El Comité de Ética y Conducta del Ayuntamiento de Barcelona ha censurado con un durísimo informe el fichaje de Alícia Ramos , pareja de la concejala de vivienda, Lucia Martin, como asesora de la alcaldesa, a la que ha reprendido por haber permitido una contratación que podía derivar en un «conflicto de interés, real, potencial y aparente»
Pero, aunque éste ha sido el último caso conocido, no ha sido el único:
El primer fichaje polémico fue el de la propia pareja de Ada Colau, Adrià Alemany. Desde la oposición recuerdan que “era él quien cortaba el bacalao en las reuniones y negociaciones con el resto de grupos. Nada estaba decidido hasta que él daba el visto bueno”. Pero, visto el escándalo que podía provocar, finalmente decidieron integrarlo en el partido.
Tras Alemany, le siguieron: Vanesa Valiño, como jefe de gabinete de la Consejería de vivienda, pareja de Gerardo Pisarello.
Tatiana Guerrero, novia del concejal Eloi Badia. Después, Carme Ribas, pareja del entonces comisionado de Cultura y hoy ministro de Universidades, Joan Subirats. Tatiana Guerrero es ahora asesora de Derechos Sociales, sin ninguna experiencia previa.
Otro caso, la novia de la ex concejala Gala Pin, responsable del distrito de Ciutat Vella hasta el 2019. Y Gaëlle Suñer, pareja sentimental de Raimundo Viejo, uno de los primeros concejales, que dejó el cargo para presentarse a las elecciones generales.
Ada Colau también contrató a la cooperativa Raons Públiques, de la que Suñer era fundadora, para externalizar proyectos de participación ciudadana.
Y, finalmente, añadir también, que familiares de altos cargos han tenido fuertes vínculos con el Ayuntamiento y han participado en multitud de actos organizados desde el consistorio, como Zaida Muixí, arquitecta y pareja de entonces concejal de vivienda, Josep Maria Montaner.