Los países europeos se encuentran en situación de riesgo por su abastecimiento energético el próximo invierno.
Esta es la advertencia que ha lanzado la Agencia Internacional de la Energía (AIE), añadiendo que el riesgo será particularmente elevado si se dan dos condiciones particulares: un período de frío intenso y prolongado y un fuerte incremento de la demanda de la China a raíz de su reanudación económica de los confinamientos por la variante Omicron del coronavirus.
Ha sido el propio director ejecutivo de la AIE, el turco Fatih Birol, quien ha hecho estas declaraciones en el Financial Times. Constituyen una de las advertencias más duras hasta ahora sobre los daños colaterales de las sanciones europeas a Rusia a raíz de su invasión de Ucrania.
Según Birol, un eventual racionamiento del gas natural que Europa necesita empezaría por los grandes consumidores industriales antes de extenderse a los particulares.
Para evitar este escenario, la AIE pide a los gobiernos que tomen medidas para mejorar la eficiencia energética y así reducir la demanda. Según la Agencia Internacional de la Energía, en 2030 se podría reducir el consumo energético mundial por el equivalente a la demanda de China tan sólo incrementando la eficiencia energética.
Pero las medidas concretas que se podrían tomar en Europa antes del invierno a fin de conseguir ganancias relevantes están por ver.
La Agencia Internacional de la Energía no es la primera autoridad que alerta del peligro de cortes o restricciones en el suministro de gas a Europa. En marzo, Alemania ya advirtió de que en caso de escasez grave se vería obligada a detener las entregas a parte de su industria para garantizar que las familias puedan seguir calentándose.
Un escenario que resultaría catastrófico para el principal motor económico de Europa, ya que no sólo supondría un freno al crecimiento del PIB, sino que contribuiría aún más a la inflación.
Como Converses ha apuntado en varias ocasiones, las autoridades europeas no parecen estar midiendo con precisión los daños colaterales que su política de sanciones contra el Kremlin podría tener sobre los ciudadanos y la actividad económica europea.
El Comisario Europeo de energía, Kadri Simson, ha afirmado que la UE está preparando planes de contingencia para hacer frente a la falta de gas, incluyendo el escenario en el que la totalidad del suministro ruso se detuviese.
Aunque por el momento las autoridades de Bruselas no concretaron las medidas que se podrían tomar, a nadie se le escapa que podrían incluir el racionamiento de la energía.
Por su parte, en las últimas semanas Rusia ha movido ficha para incrementar la presión económica sobre los países europeos, cortando el suministro de gas de Polonia, Bulgaria y Finlandia, y más recientemente, también de Dinamarca y de los Países Bajos. El motivo esgrimido por Moscú es que sus gobiernos no se han avenido a abrir cuentas en rublos para efectuar los pagos por el gas.
Las autoridades europeas no parecen estar midiendo suficientemente los daños colaterales de su política de sanciones contra el Kremlin Share on X