La socialdemocracia, sola o en compañía de otros, es lo que podríamos decir el partido del estado sueco, el que ha gobernado, con interrupciones importantes, también hace falta decirlo, este país desde prácticamente 1917.
El partido socialdemócrata es la primera fuerza del país, cuyo porcentaje ha llegado al 30% en estas últimas elecciones, pero que es insuficiente para gobernar y hace tiempo que todo se juega en dos bloques, uno de centroderecha y otro de centroizquierda, al que acompañan los socialdemócratas, los comunistas, los verdes y ahora también el partido de centro.
En las últimas elecciones el resultado fue muy reñido y el bloque de izquierdas logró la victoria por un solo escaño de diferencia. También es necesario situar dos detalles. Lo primero es que no es necesaria la mayoría absoluta para gobernar, sino que es necesario que el gobierno que se propone no tenga más votos negativos que positivos. El segundo factor es que el partido de los demócratas suecos, nacionalista y euroescéptico, ha apurado a la extrema derecha, pero ha ido avanzando hacia el centro, poquito, estaba sujeto al famoso cinturón que siempre la socialdemocracia obtiene hacer triunfar y que hace que se pueda pactar y formar gobierno con comunistas y fuerzas de extrema izquierda, pero que esa equivalencia no sea posible hacia la derecha.
Naturalmente, esto confiere de entrada una ventaja en el bloque de la progresía. En las actuales elecciones los demócratas suecos se han convertido en la segunda fuerza y han pasado de 62 a 73 diputados, superando al partido moderado de centroderecha, que baja de 70 a 61 escaños, aunque queda como tercera fuerza, pero seguramente de él saldrá el primer ministro.
El bloque de centroderecha logró en esta ocasión una victoria que en las encuestas no aparece nada clara, porque con el 99,8% del voto escrutado logró 176 escaños, 3 más que los cuatro partidos de la izquierda. Por tanto, la primera opción gubernamental basculará sobre ese triunfo, si bien existe la dificultad de que el partido de extrema derecha de los demócratas suecos no podrá formar parte del gobierno, porque los liberales, con 16 diputados y habiendo perdido 4, se oponen y este hecho complica el escenario.
En todo caso, lo que hay que remarcar es la causa fundamental de la derrota del centroizquierda, que no es otra que la de la seguridad, porque Suecia, paradigma del estado del bienestar, está viviendo un profundo proceso de deterioro de la seguridad ciudadana con un incremento alarmante de la violencia, de las bandas organizadas y del control de barrios enteros por parte de éstas. Este hecho, unido a una escasa eficacia de la lucha policial, hace que la seguridad haya estado en el centro del debate, desplazando cuestiones como las de la conflictiva situación en Ucrania y Rusia o la crisis económica.
Una idea de la evolución la dan los datos del Consejo Nacional Sueco de Prevención del Delito, considerando a los muertos por arma de fuego que son un indicador de la delincuencia organizada, porque es ésta la que mata utilizando este tipo de instrumento, en 2003 en Europa se producían 3,8 muertes por millón de habitantes por arma de fuego. Es una cifra en el contexto mundial muy baja, esto se sabe de siempre, pero es que la de Suecia era mucho mejor, sólo 2 muertes era su marca. Pues bien, en el 2017, que es el último año, la cifra en Europa ha caído hasta 1,6, mientras que en Suecia se ha doblado, 4 muertes por cada millón de habitantes. De los 22 países europeos que se medían, a principios de 2000 Suecia ocupaba el puesto 18º, en 2017 era el 2º, sólo por detrás de Croacia.
La realidad es que Suecia se ha convertido en un país de personas aisladas, fruto del tipo de política que han desarrollado los gobiernos socialdemócratas tendentes a confundir la autonomía personal con ese aislamiento porque los vínculos familiares son débiles o inexistentes . Esto explica que el número de hijos nacidos fuera del matrimonio supere con mucho la mitad y en términos cuantitativos exprese unos resultados similares a los de la minoría negra en EE.UU. y sobre todo de algunos países del Caribe. Es desde este punto de vista una sociedad desestructurada .
Si a este hecho se le añade el recibimiento de un número importante de inmigrantes y refugiados con grandes dificultades de integración por la naturaleza del propio país y su ubicación en barrios determinados que han terminado configurando guetos, se tiene una radiografía que explica el porqué la seguridad ciudadana ha sido uno de los ejes principales de la campaña y ha favorecido de forma clara al partido que siempre ha hecho bandera, es decir, los demócratas suecos.