son las que presentan un mayor nivel de pobreza. Sin embargo el Ayuntamiento, que durante estos años ha sido una administración que ha dispuesto de abundancia de dinero, no ha hecho absolutamente nada. Podía haber prescindido de muchas cosas accesorias y aportar una subvención fija a familias con hijos. Ésta habría sido una gran mejora para la ciudad, que no se ha hecho.
Las malas hierbas que Colau confunde con el verde definen una mentalidad y hacen más necesario que nunca la demanda de buen jardinero para Barcelona. Un buen jardinero no sólo para los parques y zonas verdes, sino para toda la ciudad, que sepa diferenciar entre lo que es el verde necesario y las malas hierbas, y que ordene, tenga cuidado y embellezca el conjunto de la ciudad.
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