Ésta es la información que proporciona las previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE) que considera que en el transcurso de los tres próximos quinquenios habrá 2,7 millones de nuevos hogares en España. Este hecho tiene en parte su origen en el crecimiento de los hogares unipersonales que llegarán a ser, en el período indicado, el 30% del total y se incrementarán más de 3 puntos porcentuales (pp) en relación con la cifra actual. Es el grupo que más crece. Ligeramente por encima y muy cerca de él, los hogares con dos personas que significarán el 32,2% y un incremento de 2 pp. A partir de ahí, el número de hogares tiende a disminuir. Los de tres personas serán el 18,5% y se reducirán en casi 2 pp. Los de cuatro pasarán a ser el 16,8% y son los que experimentan un mayor descenso, 2.7 pp. Y por último los hogares de 5 personas significarán el 5,4% y una disminución de 0,5 pp.
En conjunto los hogares en los que previsiblemente hay 1 o más hijos, que son los de 3 en adelante, caerán del 43% al 35%. También tiene repercusión con el tamaño medio que pasará de 2,57 personas por hogar a sólo 2,36.
De estas cifras se deduce claramente que habrá una gran demanda de viviendas. Una parte de la misma se cubrirá con viviendas existentes que queden desocupadas, sobre todo debido a la muerte de sus residentes, pero también está claro que haría falta una producción regular e importante de nuevas edificaciones que, además, en buena parte deberían tener carácter social, por dos razones.
Una, porque como es sabido este sector es muy débil en España y en Cataluña y queda muy por debajo de los estándares europeos, sobre todo en viviendas sociales de alquiler. Hay todavía una segunda razón, como indican las previsiones demográficas, el crecimiento demográfico español será exclusivamente por vía de la inmigración y estas personas no sólo necesitan pisos en los que vivir, sino que además requieren que estén en condiciones económicas a su alcance.
A pesar de estas evidencias estadísticas de fuentes de la propia administración, cabe constatar que la abundancia de dinero de que dispone el gobierno español por efecto de la inflación y de los programas europeos no tienen una traducción en la magnitud adecuada para las necesidades en nueva vivienda. Una vez más, la falta de previsión y la dispersión de las medidas gubernamentales, a pesar de disponer de suficiente información, anticipan un grave problema futuro.
Allí donde crecerá más el número de hogares será en las Islas Baleares y en Murcia. Precisamente dos de las comunidades autónomas que combinan mejores registros en el saldo entre natalidad y mortalidad, así como de llegada de inmigrantes. La tercera será Madrid, sus crecimientos oscilarán entre el 21,8% de esta comunidad y el 27 de Baleares. El crecimiento de Catalunya será mucho más moderado, 17%, aunque por encima de la media española, que es del 14,5%. En Castilla y León sólo crecerán los hogares un 9,9% y en toda España se registrará un incremento, con la salvedad de Asturias, donde se reducirá en un 0,8%.