Es bien conocido que el gobierno español (como también el catalán), actúa como si la familia no existiera, o al menos, como si no entrara dentro del campo de las políticas públicas. Y eso pese a que el país sufre una de las peores crisis demográficas de su historia.
Algo similar ocurre con otra competencia de los poderes públicos como es la defensa. A pesar de que esta prácticamente nunca ocupa la primera página de los periódicos ni los titulares de los telediarios, no es un aspecto menor de las competencias gubernamentales.
En primer lugar, porque la misión primaria de un estado es precisamente proteger a sus ciudadanos contra la inseguridad, ya sea de procedencia interna (competencia del ministerio de interior) o externa (competencia del ministerio de defensa). Y en segundo lugar, y más importante, porque la evolución del contexto internacional general y más el de nuestro entorno más cercano es muy preocupante.
Repasamos rápidamente cuál es el contexto geopolítico de España y por tanto también de Cataluña.
En el sur tenemos Marruecos, un enemigo histórico convertido en socio por pura necesidad. Un país que guarda rencores contra nosotros y que está llevando a cabo una alarmante política exterior.
Madrid corre el riesgo de perder su posición como aliado principal de Estados Unidos en la región
Primeramente, se quiere posicionar como el socio preferido de Estados Unidos en la región que actúa como puerta entre el Océano Atlántico y el Mediterráneo. Rabat sabe que su posición geográfica es tan estratégica como la de España. Madrid corre el riesgo por primera vez en la historia contemporánea de perder su estatus de aliado principal de Estados Unidos en la región.
En segundo lugar, Marruecos se sirve, como tantos otros estados de la periferia de la UE, de la presión migratoria para obtener ventajas de sus vecinos europeos. El caso del salto masivo de la valla de Ceuta de mayo de 2021 dejó en evidencia hasta qué punto la estabilidad española depende de la buena voluntad del rey de Marruecos .
En tercer lugar, Marruecos se está armando de forma masiva: en 2022 el país tendrá el presupuesto militar más elevado de su historia. Marruecos gastará un 4,3% de su PIB en defensa, mientras que España en el 2020 ni siquiera alcanzaba el 1,5%.
Además, las armas que compra Marruecos provienen en buena parte de Estados Unidos. En determinados aspectos, las capacidades marroquíes superarán dentro de poco a las españolas, como será el caso de los helicópteros de combate gracias a la compra de 36 Apache estadounidenses (España dispone únicamente de 18 helicópteros Tigre, el equivalente europeo del Apache) .
Marruecos gastará un 4,3% de su PIB en defensa, mientras que España en 2020 ni siquiera alcanzaba el 1,5%
En cuarto lugar, el hecho de que en España habita una comunidad marroquí muy numerosa (se calcula que más de un millón de personas) complica aún más las cosas en caso de escalada de tensiones con el vecino del sur. Basta con ver cómo la política exterior alemana está condicionada por su numerosa comunidad turca (hasta el punto de abandonar vergonzosamente a un socio y aliado militar europeo como es Grecia) para entender por qué esto es un problema.
En definitiva, un conflicto con Marruecos no puede excluirse, y para prevenirlo, nada mejor que asegurarse la supremacía militar regional, como España ha hecho tradicionalmente.
Además de Marruecos, la situación de España viene también condicionada por la inestabilidad que reina en Argelia, país del que dependemos por el gas natural y que es una auténtica bomba de relojería social como Converses contaba hace unos meses.
Más al sur, al otro lado del Sáhara, encontramos un clima aún más tenso. Francia está en plena retirada del Sahel, y en la región crecen tanto la miseria como los sentimientos anti-occidentales, cuyos yihadistas se aprovechan para atacar a los débiles poderes públicos. Un cóctel perfecto para que haya nuevas oleadas de inmigración combinadas con ataques terroristas. Y España es la primera frontera europea con la que estos fenómenos chocarán.
Éstos son sólo los retos más inmediatos a los que la defensa española debe hacer frente. Pero hay otros a escala mundial en los que España se vería arrastrada como miembro de la UE y de la OTAN. Se trata del rearme ruso y sobre todo de la carrera armamentística china. ¿Cómo puede España ser un socio creíble si ni siquiera es capaz de afrontar sus amenazas más inmediatas?
Por tanto, la pregunta no puede esperar más: ¿Qué está haciendo el gobierno español para hacer frente a estas amenazas?
El presupuesto de defensa se ha aumentado últimamente y supera ya los 10.000 millones de euros para el 2022.
La mayor parte del incremento del gasto militar está destinado a terminar programas de modernización que se arrastran desde hace años por razones presupuestarias y que es urgente terminar
Es una buena noticia, pero en la práctica, la mayor parte del incremento del gasto militar está destinado a terminar programas de modernización que se arrastran desde hace años por razones presupuestarias y que es urgente terminar. Se trata por ejemplo de los submarinos de la clase S-80 (previstos desde 2004), la modernización del parque de helicópteros Tigre y Chinook o la producción del vehículo terrestre 8×8 Dragón (autorizado en 2007). Buena parte del incremento del presupuesto se está destinando además a sufragar costes de personal, que cabe decir que estaba tradicionalmente muy mal pagado.
Todo deja poco margen a la inversión en investigación y desarrollo y a mejoras necesarias en aspectos clave de una defensa eficaz como la logística o la infraestructura de defensa, según apuntaba una editorial reciente de la web especializada Infodefensa.com.
Desde un punto de vista político, además, la defensa de España nunca ha sido una prioridad del gobierno Sánchez. Tanto es así que este ámbito crucial para cualquier país serio está totalmente ausente del plan España 2050 presentado el pasado año, en un contexto de gran incertidumbre internacional. Un plan que como ya se comentó , tiene un valor estratégico nulo.
Sin los medios adecuados, y lo que es aún peor, sin una visión clara ni objetivos concretos, no puede decirse que España se tome su defensa en serio. Al fin y al cabo, no es raro que Estados Unidos esté tan interesado en Marruecos.
Marruecos gastará un 4,3% de su PIB en defensa, mientras que España en 2020 ni siquiera alcanzaba el 1,5% Share on X