Un estudio exclusivo del sociólogo francés Jérôme Fourquet (conocido en el país vecino por su celebrada tesis de la sociedad “archipelizada” ) para Le Figaro y la Fundación Jean Jaurès pone de manifiesto que los electores de Emmanuel Macron y de Marine Le Pen difieren en prácticamente todas las categorías sociales y económicas.
Los dos finalistas de las elecciones presidenciales francesas que se enfrentarán este domingo tienen sus feudos electorales muy bien definidos, y a menudo caracterizados por colectivos enfrentados, con intereses claramente opuestos.
Los partidos de Macron y Le Pen, respectivamente La República en Marcha y Reagrupamiento Nacional, han dominado cada elección desde 2017. De hecho, los comicios de este año demuestran hasta qué punto cada uno de ellos representa una realidad diferente en la Francia actual.
Converses ha tenido acceso al estudio de Fourquet y presenta a continuación algunas de sus conclusiones más relevantes.
1. Los jubilados votan masivamente a Macron
Emmanuel Macron obtiene resultados muy elevados entre los votantes de más de 65 años: el 39% votan por él, mientras que Le Pen sólo recoge el 18% de los apoyos de este grupo de edad. Los excelentes resultados de Macron entre la población de edad avanzada provendrían según Fourquet esencialmente de antiguos votantes de la derecha tradicional, Los Republicanos .
Entre los votantes más jóvenes, los porcentajes de voto son casi iguales, pero Le Pen avanza claramente a Macron entre los de mediana edad (de 35 a 49 años), que constituyen el grueso de fuerza de trabajo y de los padres de menores de edad.
2. Los dirigentes votan a Macron, los obreros a Le Pen
El estudio de los votantes es inapelable en otro sentido: las categorías socioeconómicas dominantes votan masivamente por Macron. El 40% de los trabajadores de garganta blanca votan por Macron, mientras que tan sólo el 14% lo hace por Le Pen.
Entre las categorías profesionales medias los resultados están muy igualados, pero las proporciones se invierten cuando se llega a los trabajadores con contratos de trabajo temporales: el 33% vota por Le Pen y el 17% lo hace por Macron.
Para los trabajadores que llevan a cabo trabajos calificados como “penosos” (que implican horarios de trabajo de noche, elevada peligrosidad, tareas pesadas o repetitivas, etc.) el 37% vota por Le Pen y sólo el 13% por Macron.
En definitiva, los votantes de Macron dirigen, los votantes de Le Pen ejecutan.
Los votantes de Macron dirigen, los votantes de Le Pen ejecutan Share on X3. La expansión de los estudios universitarios favorece a Macron
Otro factor contribuye aún más a una imagen de dominación del electorado de Macron sobre el de Le Pen: los años de estudios de uno y otro.
Entre los franceses que no tienen ni siquiera el título de bachillerato, el 36% vota por Le Pen y un 23% por Macron. En cambio, entre los que tienen 3 años o más de estudios universitarios, el 36% vota por Macron y sólo un 11% lo hace por Le Pen.
De estos datos Fourquet concluye que las personas con estudios superiores han estado demasiado en contacto con una cultura dominante opuesta al autoritarismo y que jacta las ventajas del liberalismo y de la tolerancia como para convertirse en un día votante de Le Pen. En efecto, su partido no consigue ganar nuevos votos entre los universitarios, aunque cada vez hay más jóvenes que tienen estudios superiores.
4. La Francia de los barrios caros y la de los barrios pobres
Geográficamente, el electorado de Macron y de Le Pen está muy poco en contacto uno con otro. Según el estudio de Fourquet, el voto de Macron se concentra en las zonas que tienen los precios de la vivienda más caros, que el sociólogo llama la «Francia de la triple A».
Se trata de las grandes ciudades, de las zonas residenciales acomodadas cerca de estas metrópolis y de las ciudades costeras o con atractivo turístico. En todas ellas Macron domina claramente.
En cambio, Le Pen concentra a sus votantes en zonas que Fourquet llama la “Francia de la sombra” .
Se trata de las zonas de actividad industrial hoy en decadencia, de los territorios rurales más alejados de los grandes centros urbanos, de las pequeñas ciudades en declive por carencia de atractivo turístico o económico y de las zonas residenciales desfavorecidas. Todas ellas tienen en común los bajos precios de la vivienda.
5. El auge de una tercera Francia ni de Macron ni de Le Pen
Por último, cabe decir que el estudio de Fourquet contempla una tercera realidad francesa, cada vez más importante y que no se siente identificada por ninguno de los dos candidatos finalistas: es la de los votantes de la extrema izquierda que apoyan a Jean-Luc Mélenchon.
Su partido, Francia Insumisa, combina elementos de tradición marxista económica e incorpora también del movimiento woke o marxismo cultural. Esto es, reivindica la lucha de las «minorías» sexuales, religiosas y étnicas contra una «cultura heterosexual, cristiana y blanca» supuestamente dominante.
Este tercer grupo toma cada vez más fuerza desde un punto de vista demográfico, sobre todo debido al incremento de los franceses de origen no europeo, y podría dentro de un tiempo convertirse en decisivo en las elecciones, tomando la plaza que hoy ocupa Marine Le Pen.