La última encuesta del CEO, permite conocer cuál es la valoración que hacen los catalanes de las políticas que despliega el gobierno Aragonès. En el supuesto de que la muestra sea representativa y no esté sesgada, el resultado es suficientemente positivo. Podríamos decir que sitúa las políticas públicas del gobierno catalán en una zona del aprobado bajo, una discreta mediocridad, que sin ser para echar cohetes, al menos no representa un suspenso rotundo, como ocurre en el edificio de enfrente de la plaza Sant Jaume.
De todos los capítulos examinados, en sólo tres el gobierno obtiene una nota inferior a 5. Se trata concretamente de la vivienda, que es la que tiene una peor calificación con un 4,26 en una escala de 0 a 10 y con un 30 % de la población que la valora con un 3 o menos. Le sigue las condiciones laborales de temporalidad y paro, con un 4,39 y una proporción similar de ciudadanos que la califican de 0 a 3. Hay que decir que, en este caso, las competencias de Cataluña, a diferencia de la vivienda, son limitadas. Por último, el tercer suspenso lo alcanza a administración de justicia con un 4,71. Éstos serían, según la encuesta, los grandes puntos débiles del gobierno catalán.
Por el lado de los aprobados, la nota más alta la alcanza en las políticas de igualdad de género y no discriminación con un 6,32. Está claro que esta es una de las banderas de ERC. También ligeramente por encima de 6, se ubica la promoción de la cultura. Esta valoración puede parecer sorprendente (no es el único caso, pero es lo que señala la encuesta), que también otorga un 6 a la política en materia de escuelas y universidades. Por tanto, cultura y enseñanza serían dos puntos fuertes del gobierno. Le seguirían en orden de una buena valoración las infraestructuras así como el transporte público, incluido ferrocarriles y metro, con un 5,80. La sanidad pública y la acogida de la inmigración alcanzarían una valoración pareja, 5,63, y, por tanto, en cuanto a la salud el desgaste de la covid no habría erosionado de manera grave este ámbito de las políticas públicas. La política lingüística alcanza un 5,53, y por debajo de ésta se sitúan la protección del medio, 5,27, y las ayudas sociales a la familia con un 5,24.
En el ámbito todavía de los aprobados, pero ya en la cola, encontraríamos el impulso a la economía, con un 5,16, y la seguridad ciudadana, que sería la última en el ámbito de las políticas que logran aprobación de la ciudadanía con un 5,10.
La conclusión, según los datos de la encuesta, es que el gobierno de Cataluña no registra ningún desgaste, ni por la crisis económica, ni por la desorganización generada por la covid, ni por el aumento de la presión sobre el sistema de salud .