Por si los restos de la Covid en Europa, la inflación provocada por unos planes de resiliencia y recuperación excesivos y la guerra de Ucrania no fueran suficientes, llega una nueva mala noticia para la economía mundial.
Se trata del derrumbe de la actividad económica en China a raíz de los brotes de la variante Ómicron del coronavirus.
La producción industrial china, que ha demostrado ser la clave de la fortaleza del crecimiento del gigante asiático, se redujo casi un 3% el pasado mes de abril.
Medios especializados como Financial Times esperaban una desaceleración de la actividad manufacturera a raíz de las nuevas restricciones del gobierno chino, pero no un crecimiento negativo como el que se ha acabado produciendo.
El último mes en que la producción industrial china cerró en negativo fue en febrero del 2020, en plena primera oleada de Covid, lo que subraya aún más las dificultades mayúsculas que atraviesa en estos momentos la economía del país.
En cuanto al comercio al por menor, el principal indicador del estado de ánimo de los consumidores, se desplomó un 11,1%, rebasando y con mucho las previsiones ya pesimistas de los analistas económicos. Una vez más, es necesario ir a los primeros meses de 2020 para encontrar unas cifras peores.
La causa directa de estos malos datos se encuentra en la política de “cero Covid” implementada por el gobierno chino desde la detección del primer brote del nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan, y que se basa como es sabido en el aislamiento, el confinamiento y rastreos masivos.
Una política que no ha variado nada desde entonces a pesar de que sí lo hace la enfermedad, evolucionando hacia formas más contagiosas y al mismo tiempo menos letales.
Sólo es cuestión de unas semanas que esta nueva crisis china se traslade a los mercados mundiales Share on XMás allá de consideraciones sanitarias, lo que estos datos señalan es que China, la fábrica del mundo, está de nuevo inmersa en grandes dificultades. Y sólo es cuestión de semanas que la nueva crisis china se traslade a los mercados mundiales.
Las recientes imágenes de los principales puertos chinos colapsados, con docenas de barcos de contenedores bloqueados o que han dado media vuelta sin poder embarcar las mercancías añadirá aún más presión sobre los mercados mundiales: no es sólo que China produzca menos, sino que sólo una pequeña fracción de lo que sale de sus fábricas podrá llegar a los destinatarios en los próximos meses, empezando por Europa y Estados Unidos.
No es sólo que China produzca menos, sino que sólo una pequeña fracción de lo que sale de sus fábricas podrá llegar a los mercados de exportación en los próximos meses
El presidente de la Cámara de Comercio de la UE en China, Joerg Wuttkle, ha advertido que habrá «escasez en los estantes de Europa en algún momento», añadiendo que «nunca antes habíamos tenido tanta incertidumbre«. “Empeora con cada semana que pasa. No sabemos dónde aparecerán nuevas restricciones”, afirma, en referencia a los intentos del gobierno chino de contener la expansión del virus.
Al reducir aún más la oferta de bienes manufacturados, es esperable que los precios, ya disparados a raíz de la sucesión de crisis que se acumulan, sigan subiendo.
Esto agravaría aún más la actual crisis de la inflación en Europa, y nos acercaría al escenario económico más temido por los economistas: terminar el año 2022, que debía ser el de la consolidación de la recuperación económica post-Covid, en una situación en que el aumento de precios ahogue el crecimiento económico. Esto es, en una nueva estanflación .