En julio de 2021 el grupo Godó cejó en su empeño de dos décadas de construir un grupo de televisión viable, al vender por 10 millones de euros 8TV al nuevo grupo OC, que tiene entre sus miembros a un viejo conocido de los intentos de crear una televisión privada catalana, en la persona de Nicola Pedrazzoli, consejero y consejero delegado solidario del grupo, y que ya había puesto en marcha con un éxito muy relativo Canal Catalá.
El nuevo intento de hacer una televisión privada catalana e independiente tenía como signo original presentarse abiertamente como una alternativa a TV3 y su monocultivo independentista y progre. Esta fue la carta de presentación en muchos cenáculos culturales y políticos de Cataluña, y también el relato de su comunicación corporativa.
Su desarrollo vacilante, contradictorio, su programación, de calidad muy discutible, consistía en ocasiones en dar la palabra a todo el mundo, en reunir una representación importante de frikis políticos, buscando el griterío más que el debate, pero mantenía en el trasfondo una actitud de querer ser otra cosa que la que ofrecía TV3. Pero, progresivamente la cuestión ha cambiado, y al final, la televisión que fue contemplada como un intento de construir un respuesta desde sectores del centro derecho catalán, se ha convertido en el coche escoba que va recogiendo todo lo que el independentismo de TV3 no aprovecha.
De esta manera la galaxia de la comunicación en catalán sigue siendo tan endogámica como siempre, pero ahora con un mercado de segunda mano, que es 8TV. Las nuevas incorporaciones del liquidado y polémico director de TV3, Vicent Sanchís y del ex director de Catalunya Ràdio, Saul Gordillo, junto con Pilar Rahola, definen claramente en qué se ha convertido la televisión privada que tenía que ser alternativa. Y por si este plantel fuera escaso, ahora se ha anunciado la incorporación de Gabriel Rufián con un programa propio de entrevistas “La Fábrica”, que ya venía siendo un canal de Youtube que explotaba el portavoz de Esquerra, a imitación de lo que en su momento hizo Pablo Iglesias con La Tuerka.
La incorporación de Rufián ha sido a bombo y platillo. ”Es un orgullo informar que Gabriel Rufián es uno de los nuestros, ADN 8TV”. Pues hemos llegado al fin de la calle. Si el ADN de la televisión privada en catalán es el mismo que el de quien representa a Esquerra Republicana en Madrid, hay que decir que esta televisión ha conseguido superar a TV3 en partidismo. Es insólito encontrar que una televisión que se pretende neutral tenga como uno de sus protagonistas al portavoz de un partido político en el Congreso. En otra época ambas cosas eran incompatibles. Pero claro, eran otros tiempos… Mejores para la comunicación.
Las personas que sostienen esta iniciativa de televisión deben asumir estas contradicciones y apechugar con ellas. Una vez más se demuestra la debilidad cultural y moral de los sectores, de lo que fue en su época la burguesía catalana opuestos al independentismo, pero que más allá de esto tiene poca cosa que decir, tan poca que acaban sufragando una publicidad de segunda mano de todos los independentistas que va quedando bien muerta.